EA piensa que la globalización tal y como está concebida hoy se
basa en una libertad absoluta de movimientos de los capitales para moverse de
un sitio a otro, cuya característica más destacable de estas es
su volatilidad; el 80% de las idas y venidas de estas transacciones tiene una
duración de siete o menos días. Estamos en una situación
donde se sitúa la confianza del inversor por encima del objetivo del
progreso, porque prima ante todo la obtención de ganancias a corto plazo.
Este afán especulativo conduce a oscilaciones injustificadas en la cotización
de divisas y lo que es más importante, hacen que la política monetaria
en los países pequeños pierda influencia. Esto tiene un efecto
altamente desestabilizador, siendo la principal consecuencia la desigualdad,
la concentración de la riqueza y el poder en un grupo selecto de personas,
empresas y países.
Se habla continuamente de un mercado comercial
global, pero de una forma, a nuestro entender, incorrecta, porque el grueso
del comercio mundial se efectúa entre los países desarrollados.
En el comercio internacional, el Sur está desempeñando un papel
de proveedor de mano de obra barata y materias primas, y los países en
desarrollo no pueden penetrar en los principales mercados de exportación
de los países industrializados porque estos aplican una política
proteccionista hacia sus productos mediante barreras arancelarias. Estos obstáculos
comerciales impiden que los países pobres se beneficien menos de lo que
deberían del crecimiento económico.
La realidad es que la liberalización
del mercado ha incrementado la pobreza y ha agudizado las diferencias entre
países y dentro de los países.
Ante esta situación la pregunta que cabe
hacer es qué papel juegan las instituciones internacionales como el FMI,
BM, OMC… , que están dominados por los países grandes y ricos,
dejando a los países pobres con escasa influencia y poca voz, ya sea
por falta de participación o por falta de capacidad para una representación.
Hay una escasa transparencia en las decisiones y no hay un foro estructurado
para que las instituciones de la sociedad civil expresen su opinión.
EA cree que las cosas están cambiando
a nivel mundial, que se están produciendo reacciones tanto por parte
de los países en vías de desarrollo, como por parte de la sociedad
civil, mediante encuentros como el Foro Social Mundial y Foros paralelos a tal
evento. Hay cada día un compromiso más amplio para trabajar por
un cambio profundo en las políticas económicas hoy dominantes
y tratar de plantear propuestas que definan una mundialización diferente
y afirmar que un mundo menos inhumano y más solidario es posible.
Los planteamientos políticos de algunos
organismos institucionales también se están moviendo hacía
estas reivindicaciones como queda demostrado en el informe de la Comisión
Europea sobre ‘ las respuestas a los retos de la globalización’
que EA valora positivamente.
Fuente: Eusko Alkartasuna