Este caso es la nueva evidencia, la evidencia más patente, de que el Consejo General del Poder Judicial se ha consolidado, desgraciadamente, como el órgano político que, bajo el control del PP, ejerce de contrapoder y se constituye en grupo de oposición a las instituciones democráticas vascas. Tenemos que denunciar que cuando la inmensa mayoría de los jueces actúa a diario con absoluta profesionalidad y responsabilidad, su órgano de gobierno desacredita con decisiones arbitrarias y políticamente interesadas la función que estos jueces desempeñan.
La decisión adoptada ayer por el Consejo General del Poder Judicial, al rechazar la terna de candidatos propuesta por el Parlamento Vasco supone un desprecio en toda regla a la institución proponente, en la que reside la soberanía popular, y una prueba clara de que los intereses que dirime, en nada responden al buen funcionamiento de la Justicia. No está de más recordar que la decisión sobre la terna se pospuso hace aproximadamente quince días, alegando criterios de oportunidad. Y ahora, curiosamente, se determina su rechazo.
La mayoría conservadora del CGPJ atendió ayer a los antidemocráticos criterios establecidos desde las filas del PP y, según los cuales, hay que evitar a toda costa que quienes no son beligerantes contra las instituciones democráticas vascas puedan acceder al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
El rechazo a la terna propuesta por el Parlamento no se ha basado en criterios técnicos y tasados –que son los que utilizó las comisión de calificación del propio CGPJ para aceptar la misma terna, en su informe de 25 de enero, donde dice que los componentes de dicha terna, “correspondiente al turno de juristas de reconocido prestigio”, “reúnen los requisitos exigidos para acceder a la plaza de referencia“-, sino en una pura actitud política, o mejor dicho, partidista, que preconiza la expulsión institucional, judicial en este caso, de todo aquella persona que, desde el prisma de esta especie de neoinquisición, pueda presuntamente sentirse respetuosa con las instituciones democráticas vascas.
El CGPJ ha demostrado renegar del pluralismo y ha degradado su función a la de mero administrador de los intereses de la derecha más refractaria a la práctica democrática.
Resulta intolerable que el órgano llamado a tomar decisiones “gubernativas” sobre jueces y magistrados haya decidido que las razones políticas al servicio de un determinado partido se conviertan en eje de sus actuaciones.
La decisión adoptada por el Consejo del poder Judicial, en su reunión del miércoles 23-F, supone de facto un “golpe” a los principios de imparcialidad e independencia.
No es una casualidad que se haya decidido rechazar la terna cuando la nominación afecta de forma directa a la Sala de lo Civil y Penal encargada de juzgar a los tres miembros de la Mesa del Parlamento Vasco.
Como tampoco es fortuito que el magistrado designado anteriormente como miembro de esta misma Sala, fuera, de entre los de la terna propuesta, precisamente aquél que menos votos había recabado, aunque eso sí, esos votos eran los de los representantes del PP.
El CGPJ, que el PP, y el PSOE, no lo olvidemos, diseñaron a su imagen y semejanza, ha querido realizar un ejercicio de autoridad propio de las concepciones autoritarias de la vida pública y de la política.
De ese modo, confirma que lo que debería ser el Gobierno de los Jueces no es sino el vehículo e instrumento para que el partido que perdió el poder en unas elecciones dirima la política judicial y continúe marcando la judicialización de la política que algunos venimos denunciando desde hace tiempo.
El gravísimo conflicto institucional que el Tribunal Supremo abrió contra el Parlamento Vasco y la posterior querella contra los miembros de la Mesa del legislativo ha tenido en el Consejo General del Poder Judicial un conveniente aliado.
El Gobierno del que formo parte traslada su apoyo y solidaridad a los tres electos encausados, Juan María Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao, y expresa, desde el respeto a las resoluciones judiciales, su honda preocupación ante el hecho de que la Sala de lo Civil y Penal del TSPV justifique en este grupúsculo ultraderechista su decisión de que sean juzgados los tres parlamentarios aludidos, en contra del criterio de la jueza instructora y del propio fiscal general del Estado.
Debemos deplorar que el injustificable comportamiento del CGPJ contribuya a restar credibilidad a lo que es un pilar de todo sistema democrático. La independencia e imparcialidad del Poder Judicial se cuestionan con actuaciones como las que está llevando a cabo el órgano presidido por el señor Francisco Hernando.
No debe causar extrañeza que ante este ya largo cúmulo de decisiones contrarias a una Justicia verdaderamente democrática, reafirmemos nuestra convicción en que un Consejo Judicial Vasco, al abrigo de la interferencia partidista, contribuiría de forma decisiva a restituir el crédito ciudadano en los órganos del Poder Judicial.
EN DEFINITIVA:
-Las Cortes dijeron NO a la decisión tomada por mayoría en el Parlamento Vasco.
-El CGPJ dice ahora NO a la decisión adoptada por mayoría y de forma igualmente legítima y democrática.
-El TSJPV ha reabierto el caso contra los tres miembros de la Mesa por la puerta de atrás.
-Y este gobierno se pregunta: ¿Ésta es la oferta, el planteamiento de democracia y de Justicia imparcial independiente que el PP y el PSOE hacen a Euskadi?
Fuente: Joseba Azkarraga