Itziar Mtz. de Apellaniz. Directora General de Inserción Social y Empleo de la Diputación Foral de Gipuzkoa El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial es uno de los días Internacionales más antiguos que se conmemoran. Esta efeméride se instituyó en 1966, a raíz de un acontecimiento trágico que conmovió profundamente a la opinión pública: la matanza por el régimen racista de Sudáfrica de un grupo de escolares que protestaban contra las leyes del apartheid.
Pero el fenómeno no es nuevo, desde las cunas de civilización clásica, en la antigua Grecia y luego en Roma se consideraban paganos y salvajes a todos los pueblos cuyas costumbres, dioses y organizaciones de vida social eran diferentes, desconocidas, extrañas y raras. Los egipcios consideraban a su vez a todos los pueblos que no hablaban su lengua como bárbaros.
Entender el fenómeno del racismo no es tarea fácil, pues se trata de un fenómeno complejo, multifacético y doloroso. Muchos de los crímenes de la humanidad fueron incluso justificados con teorías pseudocientíficas aumentando así la confusión. Dicho fenómeno no pertenece al pasado, es cotidiano, alimentado por las ideologías defensoras de sociedades basadas fundamentalmente en la explotación del hombre por el hombre. Un breve paso por la historia nos muestra que en Occidente el racismo ha adoptado formas de lo más violentas, agresivas y sutiles. Se elaboró toda una construcción ideológica basada en teorías aparentemente científicas para justificar, genocidios, matanzas, opresión, dominación etc… explicar las desigualdades de los hombres a partir de planteamientos genéticos es tan absurdo como intentar comprender los conflictos raciales, sin estudiar los conflictos, en primer término y no las ‘‘razas’’. El racismo es hoy en día parte integrante de la sociedad, manejado por los grupos que detentan el poder económico y político con el fin de preservar sus privilegios. En una sociedad caracterizada por la jerarquización y estratificación social, es obvio que el racismo tenga posibilidades de desarrollo.
Resulta frustrante ver que a pesar de que el racismo y la discriminación racial constituyen temas largamente discutidos en el Sistema de Naciones Unidas, nos encontramos ante un fenómeno persistente, que sigue lesionando la dignidad humana y que lejos de desaparecer o atenuarse, crece y se vuelve más complejo. ¿O no es cierto que las generaciones actuales, en su gran mayoría, no se sienten responsables de la situación de racismo que vivimos? Que piensan que la situación de pobreza y marginación que viven muchos países son herencias del pasado que desaparecerán con el tiempo, que si la economía crece, los problemas sociales se resolverán, etc, etc…
El argumento de la conquista y la colonización es una disculpa demasiado fácil para mantener las situaciones de desigualdad, evidentemente que los procesos de colonización y conformación de los estados nacionales han ido arrebatando los derechos de los pueblos, que están siendo integrados por la fuerza en nuevas formas de organización social, que se invaden territorios y recursos naturales, sobre el que se erigen modelos de desarrollo dominantes, eufemísticamente llamados, ‘‘nuevo orden social’’.
Pero para que las políticas y estrategias sirvan para prevenir o erradicar la discriminación y reducir la pobreza, es necesario reconocer la diversidad múltiple de forma taxativa y específica, pueblo por pueblo, con políticas concretas impidiendo que se destruyan pueblos y culturas. Este reconocimiento de la diversidad requiere no sólo de cambios jurídicos, sino también de transformaciones que contribuyan a generar la confianza colectiva, el acceso a las oportunidades, en caso contrario muchos pueblos y sectores discriminados estarán inmersos en un ‘‘ciclo acumulativo de desventajas’’. La Discriminación Racial es un problema social con profundas raíces socio-económicas.
«El nuestro es un mundo en el cual las amenazas como la pobreza, la contaminación y la inestabilidad política no se detienen en las fronteras nacionales, ni hacen distinción alguna de razas, riqueza, estatus u otros señaladores de identidad. Superar las divisiones dolorosas en la familia humana sería un logro digno de ser celebrado por derecho propio, pero también es esencial, si hemos de unirnos para hacer frente y abordar los desafíos e inseguridades de nuestro tiempo» (Kofi Annan).
Itziar Mtz. de Apellaniz Orkaiztegi.
Directora General de Inserción Social y Empleo de la Diputación Foral de Gipuzkoa
Fuente: Itziar Mtz. de Apellaniz