Rafael Larreina Eusko Alkartasuna planteó en 1997 la necesidad de que en sede parlamentaria se constituyese una comisión o ponencia que abordara la situación de las víctimas de la violencia y del terrorismo. En aquel momento fue un mensaje en solitario, pues nadie hablaba de ello. Con aquella iniciativa, dando respuesta a los problemas de quienes habían padecido el azote de la violencia y el terrorismo, queríamos poner las bases para lograr el reconocimiento del mal causado, la reparación de la injusticia y la reconciliación que acabase con una sociedad vasca dividida.
En estos años se han dado pasos adelante y, aunque hoy podemos decir que las instituciones ya no son indiferentes ante la situación de quienes han sufrido la siempre injustificable injusticia de la violencia y del terrorismo, lo cierto es que sigue siendo insuficiente la tarea realizada: no hemos conseguido que por parte de todas las fuerzas políticas se haga ese reconocimiento de todos los dolores que han ocasionado el terrorismo y la violencia.
En EA pensamos que lograr ese reconocimiento por parte de todos es la mejor reparación para las víctimas, porque mientras no lo consigamos seguirán teniendo la sensación de que una parte de la sociedad justifica en alguna medida el dolor y la injusticia sufrida. Por esta razón vamos a seguir trabajando para que en la Comisión de Derechos Humanos se aborde, por parte de todos los grupos parlamentarios sin excepción, el reconocimiento de todas las injusticias y dolores ocasionados por la violencia y el terrorismo. Para ello habrá que poner en marcha los grupos de trabajo que hagan falta bajo los principios de no equiparación y no discriminación, de forma que ese reconocimiento se dé por parte de toda la sociedad a través de su representación legítima. Todos tendremos que hacer un esfuerzo para dejar de lado nuestras estrategias partidistas y lograr que por fin el reconocimiento y la reparación posibiliten la reconciliación en el seno de nuestra sociedad.
Rafael Larreina es parlamentario de EA y vicepresidente segundo del Parlamento vasco
Fuente: Rafael Larreina