La propuesta lanzada por el PSN a UPN para «blindar» el actual estatus confirma la «falta de madurez» de esa formación, en palabras del presidente de EA en Nafarroa. Para Maiorga Ramírez, mantener esa posición haría inviable un acuerdo con el PSN tras las elecciones de 2007. Y añade que cualquier entente pasa por el respeto al derecho de decisión de los navarros.
Nafarroa vuelve a estar en el centro del debate político en la medida en que se definen los contenidos de un hipotético proceso de resolución del conflicto. Mientras se perfila un posible diálogo entre partidos sobre ésta y otras cuestiones, en el herrialde se desarrollan algunas iniciativas de incierto desenlace, como la ponencia parlamentaria de autogobierno o la opción de que Nafarroa Bai sea marca electoral para los comicios de 2007. De todo ello ha hablado GARA con el presidente de EA en Nafarroa, Maiorga Ramírez.
Ya hay un texto base de la ponencia parlamentaria de autogobierno. ¿Qué aspectos positivos y negativos encuentra EA?
Positivos, muy pocos. Tenemos claro que este Amejoramiento sufre de unos problemas fundamentales en su génesis: primero, no se negoció lo que aquel parlamentario había acordado;segundo, se excluyó al nacionalismo vasco; y tercero, no se consultó a la sociedad navarra. Estos vicios son algo a corregir en cualquier modificación. Sin embargo, en este texto vemos que sólo se le quiere dar un barniz. Y hay dos cosas muy graves: una ausencia absoluta de reconocimiento del euskara como lengua propia y oficial de Navarra (algo que sí recogía la decisión parlamentaria de 1980, aunque luego no se defendió en Madrid) y una ausencia también de reconocimiento de la bilateralidad con el Estado.
En algún párrafo se propone una mayor participación de la ciudadanía navarra en las decisiones, pero no se le reconoce el derecho de decisión…
Ahí es donde está el barniz del que hablaba. En democracia, todos deberíamos estar de acuerdo en que la voluntad de la ciudadanía navarra sea quien de- fina el futuro de Navarra. Sin embargo, vemos que el único consenso existente entre UPN, CDN, PSN, y a veces IUN, es utilizar la voluntad de los navarros para decidir algo que contravenga las posibilidades de desarrollo del autogobierno y las posibilidades de relación con la CAV.
Se repite el esquema de la ponencia de política lingüística. Se abre un foro que busca un consenso que se confirma como imposible, y al final se impone la mayoría. ¿Entrar en este juego no tiene riesgos para EA?
En la medida en que somos representantes políticos, tenemos que estar en ese debate. Ahora bien, como ocurrió entonces todo indica que esta ponencia se cerrará también en falso, sin otro interés que blindar la situación actual de Navarra por encima de posibilitar que la ciudadanía navarra tenga más terrenos de libertad y decisión. Se está intentando imponer las estrategias del nacionalismo español y de devaluar nuestros derechos históricos. Y todo eso lo vamos a denunciar tanto en la ponencia como en nuestras declaraciones.
Ha citado el «blindaje». Ese es el concepto que defendió Carlos Chivite, secretario general del PSN, cuando Emilio Guevara (PSE) apostó por la unión de los cuatro herrialdes. ¿Cómo interpretan esa reacción?
Es ridículo. Cualquiera que lo mire desde otra comunidad se sorprendería del grado de inmadurez que tienen esas declaraciones de Chivite. ¿Blindar contra quién? ¿Contra la voluntad de los navarros? No sólo no lo compartimos, sino que esas palabras y estrategias políticas hacen inviable cualquier tipo de colaboración. Nosotros no podemos colaborar con quienes quieren blindar Navarra contra la voluntad de los navarros. Si quieren, que sigan con eso, pero ésa será su estrategia nacionalista española frente a la de quienes defendemos el autogobierno. En el fondo, lo que tienen Sanz o Chivite es un grado de desconfianza hacia Navarra.
¿En qué sentido?
Si su modelo es una Navarra descafeinada, lo pueden defender abiertamente, tienen legitimidad. Pero impedir que quienes defendemos otra Navarra podamos plantear nuestro proyecto ante un refrendo ciudadano es algo de dudoso calado democrático. E insisto en que ha- ce inviable cualquier tipo de colaboración en el futuro.
En el PSE se ve un cierto nivel de apertura hacia conceptos como el derecho a decidir, pero no parece que el PSN avance en la misma línea…
Desgraciadamente, en Navarra somos peculiares en bastantes cosas. Tenemos la derecha más asilvestrada y también tenemos un PSN con un escaso fundamento ideológico, cuyo ser está siempre en función de los demás. ¿Qué plantea hoy el PSN para la ciudadanía navarra? Yo creo que no lo saben ni ellos. Y en estos momentos esto perjudica muy gravemente que en Navarra se puedan tomar iniciativas que ya se tomaron en otros puntos del Estado. Por ejemplo, en Galicia todo el mundo sabía que si había una mayoría entre el PSG y el BNG iban a echar a Fraga. Lo sabía todo el mundo. Pero aquí…
Pero EA también apuesta por eso en Nafarroa, ¿o no?
Sí, sí, es una prioridad. Hay que construir una alternativa de gobierno en Navarra para desandar los pasos en contra del euskara, las privatizaciones… Pero lógicamente una alternativa ha de construirse en clave de respeto a la voluntad de la ciudadanía navarra, así que no cabe un entendimiento con quien plantee un blindaje. Sin hacer virtud de todo esto, sí que es una necesidad. Ya lo hicimos en 1995, y el compromiso aprobado en asamblea es poner todos los medios a nuestro alcance para fomentar esa alternativa.
El PSNpropone con insistencia un pacto institucional a UPN. Sus posiciones son similares. ¿Por qué no hay una unidad de acción similar enfrente?
En eso estamos. Desde EA creemos que la situación actual apunta a una colaboración entre los abertzales, una colaboración que optimice su capacidad. Nafarroa Bai es para nosotros un antecedente incompleto de lo que queremos que vaya a ser. Hemos dicho por activa y por pasiva que debe haber una plataforma que aglutine a todo el progresismo abertzale y que pueda incidir en un cambio de gobierno. Respecto a UPN y PSN, es cierto que hay sectores del PSN que históricamente se han encontrado muy cómodos en el regazo de UPN manteniendo cotas de poder económico, social o industrial. Para ellos no hace falta ningún tipo de alternativa de gobierno, y supongo que estarán actuando en esa línea.
Entre los grupos que formaron Nafarroa Bai hay un debate programático y otro organizativo. ¿Han avanzado?
Sí, estamos avanzando. Empezamos por el documento organizativo, pero nosotros propusimos un compromiso político primero, porque no tiene sentido dar forma a algo si no estamos de acuerdo en el para qué. Tenemos canales de interlocución con todos los partidos y aspiramos a que también Batasuna participe de esta unidad de acción, respetando en todo momento que ha sido la fuerza abertzale con más representación institucional en esta comunidad y que está en la injusta situación de haber sido ilegalizada. Es un elemento fundamental para la colaboración entre los abertzales, y esperamos que participe.
Pero, ¿entienden que Batasuna se sienta agredida por esta fórmula, cuando no se le deja concurrir oficialmente a las elecciones y cuando Aralar aspira a ocupar ese hueco?
Sí, lo puedo entender, pero hay que superar los temores y estar a la altura de los tiempos sin que las desavenencias del pasado sean un lastre. Esperamos que el escenario político cambie y esa hipótesis quede vaciada porque la izquierda abertzale ortodoxa, por decirlo así, pueda presentarse. No nos parece positivo un Nafarroa Bai en el que no participe la pieza fundamental del abertzalismo navarro en los últimos 20 años.
Hablando de nuevo escenario. ¿Cómo puede la ciudadanía navarra recuperar la capacidad de decisión? ¿Ve otra opción que no sea hacerlo junto al resto de los vascos?
La clave para un nuevo escenario es, efectivamente, ésa:que los navarros decidan, que se superen los obstáculos que se pusieron en la Constitución para, por ejemplo, posibilitar mayores niveles de vínculo con la CAV. Para un nuevo escenario hacen falta dos cosas:una pacificación absoluta, y para ello hay que exigirle a ETA que tome la decisión que tenía que haber tomado hace muchísimo tiempo, y el respeto a la decisión de los navarros. Tenemos derecho a ello.
Viendo elementos como la insistencia en vetar manifestaciones o la represión incluso a Olentzero, ¿no cree que se puede repetir lo ocurrido en 1978, que se construya una especie de muro en Nafarroa?
Navarra es una cuestión de Estado. Lo ha sido y lo es. Mi compañero y conciudadano Floren Aoiz acaba de publicar un montón de actas al respecto. Mi padre era entonces concejal en Tafalla, y allí se pasó de que la ikurriña ondeara con tranquilidad a retirarla. Y Carlos Garaikoetxea cuenta que entonces los del PSOE aún preguntaban:«Non dago gure euskara maitia?». Esa razón de Estado hizo que el PSOE cambiara de opinión. Deberá dejar de ser cuestión de Estado, ésa es la clave. Además, cada vez resultan más evidentes las artimañas que ponen en marcha para desfigurar Navarra. ¿Qué está ocurriendo con el aniversario de San Francisco Javier? ¿Por qué nadie se pregunta por qué estudió en La Sorbona y no en Salamanca, por qué fue embajador en Portugal y no en Castilla, por qué murieron sus dos hermanos, por qué era euskaldun…? Hay que volver a las posiciones anteriores, cuando todo esto se asumía con normalidad.
¿Y cómo ve a UPN? ¿Su discurso no es de alarma?
No lo veo preocupado en absoluto. Está en una situación privilegiada, con el PSN a su vera, intentando pasarle por la derecha cuando no hay espacio para ello. Y como de la soberbia al ridículo hay un paso, Sanz termina apelando a la Gamazada. ¿En qué lado habría estado él entonces? -
Fuente: Maiorga Ramirez