El consejero Joseba Azkarraga ha afirmado que estamos ya ante un nuevo tiempo marcado por “la esperanza de terminar con un problema de violencia terrorista” y por “un problema político pendiente de resolver que, bien orientado hará más sólida y fructífera la convivencia entre los diferentes pueblos de este Estado plurinacional”. Y se ha mostrado convencido de que “estamos en un proceso irreversible que nos ofrece un horizonte nuevo”.
A continuación destacamos lo más sustancial de la intervención del consejero Azkarraga:
“La búsqueda de esa solución hoy es posible. La declaración de ETA de “alto el fuego permanente”, el 22 de marzo, nos produjo a muchos un impresionante alivio y una sensación de prudente esperanza. Por fin se posibilitaba que empezáramos a transitar una nueva senda. En definitiva, con la previsible desaparición de ETA se posibilita el retirar el más importante de los obstáculos existentes para poder hablar de soluciones”.
“Era imprescindible que la violencia, la amenaza, el terror y el chantaje dejaran de ser parte de la realidad diaria para poder encarar un proceso que derive en la paz y la normalización política”.
“En este sentido, quiero recordarles como este año 2006 comenzó con ETA actuando mientras, por otro lado, la Audiencia Nacional, decidía prohibir el acto político con el que Batasuna había previsto culminar el debate que ratificaba su apuesta por las vías políticas y democráticas”.
“Constituye un auténtico contrasentido que desde el ámbito de la política y de la Justicia llevemos años insistiendo a esa parte de la Sociedad Vasca, en que existen vías políticas para defender proyectos y objetivos políticos y, luego, se les prohíba la posibilidad de realizar un debate en clave democrática”.
“Es evidente que la actividad terrorista precisa de respuesta, pero ésta respuesta, no debe poner en peligro las garantías ni las libertades básicas. Pienso que la grandeza moral de la democracia reside precisamente, en saber que la articulación de la defensa de la libertad tiene sus límites y que traspasar esos límites puede provocar el riesgo de que se desborde la violencia institucional”.
“Yo he denunciado en muchas ocasiones el silencio cómplice de Batasuna ante las acciones de ETA; he considerado que su actitud era despreciable y así lo he manifestado. Pero entiendo que una cosa es que determinadas actitudes puedan merecer desprecio o condena moral y otra muy distinta es, que se busque en ese silencio la excusa para, en nombre de los valores de la libertad, pretender cercenar otros derechos”.
“Pero se están produciendo en el ámbito de la Justicia otras decisiones en las que tengo que lamentar un cierto impulso político. Por poner dos ejemplos recientes, y de trascendencia, citaré la decisión de revisar la doctrina aplicable a la redención de penas o la intervención judicial sobre la actividad pública de cualificados dirigentes de la izquierda abertzale”.
“En ambos casos, se ha intentado trasladar a la opinión pública que el Estado de Derecho se defiende del uso de la violencia con la Ley. Pero lo que ha ocurrido no responde exactamente a esa máxima. Estas situaciones me conducen a temer que, en nombre de las más excelsas ideas, se vulneren derechos fundamentales”.
“Defiendo y defenderé siempre la profesionalidad con la que actúan la inmensa mayoría de quienes intervienen en el delicado cometido de impartir justicia. Sin embargo, cada día resultan más evidentes los intereses políticos que se lidian en este ámbito judicial que, por desgracia, no se libra, tampoco, de la manipulación partidaria”.
“Lo digo con pesar. Pero me veo en la obligación de apuntarlo porque lo cierto es que la intervención judicial ha tenido y puede tener también en el futuro una notable influencia sobre la situación política vasca y sus soluciones”.
“La labor policial y judicial ha sido importante en la lucha contra el terrorismo. Nadie puede negarlo. Pero, ni la policía ni los tribunales pueden ofrecer salidas políticas, que son las únicas que posibilitarán que el conflicto vasco tenga un final. Un final, además, que no debe identificarse con el final de ETA”.
“Negando a un sector social su libertad de pensamiento y de expresión, no reforzamos la democracia sino que la debilitamos. Digo esto como también afirmo que, de ninguna manera, aceptaremos la más mínima manifestación de violencia sobre personas y bienes”.
“Debe quedar muy claro que la ausencia de toda manifestación violenta es un requisito necesario para que el debate social y político pueda desarrollarse. Por tanto, en un “alto el fuego permanente”, ningún espacio o sector puede quedar al margen de la aplicación de este alto el fuego”.
“Lo que está en juego: el futuro de paz y convivencia, es demasiado importante como para supeditarlos a intereses partidistas. Es por eso que yo quiero trasladarles la convicción de que, primeramente, la paz justa y duradera hoy es mas posible que nunca, y también mi seguridad de que, entre todos los partidos políticos, excepto aquellos que deseen autoexcluirse, tendremos la oportunidad de acordar los términos del nuevo Pacto entre Euskadi y España”.
“Han sido varios elementos los que han hecho posible llegar a donde estamos hoy. Quiero citar en primer lugar la marea social contra la violencia. Ha cobrado tal fuerza el rechazo de la ciudadanía al recurso a las armas para el logro de cualquier objetivo – los asesinatos masivos del 11-S y el 11-M tienen mucho que ver- que se ha hecho insostenible justificar los crímenes por quienes han actuado con la violencia o por quienes les han amparado”.
“Ese sentimiento ha tenido, también, un notable impacto en la evolución de Batasuna y en la oferta política que presentó el 14 de noviembre de 2004, en San Sebastián, y que todos conocemos ya como la propuesta de Anoeta”.
“Un segundo elemento clave es la voluntad de diálogo manifestada por parte del Gobierno del PSOE. El presidente Rodríguez Zapatero buscó en mayo del pasado año el amparo del Congreso de los Diputados, para afrontar un final dialogado de la violencia. Ese paso fue determinante. Todos los grupos con presencia en el Cámara Baja, excepto el PP, lo apoyamos y avalamos. Nunca, hasta ahora, un presidente de Gobierno ha tenido tanto respaldo a la hora de buscar una salida dialogada a este conflicto”.
“Entiendo que José Luis Rodríguez Zapatero tiene una responsabilidad esencial. Me parece prudente y acertada su decisión de no precipitarse. La resolución del Congreso de los Diputados, recoge que el diálogo con ETA debe sustentarse en el “inequívoco” abandono de la violencia y eso se debe verificar. Y, sin duda, llevará un tiempo”.
“Pero una cosa es no precipitarse y otra quedarse a la espera. Yo sí creo que hay que contemplar gestos visibles y concretos como pueden ser: el acercamiento de los presos hacia su lugar de origen por parte de quienes hoy detentan la Administración Penitenciaria”.
“Esto no supone, además, cesión democrática alguna. Es una demanda avalada por el Parlamento Vasco y por el Congreso de los Diputados, en pronunciamientos hasta ahora desatendidos. Por tanto, no estoy hablando de precio político”.
“Con la lucha contra el terrorismo como lema, ciertas organizaciones de la derecha han abanderado una cruzada contra una impunidad que no existe. Las acusaciones de debilidad o cesión ante el terrorismo lanzadas contra el Fiscal Gral. del Estado son injustas y más fruto del debate político ficticio que de la realidad. De la misma forma que son falsas las acusaciones contra el Gobierno Vasco, por un olvido que no se ha producido de las victimas del terrorismo”.
“El Gobierno al que pertenezco viene apostando constantemente por políticas de reconocimiento, apoyo, acompañamiento y solidaridad con las víctimas del terrorismo”.
“Tenemos finalizado un Plan de Paz y Convivencia y estamos arbitrando las medidas necesarias para hacerles más fácil la vida a quienes tan injustamente han sido tratadas. Y defendemos la necesidad de preservar, ante todo, su dignidad”.
“Defiendo que nadie, tampoco las víctimas del terrorismo, pueden condicionar el proceso hacia la paz y las medidas que un Gobierno tenga que adoptar para avanzar en este camino”.
“Tengo la esperanza de que todos nos esforcemos por buscar espacios de acuerdo. Y para ello, resulta imprescindible dar pasos en la distensión y humanización de este conflicto”.
“Además, considero urgente generar las condiciones para la puesta en marcha de las dos mesas, la que reunirá al Gobierno con ETA para tratar sobre el fin de esta organización y sobre la política penitenciaria; y la que debe reunir a todos los partidos, sin exclusiones, para debatir, dialogar y negociar sobre cuestiones relacionadas con la normalización política”.
“Incluso los socialistas vascos han reclamado la paternidad del sistema de doble mesa, como fórmula adecuada para encarar el problema. No se entiende por ello que el Presidente del Gobierno Español haya considerado “superada la dinámica de las mesas”, como declaró en su entrevista del día 26, a “El País”.
“Puede que en su afán de atraer al PP se vea obligado a ciertas concesiones en su discurso, pero sabe perfectamente que habrá que sentarse para encarar el auténtico problema de fondo. ¿No será que a Zapatero no le interesa que el foco del debate político se traslade a Euskadi y quiere que este debate se realice desde la Moncloa.? Gran error”.
“Los protagonistas de estas dos mesas son protagonistas diferentes. En una mesa el Gobierno Español y ETA tendrán que hablar de sus cosas, pero en la mesa de partidos políticos vascos ni ETA ni el Gobierno Español, pintan nada”.
“Nosotros, y me refiero tanto al Gobierno del que formo parte como al partido en el que milito, no vamos a estorbar, pero dejo claro que el único campo de actuación y compromisos de esa mesa debe ser la entrega de las armas y la política penitenciaria”.
“Y por otro lado, hay que poner en marcha la mesa política, (llamémosle así) con la presencia de todos los partidos y sensibilidades sin exclusión alguna. La derecha reniega de este foro en el que todos participen. No quiere sentarse con quienes representan a la denominada Izquierda Abertzale”.
“Pero ¿es posible imaginar una solución dejando fuera al sector social que representa Batasuna? ¿Se puede defender el entendimiento entre antagonistas prescindiendo de una fuerza con respaldo en la sociedad? ¿Se pueden solucionar los problemas dejando al margen a quién es parte de ese problema, pero también de la solución?”.
“Yo creo que no. Por eso, el Gobierno Vasco se ha comprometido a activar ese foro y estamos tratando de poner las bases de esa futura mesa de Partidos, que se podría constituir pasado el verano”.
“Se cometería un error de consecuencias incalculables si circunscribimos el problema a la pura existencia de ETA. No es así. Existe un problema político previo al nacimiento de la organización terrorista y a ese es al que hay que darle solución”.
“Estamos decididos a impulsar los instrumentos de diálogo y procedimientos, que de forma pactada se determinen, para alcanzar un consenso integrador sobre tres cuestiones básicas: la disolución de ETA. El reconocimiento del Pueblo Vasco como sujeto de decisión y el pacto bilateral con el Estado”.
“Entiendo que si no existe un acuerdo previo sobre la forma de proceder al debate de estas cuestiones, no tendría sentido el conformar una “Mesa de Partidos Resolutiva”.
“Nadie debe imponer límites al contenido de ese debate. Cada partido debe poder llevar a esa Mesa sus propuestas políticas y defenderlas con absoluta libertad. También hemos dicho a los ciudadanos vascos, que al final de ese diálogo, habrá un acuerdo y una decisión”.
“Nos hemos comprometido a solicitar al Parlamento Vasco autorización para que, en ausencia de violencia y sin exclusiones políticas, se realice una consulta popular a la sociedad vasca a fin de que ratifique el Acuerdo Político logrado en esa “Mesa de Partidos”.
“El Parlamento Vasco será quien determine cómo deberá hacerse esa consulta, y es aquí, donde, sin duda, se pueden producir las mayores discrepancias: ¿Qué mayoría se necesita para el cambio del marco jurídico-político? ¿Se le puede dar a un Partido la capacidad de veto? ¿Es válida, sin más, una mayoría, cualquiera que sea el porcentaje?”
“Considero que hay que intentar el mayor consenso, pero si no fuera posible hay que aplicar las reglas de la mayoría que son las que rigen el sistema democrático. Entiendo que un 45% no puede impedir a un 55%, avanzar en la sustitución del actual marco político-jurídico. En Canadá o Israel, basta, a falta de mayor consenso con el 51% o los 61 diputados de Israel y así lo comentan con naturalidad los analistas políticos españoles. Y en nuestro caso, ¡se nos exige transversalidad cualificada!”
“Por eso algunos tratan de evitar este debate, envenenando el esperanzador camino que se abre ante nosotros. Espero, no obstante, que esta estrategia obstruccionista no prospere y, en todo caso, exijo del Gobierno socialista que no se deje dominar por la tutela que desde palancas ajenas al ejecutivo y en ocasiones, también, al Poder Legislativo, pretenden ejercer algunos”.
“Considero que la determinación para superar todo tipo de obstáculos, la flexibilidad y la tolerancia deben ser herramientas de trabajo. Sé que puede haber fuerzas muy poderosas interesadas en el fracaso, pero estén donde estén esas fuerzas, creo que la idea de una paz justa y duradera tiene tanta fuerza que las puede neutralizar”.
“Estoy seguro de que no hay más camino que sentarse juntos, que no hay mas camino que ser capaces de comprometerse y tratar entre todos de alcanzar un futuro mejor”.
“Hemos cruzado la puerta. Estamos ya en la senda de la paz. No digo que las cosas vayan a ser fáciles, pero si creo que aceptado el diálogo como la clave para resolver los problemas y la democracia como única vía de solución, el nuevo tiempo nos permitirá pasar definitivamente la página triste y trágica de la violencia”.
“Pero ahí no se acabará todo. Los vascos tendremos que resolver también qué futuro queremos para nuestro pueblo. Llegará la hora de contemplar que si todos los proyectos políticos pueden defenderse en igualdad de condiciones, también, todos los proyectos políticos deberán disponer de la posibilidad de materializarse”.
“Por supuesto que acometer ese empeño exige partir del respeto a los demás pueblos, pero pidiendo a la vez que se nos respete igualmente en la decisión que adoptemos para asegurar la convivencia”.
Fuente: Joseba Azkarraga