La presidenta de Eusko Alkartasuna insta a Madrid y París a fijarse en el ejemplo de Québec La presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, subrayó la importancia del momento político que vive Euskal Herria y aseguró que nos encontramos ante un doble reto: “por un lado, hacer definitiva la pacificación y, por otro, dar solución al contencioso político”. En este sentido aseguró que los partidos políticos vascos deberán negociar “sobre acuerdos y reglas de juego, pero no sobre los derechos del pueblo vasco: ésos no se negocian”.
Begoña Errazti realizó estas declaraciones en una rueda de prensa ofrecida junto a Daniel Turp, diputado del Partido Québécois, que ha venido a Euskal Herria de la mano de Eusko Alkartasuna y que destacó que en los procesos políticos “es el pueblo quien tiene la última palabra”.
Acompañada por Turp, la dirigente abertzale aseguró que los Gobiernos de Madrid y París deberían fijarse en el modelo de Québec: “El Dictamen del Tribunal Supremo de Canadá dio al mundo una lección política y demostró la validez de las vías democráticas para resolver conflictos de soberanía, hasta el punto de que es una referencia mundial para los países que luchan por su independencia desde posiciones pacíficas y la fuerza que da la legitimidad democrática”.
“La superación del contencioso vasco es un reto ineludible que Eusko Alkartasuna afronta posibilitando puntos de encuentro y basándose en ejemplos esclarecedores como el de Québec”, manifestó Begoña Errazti.
Sobre el proceso vasco en sí, la presidenta de Eusko Alkartasuna alertó de que en los próximos meses “la paz será un tema fundamental, pero la restitución de derechos también”, para lograr el objetivo de la convivencia normalizada bajo la premisa de que la nación vasca es una realidad en el mundo que tiene derecho a decidir.
Daniel Purp, por su parte, resaltó las coincidencias entre Eusko Alkartasuna y el Partido Québecoise: “los dos somos independentistas y socialdemócratas”. Añadió que “hay que tener muy buenas razones para luchar por la independencia, y cuando los estados en los que nos encontramos rechazan de plano reconocernos como nación, no reconocen nuestro derecho a la autonomía, nos niegan competencias, no nos queda más que reclamar la independencia”. “Querer un país independiente no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr un país más justo, con mayor distribución de la riqueza, más políticas sociales y culturales, …”, resumió el representante independentista de Québec.
Además, agregó que, en el caso de Québec, “la necesidad de tener representación propia a nivel internacional, en organismos como la ONU, por ejemplo, es un importante punto a favor de la independencia”.
Fuente: Begoña Errazti