Joseba Azkarraga Fue en el año 1989 cuando la Asamblea General de Naciones Unidas a través de la Resolución 44/82 de 8 de diciembre declaró el año 1994 Año Internacional de la Familia, proclamación que evidencia un compromiso que debe traducirse en el día a día con políticas a favor de las mismas. En ese texto se destaca que ´la familia constituye la unidad básica de la sociedad y, en consecuencia merece especial atención. Por tanto habrá que prestar a la familia protección y asistencia en la forma más amplia posible´. Y va más allá porque establece que deberá abarcar las necesidades de todos los tipos de familia e incide en que las políticas fomenten la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el seno de la familia con una clara apuesta por ´lograr que se compartan más plenamente las funciones domésticas y las oportunidades de empleo´.
Hoy, familias hay tantas como formas de convivir nos podamos imaginar y todas deben de ser respetadas… La búsqueda de nuestro lugar hoy en el mundo, en una sociedad cada día más multirracial y globalizada, determina la aparición de nuevos y distintos sistemas familiares. La elección en plena libertad de nuestro destino personal, con miras a crear una satisfactoria estructura afectiva y unas relaciones gratificantes que promuevan el crecimiento y el desarrollo de las personas, amplia el abanico de posibilidades convivenciales. Es así como hoy nos encontramos con una heterogénea tipología familiar que, como Gobierno debemos cuidar y apoyar.
En el desarrollo de ese objetivo partimos de la base que nuestra actuación hacia la familia debe ser integral. Es necesario construir un sistema de protección que ofrezca servicios y apoyos para todas las situaciones carenciales o de necesidad que se manifiesten en el hogar y que afecten a las familias en toda su diversidad.
En ese sentido, una de las prioridades es facilitar la conciliación de las responsabilidades familiares y profesionales impulsando medidas que favorezcan una mayor participación de los hombres en las responsabilidades y tareas domésticas; y en el caso de las mujeres, facilitando su incorporación a la vida laboral y el desarrollo de su carrera profesional.
Por ello, el Gobierno Vasco a través del Departamento de Justicia Empleo y Seguridad Social, desde el más escrupuloso respeto a todas las formas de convivencia, puso en marcha en el año 2002 el I Plan de Familia, con una vigencia 2002-2005 y ahora se dispone a presentar el II Plan de Familia que contempla ampliar las actuaciones ya emprendidas en el anterior. El objetivo es construir de manera progresiva un sistema de protección a las familias similar a los de los países más avanzados de la Unión Europea, en lo referente a las ayudas directas así como en la puesta en funcionamiento de una red de servicios y prestaciones para la conciliación de la vida familiar y laboral.
Siguiendo esa filosofía, el primer Plan que fue pionero en el Estado tanto por las medidas desarrolladas como por las cantidades económicas asignadas, se vertebró sobre dos ejes fundamentales: por una parte, el apoyo económico a las familias con hijos e hijas -otorgando ayudas a partir del segundo/a-, y por otra, el apoyo a la conciliación de la vida laboral y familiar, con incentivos económicos en el caso de las excedencias y reducciones de jornada para el cuidado de menores, con una discriminación positiva cuando la persona que ejerce el derecho es hombre. También en el ámbito de la conciliación se ha realizado un importante esfuerzo en el desarrollo de escuelas infantiles de 0-3 años.
Como ya he apuntado, actualmente nos encontramos finalizando los últimos trámites del II Plan Interinstitucional de Apoyo a las Familias, que va a suponer un avance importante sobre el primero y que pivota sobre la necesidad de promover una política coordinada e integral de atención a las familias desarrollada por distintas instituciones. Se trata de lograr la armonización y homogenización de la cartera de servicios para que toda la ciudadanía disponga de igual acceso a los servicios y prestaciones en el conjunto de la Comunidad Autónoma. Así, el proceso iniciado por el primer Plan tiene continuidad en el que pronto verá la luz, poniendo el acento en el desarrollo de equipamientos y servicios socio-comunitarios.
Nuestra apuesta por la familia es decidida y el compromiso que el Gobierno Vasco, este Departamento y yo personalmente adquirimos e iniciamos hace cuatro años sigue vivo, intentando mejorarlo cada día.
Fuente: Joseba Azkarraga