La política de empleo, junto con la política fiscal, constituye una de las herramientas fundamentales en el reparto justo de la riqueza. Sin embargo los datos evidencian que la tendencia es contraria, que no existe una equidad en el reparto de la riqueza: por una parte las empresas cotizadas en bolsa han incrementado sus beneficios en el año 2006 respecto al año anterior en un 34%, y por otra el salario real de los trabajadores ha caído en un 0,6% entre 1996 a 2007, según datos de un estudio del Banco de España. Es decir, en un ciclo de crecimiento económico, cuando los beneficios baten récords, la precariedad, la subcontratación, la temporalidad, las bajas remuneraciones son las características fundamentales de mercado laboral actual. Esto se traduce en un deterioro de los derechos laborales: la subcontratación entre otros problemas conlleva a un incremento de la legislación en materia de seguridad laboral y a las altas tasas de siniestralidad laboral; las tasas de temporalidad doblan las de la UE15 y este tipo de contratos, además de no ofrecer estabilidad laboral, por su corta duración, no garantizan niveles de cobertura social suficientes y tienen efectos directos en las prestaciones sociales futuras; las bajas remuneraciones han generado un nuevo sector social, los llamados mil euristas, con dificultades para llegar a fin de mes, incluso con dificultades para llevar un a vida digna. Por todo ello es imprescindible la intervención en el mercado laboral para corregir estos desequilibrios. Sin embargo hemos de constatar que las sucesivas reformas laborales no han tenido como objetivo el reparto equitativo de la riqueza y sí han servido para flexibilizar el mercado laboral. Por ejemplo, la última reforma laboral del 1 de julio de 2006 tenía como objetivo, según el Ministro de trabajo y seguridad social, buscar compromisos que logren aunar seguridad para los trabajadores y flexibilidad para las empresas. Sin embargo, para Eusko Alkartasuna, a priori, la seguridad para los trabajadores y la flexibilidad para las empresas son dos objetivos difíciles de aunar o compatibilizar en términos de calidad de empleo y consolidación de los derechos sociales, por ejemplo la conversión de contratos temporales en fijos se hace abaratando despidos, la limitación de contratos temporales sucesivos se hace eliminando la limitación de uso de la ETTs… Por tanto hay que elegir, o se apuesta por la empleabilidad y la calidad en el empleo o se prefiere seguir flexiblizando el mercado laboral. Teniendo en cuenta estas consideraciones, las reivindicaciones de Eusko Alkartasuna se centran en los siguientes ejes de actuación: – Reivindicamos la defensa de todos y cada uno de los derechos sociales, sobre todo el que hace referencia al trabajo digno, así como a la consecución del pleno empleo y que éste sea cada vez más estable, de más calidad, más seguro y esté mejor repartido. – - Entendemos que las políticas de empleo sirven para generar y repartir mejor la riqueza, por eso apostamos por la reordenación y reparto del tiempo de trabajo, y la reducción de la jornada laboral. – - Estimamos que, tanto para el desarrollo económico como para el desarrollo social, son necesarias actuaciones dirigidas a ofrecer seguridad a los ingresos de los trabajadores. Por ello, exigimos actuaciones dirigidas a la estabilidad en la contratación y a mantener el poder adquisitivo de los salarios, así como la necesidad de dignificar las prestaciones sociales. En este sentido, consideramos imprescindible la mejora sustancial de las pensiones contributivas y no contributivas, situándolas por encima del umbral de pobreza y damos prioridad a la elevación progresiva del Salario Mínimo Interprofesional hasta llegar al 60% de la renta media, evitando los salarios de pobreza y exclusión y consiguiendo que el trabajo llegue a ser garantía de bienestar y de integración social. – - Los derechos sociales y laborales son universales. Por eso, para garantizar la inserción social y laboral de los colectivos más vulnerables o de aquellos que se encuentran en riesgo de exclusión social, serán necesarias políticas de discriminación positiva. Estos derechos se deben garantizar independientemente de la procedencia del trabajador, porque todos somos ciudadanos de Euskal Herria, porque la salvaguarda y la defensa de los derechos de las trabajadoras y trabajadores es igual sin distinción en todo el mundo. Pero sobre todo exigimos la necesidad de diseñar el Marco Vasco de Relaciones Laborales. El área de las relaciones laborales y de la protección social es uno de los campos en los que con más claridad se ha manifestado el incumplimiento del marco jurídico existente. Así, las competencias que en los ámbitos de empleo, protección social y formación se recogen en el Estatuto de Gernika y Amejoramiento de Navarra están pendientes de ser transferidas, y en todo caso, la oferta que parte del Gobierno Central no se corresponde con los niveles competenciales recogidos en el Estatuto y Amejoramiento. Esta situación hace que, una vez más, las propuestas de empleo de Eusko Alkartasuna incluyan la exigencia de las transferencias pendientes en materia socio-laboral. Junto al grave incumplimiento, constatamos que en este área se produce un gran desajuste entre el marco jurídico y las dinámicas reales de la sociedad. Además, es importante reconocer que en Euskal Herria existe una realidad sindical propia y una estructura empresarial diferenciada. Así, para poder desarrollar políticas que respondan a las necesidades de la sociedad y llegar a acuerdos con los agentes sociales en cuestiones clave como el empleo, la formación y la protección social, es necesario que las instituciones vascas ejerzan las competencias necesarias para hacer frente a estas políticas. Por lo tanto, reclamamos la necesidad de un Marco Vasco de Relaciones Laborales para que las instituciones de Euskal Herria tengan los instrumentos competenciales necesarios para desarrollar políticas de empleo integrales (políticas activas y pasivas) y se respete el ámbito de decisión en las relaciones laborales.
Fuente: Eusko Alkartasuna