Garaikoetxea afirma que «tras lo ocurrido en Navarra» la cooperación de gobierno entre el PNV y EA «tiene más motivo» desde dos proyectos distintos Carlos Garaikoetxea disfruta del verano en la costa guipuzcoana sin perder de vista un panorama político marcado todavía por las secuelas de lo ocurrido en Navarra y un mundo nacionalista en plena ebullición. No oculta su irritación con el PSOE y apuesta por mantener la cooperación de gobierno entre EA y el PNV «desde dos proyectos legítimos». Además, se muestra convencido de que al final el lehendakari Juan José Ibarretxe convocará una consulta popular en esta legislatura y anunciará con claridad sus contenidos.

-¿Qué sensación le queda tras la decisión de la ejecutiva federal del PSOE de vetar un posible acuerdo de coalición entre los socialistas navarros, Nafarroa Bai e Izquierda Unida?

-¿Qué sensación me queda? Que todas esas apelaciones del PSOE a la transversalidad, al pluralismo, la atención prioritaria al progreso de los ciudadanos y no a las patrias… etcétera son una pura retórica: su decisión sí ha sido excluyente contra un importante sector de la sociedad navarra, representada por la segunda fuerza política, que es Nafarroa Bai, y ha rechazado un pacto de progreso ya acordado en las negociaciones, por una cuestión de Estado, es decir, de su patria una, grande y libre.

-¿Pero usted esperaba realmente esta decisión final?

-Sinceramente me temía cualquier cosa, después de los desengaños del pasado, como el abandono de los compromisos del PSE con Navarra en 1982, o los escándalos que hicieron saltar por el aire al tripartito que compartimos en 1991 con Otano de presidente. Pero nunca esperé la comedia de dos meses de aparentes negociaciones, esperando que Nafarroa Bai justificara su ruptura, cuando ya sabían que Madrid tenía planteado el veto. Engañaron a su propia militancia que reclamaba unánimemen- te el Gobierno de coalición y progreso, el relevo a la derecha de UPN.

-¿Qué consecuencias puede tener, a su juicio, esta decisión adoptada por el PSOE?

-Las consecuencias serán funestas para el PSN-PSOE y óptimas para la derecha de Unión del Pueblo Navarro, que puede enquistarse en el poder. La única fuerza de oposición real, aunque crecerá si duda, va a ser Nafarroa Bai.

-¿Cómo puede afectar a las relaciones con los socialistas en un futuro?

-Ha quedado claro que la decisión unánime del Partido Socialista de Navarra, como la de cualquier otra federación, no pinta nada, sólo pinta Madrid. ¿Qué cabe confiar sobre posibles acuerdos con un partido que funciona así? ¿Puede funcionar eso de «no imponer, no impedir»?

-Dice Josu Jon Imaz, que ETA anticipó la ruptura del alto el fuego para impedir precisamente ese posible gobierno de coalición entre el PSN-PSOE, Nafarroa Bai e Izquierda Unida. ¿Usted lo cree?

-Objetivamente la ruptura del alto el fuego fue el peor servicio posible a aquel proyecto de cambio en Navarra. Si fue un cálculo premeditado de ETA, o una muestra más de su ceguera política, no lo sé. Tan triste es lo uno como lo otro.

La agenda política

-¿Qué piensa de las tesis del presidente del PNV, Josu Jon Imaz, sobre una consulta que puede dividir a la sociedad vasca y dar alas a ETA en la actual coyuntura?

-Aquí tan pronto te dicen que «hay que hacer política como si ETA no existiera» (Mario Onaindía dixit), como lo contrario. Si aceptamos que hay consultas o reivindicaciones que deban paralizarse por la existencia de ETA, no sólo dejamos que ETA marque la agenda política del país. Es que la «razón de Estado» puede aconsejar a algún Maquiavelo a mantener viva a ETA, aunque sea en estado vegetativo para que todo siga paralizado Cosas más raras se han hecho. Hitler quemó el Reichstag para imputar la fechoría a sus enemigos.

-¿Cómo observa la situación interna del PNV?

-Yo observo con respeto la situación interna del PNV. Los problemas internos a veces son los más difíciles y dolorosos. Si los tienen, les deseo una buena solución y que también lo sea para el país.

-¿Usted cree que el lehendakari Juan José Ibarretxe convocará un referéndum en esta legislatura?

-La convocatoria de esta consulta es un compromiso del Gobierno Vasco y creo que Ibarretxe lo cumplirá, anunciando con claridad sus contenidos, que merecerán la pena, y las condiciones para su ejercicio.

-¿Y si no lo hace?

-Pues si no lo hace finalmente será porque otros lo hacen imposible.

-¿Cree que una decisión de esa naturaleza afectaría a la relación con el PNV?

-No estoy pensando tanto en el PNV como en los que pueden sabotear la propuesta invocando la fuerza de su ley, o de sus armas. Veremos la respuesta de unos y otros a la vista de la propuesta.

-En este sentido, ¿cree que la cooperación de gobierno entre EA y el PNV sigue teniendo sentido?

-Desde luego, y después de lo visto en Navarra, con mayor motivo. Se puede cooperar desde dos proyectos legítimos y necesarios en el nacionalismo vasco, que así cubren un amplio espacio político.

-¿Piensa que el debate interno suscitado en el seno de EA sobre su coalición electoral con el PNV está ya zanjado?

-Han sido dos congresos consecutivos los que han zanjado este debate.

-¿Está de acuerdo usted con la dirección nacional de su partido al pedir a los dirigentes guipuzcoanos Iñaki Galdos y Pello Gonzalez que dejen o sus cargos internos o sus cargos institucionales en la Diputación de Guipúzcoa en aplicación de los estatutos de EA?

-Parece que son los estatutos los que han inducido a actuar así a la dirección de Eusko Alkartasuna.

-¿Considera correcta la solución planteada?

-Los estatutos nos obligan a todos. Quizá haya que cambiarlos en eso y en otras cosas más importantes tras veinte años de experiencia.

Excepciones

-¿Está funcionando la integración interna de sensibilidades en Gipuzkoa a la hora de formar el gobierno de la Diputación?

-Hombre, a juzgar por el problema a que usted acaba de referirse es evidente que algo no ha funcionado como hubiera sido deseable.

-¿Cómo juzgó la decisión de los ediles de EA de Azpeitia y Zumaia de no apoyar a los candidatos del PNV a las alcaldías tras las últimas elecciones municipales? ¿Debía haber tomado medidas la Ejecutiva Nacional?

-Fueron excepciones dentro de acuerdos que, en general, funcionaron. Tampoco Eusko Alkartasuna tuvo apoyos que debieron darse, alguno de ellos escandaloso, en el que el Partido Nacionalista Vasco suplantó al candidato a alcalde de EA en Sopuerta por un franquista. Pero cuando EA ha facilitado al PNV la Lehendakaritza y dos diputado generales en Álava y Gipuzkoa, más bien hay que pensar, mirando al futuro, por qué el clima creado en algunos pueblos hace que estallen estas excepciones. Por lo demás, creo que éstos, y también otros casos de incumplimientos de acuerdos congresuales sobre la forma de acudir a las elecciones, ya han debido de ser remitidos a la comisión de conflictos.

-¿Cómo va a zanjarse el debate que EA mantiene con el PNV sobre la rebaja del impuesto de sociedades?

-Como ya ha explicado EA, más importante que una reducción o no de dos puntos, es que este asunto se canalice a través de deducciones para la inversión, el empleo y el futuro del país. De todas formas, si persiste la falta de armonización, tendrá que ser el Parlamento Vasco el que intervenga para hacer frente a una de las consecuencias, otra más, del foral-provincialismo.

-En principio, el congreso nacional de EA está previsto para noviembre. ¿Mantendría los plazos?

-No se me ocurre ninguna razón para retrasarlo.

-¿Cuál es el verdadero debate en EA?

-Mire, en EA no se zanjan las discusiones como hace el PSOE en Ferraz, con un ordeno y mando. El proyecto es claro, pero ha existido una reiterada discusión sobre la conveniencia de una coalición electoral que ya ha sido reiteradamente zanjada, también, en los últimos congresos.

-¿Usted detecta un riesgo de ´batasunización´ dentro de EA?

-Nosotros hemos mantenido una postura invariable, tanto en el repudio de la violencia como en la defensa del derecho de autodeterminación. Nadie más puede decir lo mismo dentro del nacionalismo vasco. Hasta ahora son otros los que en una u otra cuestión se han aproximado a Eusko Alkartasuna. Ojala lo haga también el mundo de Batasuna.

-¿Cree que Begoña Errazti debería presentarse a la reelección como presidenta del partido?

-Hombre, ésa es una decisión de Begoña que, en cualquier caso, veré con el mayor respeto. Por que sé cómo pesan estas responsabilidades.

-¿Cómo ve al país tras el anuncio de la ruptura del alto el fuego de ETA?

-Con una enorme frustración. Con la sensación de un enorme salto atrás en el tiempo. Con indignación.

-A su juicio, ¿qué ha ocurrido en el seno de ETA y de Batasuna a la hora de entender la ruptura de ese alto el fuego permanente?

-Fundamentalmente, un alejamiento increíble de la realidad política por parte de los que han impuesto su criterio en ETA.

-¿Considera posible que se reconstruya en un futuro un proceso similar en el País Vasco?

-Ahora todo va a ser más difícil, pero tendría que intentarse. Pero las garantías por parte de ETA tendrán que ser otras y el coraje del Zapatero de turno mucho mayor.

Las dos mesas

-¿Usted cree que fue ETA la que intentó imponer en las conversaciones mantenidas en Loiola entre representantes del PNV, del PSE y de Batasuna sus tesis maximalistas sobre el derecho de decisión y la territorialidad?

-No estuve allí, pero parece que lo de las dos mesas independientes, la «técnica» y la «de partidos», era pura ficción teórica como era de temer. Indudablemente las interferencias políticas en la negociación de parte de ETA, que eran previsibles, empujaron el proceso al colapso.

-Su partido siempre ha mirado con gran interés la experiencia del Partido Nacional Escocés, los independentistas que ahora gobiernan en Escocia. También en su día se fijaron en la estrategia del Partido Quebecois. ¿Con qué vía se quedan?

-Sin duda el modelo escocés o la interpretación democrática del Tribunal Supremo de Canadá, en el sentido de que no es posible oponerse sistemáticamente a la voluntad democrática, mayoritaria, de un pueblo, es la única salida a un caso como el vasco.

-¿Cómo definiría usted la actual situación de este país?

-Nuestro país funciona; todos los índices económicos, de bienestar y desarrollo son mejores que los de nuestro entorno, y ello a pesar de la pérdida de energías y la frustración generada por la falta de normalidad política que padecemos y por el fracaso del proceso de paz. Si resolviéramos estos problemas, el país se liberaría de un gran lastre. Estoy absolutamente seguro de ello.

Fuente: Carlos Garaikoetxea