´El PSOE ha demostrado que no cree en la pluralidad nacional: dio portazo al Nuevo Estatuto Vasco, vació el Estatut y frustró el Gobierno alternativo en Nafarroa´ La presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, ha sido tajante esta tarde en Zarautz: la transversalidad es el señuelo del PSOE para imponer sus tesis en Euskadi, y no abordar la raíz del conflicto político. Para Errazti, el Partido Socialista Obrero Español ha demostrado en esta legislatura que no cree en la pluralidad nacional: dio un portazo al Nuevo Estatuto Político de Euskadi, pactó con CiU para vaciar de contenido el Estatut aprobado por el Parlament y ha frustrado el Gobierno alternativo en Nafarroa, imponiendo su veto desde Madrid.
El PSOE comparte el modelo centralista de un Partido Popular al que está continuamente rindiendo cuentas. Es más, ahora planea acercársele aún más, y ha anunciado como pilares de su próxima campaña electoral la defensa de la idea de España, el blindaje competencial y la cohesión nacional española. Sin complejos, expresó.
En el acto de apertura del curso político, celebrado como todos los años en el Alkartetxe de Zarautz, la presidenta de EA hizo un repaso por la situación política marcada por la vuelta de ETA a la violencia y la vuelta a estrategias y discursos anteriores a la declaración de alto el fuego de marzo de 2006, no sólo en el ámbito de esa organización armada y del mundo de Batasuna, sino en todo el espectro político vasco.
La presidenta de EA criticó los discursos amparados en términos como transversalidad, centrismo y moderación que comparten PNV y PSOE, y que se están convirtiendo en excusa para seguir paralizando el debate fundamental en este país: el de la soberanía del pueblo vasco, la restitución de sus derechos y la solución a una transición inacabada.
POLÉMICA INVENTADA PARA DESCALIFICAR EL SOBERANISMO
Begoña Errazti resaltó que Eusko Alkartasuna es coherente y clara en la reivindicación de los derechos nacionales del pueblo vasco, trabaja desde y para todos los territorios del país, impulsa la soberanía y la igualdad en la actuación institucional, y ante todo somos leales a nuestros compromisos. No aceptamos acusaciones falsas de deslealtad que pretenden debilitar al Gobierno Vasco, y manchando el nombre de EA, descalificar el soberanismo.
La lealtad de EA está en los acuerdos que yo misma firmé con el PNV en 2001 y 2005 a favor del derecho de autodeterminación y la realización de una consulta esta legislatura. Y en nuestro voto en la diputación de Araba y la de Gipuzkoa, respondió.
¿Han dejado de estar vigentes esos compromisos que adquirimos EA y PNV ante la ciudadanía en 2001 y 2005 y para los que pedimos el voto? ¿Ha dejado de estar vigente el compromiso de avanzar en la paz y la normalización política? ¿El compromiso de dar soluciones prácticas y democráticas a la situación de descontento de la sociedad vasca en sus relaciones con los estados francés y español? ¿O es que el PNV firmó en falso?, preguntó.
Asimismo calificó de invención la polémica en torno a la opinión del consejero de Justicia, Joseba Azkarraga. Hemos visto declaraciones preparadas vertidas en torrente ante los medios, un artículo del señor Imaz inmiscuyéndose en el debate interno de EA para generar enfrentamientos hoy inexistentes… Porque un consejero ha dado su opinión sobre cómo hacer posibles los compromisos pactados por el Gobierno Vasco y ambos partidos. Una demonización calculada y buscada.
Ya saben lo que pensamos. Defendemos la soberanía y apostamos por una solución dialogada al conflicto vasco. Y seguiremos haciéndolo, guste o no guste, convenga o no convenga, a las estrategias particulares o partidarias de otros. El PNV no tiene la exclusiva del pensamiento nacionalista vasco. Su reacción desproporcionada demuestra la concepción patrimonial del país, hoy dominada por una visión cortoplacista y orientada únicamente a mantener la cuota de negocio, afirmó.
La dirección del PNV, y por supuesto su presidente, es libre de defender sus planteamientos públicamente. De apelar a la transversalidad para justificar la vuelta al pacto con el Partido Socialista. Pero la dirección de EA también es libre de criticar esa transversalidad, simpática en un país en el que la política y la convivencia están absolutamente contaminadas por la persistencia del conflicto y la violencia, pero que esconde la concesión del derecho de veto al nacionalismo español sobre el futuro de este país.
RADICALIDAD Y PRAGMATISMO
Se nos acusa de radicalidad por defender los compromisos adquiridos por el Gobierno Vasco y por el lehendakari ante la sociedad vasca. ¿Somos radicales por defender el derecho de los vascos y vascas a ser consultados? ¿Por advertir que no hay solución si no resolvemos la raíz del conflicto político? Lo dicen también personas de su partido, señor Imaz. No utilicen a EA para zanjar sus peleas internas interpeló.
En alusión al supuesto pragmatismo defendido por el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, Errazti lo distinguió del posibilismo que ha caracterizado siempre a EA: aprovechar las coyunturas para avanzar en nuestras ideas pero sin olvidar los objetivos.
La actuación del PSOE en Navarra es un ejemplo de lo que ocurre cuando, en pos del pragmatismo, se abandonan principios fundamentales en política. Cuando, a falta de ideología y compromiso, estos se sustituyen por el utilitarismo, sacrificando ideas y voluntades, señaló. Apela el señor Imaz a la moderación y el centrismo. Revestida en esos mismos adjetivos presenta hoy la dirección del PSOE su decisión de regalar el Gobierno de Navarra a UPN, la derecha más antivasca, caciquil y conservadora de todo el Estado.
¿Pero transversalidad para qué? Ningún líder de PNV o PSE habla de soberanía al apelar a la transversalidad. ¿Acuerdos para qué? ¿Para repartirse el poder entre los partidos? ¿Para quedarnos con un Estatuto incumplido y una soberanía permanentemente cuestionada? se pregunta. Nosotros también estamos a favor de los acuerdos, cómo no; pero primero que se respete la realidad nacional de Euskadi y nuestro derecho a decidir, matizó.
PRIORIDADES: PAZ Y NORMALIZACIÓN
En Eusko Alkartasuna no nos podemos conformar con que no habrá proceso de paz. Como fuerza nacional vasca en un país que no está normalizado, no podemos abandonar las reivindicaciones de soberanía en nuestra labor diaria. Puede ser comprensible que el nacionalismo español quiera retrasar estas reivindicaciones. Lo que no es comprensible es que una fuerza abertzale lo pretenda, subrayó.
Así, mientras no haya normalización política, la acumulación de fuerzas para exigir el reconocimiento de Euskal Herria y su derecho a decidir seguirá siendo necesaria. Desde dos principios mínimos irrenunciables: el respeto a los derechos humanos, una apelación que mira directamente a Batasuna, porque si no serán responsables principales de que nuestro pueblo no avance.
El segundo principio es la exigencia de respeto a la decisión del pueblo vasco, una apelación dirigida al PNV, para que sea leal a los acuerdos firmados en este sentido, añadió.
ETA ha roto el proceso de paz. Fracaso en el que también el PSOE tiene responsabilidades. Si algo hemos aprendido de todas las experiencias anteriores es que es preciso hacer una apuesta sincera. Y ello significa que ETA y el mundo de Batasuna se comprometan firme y definitivamente con la no violencia, y eliminen los argumentos de quienes quieren que en Euskadi siga la violencia. Y las fuerzas políticas vascas tenemos que ir a la raíz del conflicto político. Los objetivos están vigentes. Por lo tanto, es una cuestión de dignidad y obligación moral intentar generar las condiciones. Condiciones de ausencia de violencia y decisión democrática, expuso.
Nuestra reflexión como partido, que tendremos ocasión de hacer en el próximo Congreso que se celebrará próximamente, entre diciembre y enero, es en este momento cómo aportar a este país. Desde nuestros postulados y con atención a la situación política actual. Porque no me cabe la menor duda de que EA, como hasta ahora, será pieza clave en la próxima coyuntura, terminó.
Fuente: Begoña Errazti