Lasagabaster señala que la Ley no se ajusta a la filosofía de Eusko Alkartasuna La portavoz de Eusko Alkartasuna en el Congreso, Begoña Lasagabaster, ha explicado que el rechazo de la formación abertzale a la Ley de Memoria Histórica se basa en la no inclusión en el texto final de tres vértices que EA considera indispensables: verdad, justicia y reparación. Lasagabaster ha mostrado su frustración por el hecho de que una Ley de gran trascendencia, por la que hemos trabajado durante varias legislaturas, no responda a lo que realmente se merecen tantas y tantas personas víctimas de una guerra civil y una larga dictadura.
Lasagabaster ha afirmado que verdad hay poca en esta Ley porque cuando solo se recogen los informes, los testimonios, las vivencias, la historia de una única parte, ¿dónde queda la verdad de tanta gente, dónde queda el trabajo de ese Centro de Memoria Histórica, que tendría que recoger una Comisión de la Verdad para conocer lo que realmente pasó?.
En opinion de la portavoz de Eusko Alkartasuna en el Congreso, en esta Ley no existe nada que tenga valor jurídico vinculante, no se recoge la doctrina de crímenes, de lesa humanidad de Naciones Unidas, no se hace mención al carácter vinculante de una Ley, que debiera restituir al menos la nulidad de aquellas sentencias de tantos tribunales ilegítimos, por tanto nulos. Y en cuanto a la reparación, Lasagabaster ha considerado que ésta es insuficiente porque evidentemente es imposible que exista una reparación acorde a lo que supone la vulneración de los derechos humanos, pero en esta Ley tampoco se recoge una reparación social, moral y económica suficiente.
Begoña Lasagabaster ha afirmado que el texto que hoy ha llegado al Pleno del Congreso es mejor que el que Gobierno presentó inicialmente, pero ha señalado que los trabajos realizados en busca de un consenso no han logrado finalmente la presencia de tres cuestiones mínimas para Eusko Alkartasuna: el compromiso del Gobierno a ayudar a las víctimas para que puedan recurrir las sentencias y conseguir de esta forma su nulidad, el traslado a Euskadi de los documentos incautados y que hoy se encuentran en el Archivo de Salamanca y la equiparación de las víctimas de la transición a las víctimas de organizaciones terroristas
Fuente: Begoña Lasagabaster