En la reunión de ministros de Empleo que se celebra entre hoy y mañana en Bruselas, hay nuevas caras, y nuevos puntos de vista, ya que los gobiernos de Berlusconi y de Sarkozy seguramente cambien de bando, y se unan a la corriente liberal en detrimento de la Europa social. Sesenta años después de la Declaración de los Derechos Humanos, estamos asistiendo a una involución en esta materia, derivada de la tendencia hacia un liberalismo feroz por parte de los gobiernos de la Unión Europea. Ellos lo llaman ´flexibilidad laboral´, pero en verdad es un recorte de libertades donde el trabajador ( y la trabajadora más) verá sus horas dedicadas a la vida familiar, social y de ocio muy recortadas. Y lo más triste de todo es que no iría en beneficio personal, sino estatal, ya que estas 17 horas de más a la semana, mayormente beneficiarían no a la persona, sino a las arcas del gobierno. Este giro a la política neoliberal no es nuevo, la hemos visto con la liberalización del Mercado del Vino, la estamos sintiendo en las negociaciones sobre acuerdos económicos de comercio que la UE pretende hacer firmar a los países más pobres del mundo, y ahora nos la tratan de introducir en nuestra vida laboral. Eusko Alkartasuna desde su asiento en el Parlamento Europeo, ya ha movilizado a los compañeros del grupo político Alianza Libre Europea, y hace un llamamiento a todos los partidos que dicen ser de izquierdas, para que esta propuesta no pase por el filtro parlamentario. De ser así, toda Europa tendría que salir a la calle, no para protestar, sino para que los ministro que tienen la poca vergüenza de siquiera plantear ´el alto coste´ de un trabajador (que da servicio a todos, incluido el sector político), y hacerlos trabajar más por el mismo precio, vean que Europa no pide trabajar más, sino vivir mejor. Los puntos clave de la Directiva El Consejo de Ministros de la Unión Europea intentan llegar a un acuerdo para modificar la Directiva sobre ordenación del tiempo de trabajo, que establece la jornada semanal máxima en 48 horas (para el estado español, por ejemplo, son 40). Desde hace tres años, algunos gobiernos de la UE, como el del Reino Unido o Alemania, quieren ampliar este tope. Gracias a un bloque hasta ahora fuerte de Estados, no se ha podido modificar una letra de la directiva. La Directiva, tal y como está hasta ahora, dictamina que los Estados miembros adoptarán las medidas necesaria para que la duración media del trabajo no exceda de 48 horas, incluidas las horas extraordinarias, por cada período de siete días. Bien, pues ahora lo que el Consejo debatirá son las provisiones de la Directiva 2003/88/EC, para estudiar la posibilidad de de no aplicar el máximo establecido (por una directiva que ellos mismos aprobaron hace 5 años) si el trabajador acepta trabajar más horas. Esta es la famosa provisión opt-out. Eso sí, el trabajador que se niegue a trabajar más de las 48 horas no deberá sufrir como consecuencia de su decisión. La mayoría de los Estados Miembros quieren aprobar la nueva normativa a fín, según ellos, de resolver los problemas que les plantean las guardias médicas sobre todo, ya que pagarlas como horas extra les sale ´muy caro´.
Fuente: Mikel Irujo