El vicepresidente de Eusko Alkartasuna, Koldo Amezketa, explica las razones por las que la formación abertzale y socialdemócrata apoya la huelga general convocada para mañana, 21 de mayo
Eusko Alkartasuna apoya la huelga convocada por los sindicatos vascos el próximo día 21 de mayo porque existen razones objetivas suficientes para la convocatoria, y porque consideramos que la gravedad de la situación exige un respaldo sin fisuras a las personas trabajadoras, las familias y los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad, que están siendo los más directamente afectados por las consecuencias de una crisis en cuya gestación no han tenido responsabilidad alguna. Eusko Alkartasuna es un partido que defiende desde su nacimiento la igualdad de oportunidades. Un compromiso que engarza con el sentido de esta huelga y su significado de protesta de los trabajadores y las trabajadoras, que están siendo los principales paganos de la generalización de una práctica económica y financiera irresponsable y abusiva, que en los últimos años ha basado la obtención de beneficios en la mera especulación en vez de en la economía productiva y la riqueza real. En esta tesitura, la única posición coherente y razonable para un partido profundamente comprometido con los derechos sociales, es respaldar la queja de la clase trabajadora. Y la huelga es uno de los cauces legalmente establecidos para articular esa protesta.
No es cierto que la decisión de apoyar esta huelga conlleve por parte de la dirección de Eusko Alkartasuna una lectura crítica de la gestión de sus ex consejeros -en particular Joseba Azkarraga- en el Gobierno Vasco. Es evidente que esta crisis supera ampliamente las fronteras de Euskal Herria, así como sus causas, y posiblemente, su solución. Pero en este momento de adversidad, es preciso tomar partido frente a cualquier posible intento de dar marcha atrás en materia de derechos laborales. Eusko Alkartasuna siempre ha defendido que es imprescindible disponer de un marco propio de relaciones laborales que nos permita tener plena capacidad para regular este ámbito en nuestro país, para hacerlo con criterios de justicia social. Ha sido precisamente el ex consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social de EA, Joseba Azkarraga, quien con más empeño ha exigido esta competencia al Gobierno español, y ha puesto en marcha otras tantas medidas de claro contenido social, como la Renta Básica de Inserción Social que se citaba recientemente en un artículo. Y en lo que se refiere a la crisis, es destacable que más del 90% de los ERE aprobados por su Consejería en los últimos meses han contado con el aval de los comités de empresa, en contraste con lo que está ocurriendo en Nafarroa.
Sin embargo, la cuestión a debate con motivo de la próxima huelga no es la gestión del Ejecutivo Vasco anterior en concreto; sino la posición ante el papel que deben tener las instituciones públicas en la configuración de un nuevo modelo económico más justo y solidario, y que asiente su desarrollo en una economía real y sostenible, y no en la mera especulación. Tiene, además, un sentido de protesta que no se puede negar a la clase trabajadora, cuando prácticamente todos los gobiernos del llamado primer mundo han destinado, con una u otra fórmula, millones de dinero público a la compra de activos, de avales y el rescate de entidades financieras en quiebra -estas sí, causantes de la crisis-, en algunos casos sin más control que el compromiso de palabra de la banca de destinarlo a la financiación de personas particulares y pymes, sin que después se esté cumpliendo.
Es lógico, hasta necesario, que la clase trabajadora que está financiando como contribuyente estas operaciones, haga huelga, si así lo desea libremente, y proteste y plantee sus reivindicaciones tanto a las instituciones públicas como a los agentes económicos. También en Nafarroa. No podemos olvidar que esta convocatoria tiene un carácter nacional, y que en la Comunidad Foral de forma sistemática se excluye a un tercio de la representación sindical y política de los órganos de decisión económica, y hoy de la planificación de las medidas contra la crisis que afectan al conjunto de la sociedad.
Desde una fuerza política socialdemócrata como EA no podemos sino apoyar ese derecho como una necesidad social fundamental en este momento. Denunciar la injusticia que reside en el origen y en las consecuencias de esta crisis, exigir la implicación institucional en el conjunto del país, y respaldar el sentido de las exigencias sindicales. La dirección de EA resolvió apoyar esta huelga por todos estos motivos, y por unos objetivos concretos ante la actual coyuntura, coincidentes con los de las centrales sindicales convocantes. Y son: frenar el aumento del paro, exigir políticas de creación de empleo estable y contra la precariedad; fomentar políticas fiscales progresivas y políticas económicas sectoriales de inversión pública y desarrollo sostenible; impulsar políticas sociales de progreso para que las nefastas consecuencias de la crisis económica no recaigan sobre los trabajadores vascos ni crezca la exclusión social; por último, que se dé el lugar que les corresponde a los sindicatos y a todos los agentes sociales en los centros de discusión y decisión de las políticas anticrisis, manteniendo la lucha por la consecución de un marco propio de relaciones laborales. Respaldar la huelga en virtud de estas reivindicaciones no supone desautorizar a los cargos públicos de EA; sí, en cambio, profundizar en los principios ideológicos y el programa electoral del partido.
Llama poderosamente la atención el dramatismo con que ciertas voces están advirtiendo sobre el impacto que tendrá la huelga en la economía; voces que no expresan ante el problema en sí de la crisis, la misma acritud que manifiestan contra los trabajadores. Lo más peligroso en una coyuntura de esta gravedad no es el efecto de una huelga -que es nimio en comparación con la situación general-, sino que no se analicen con honestidad las causas de esta crisis, no se tomen las medidas políticas de fondo necesarias y no se aprueben las normativas correctoras que permitan evitar otras similares en el futuro. Se han celebrado ya huelgas y movilizaciones en Francia, Bélgica y otros muchos países de la UE, estando en situación económica mucho más favorable que la nuestra. Quizá la pregunta que nos tenemos que hacer aquí sea por qué se ha tardado tanto y algunos no la secundan, y no al contrario.
En cualquier caso, algunas voces de EA están mezclando su disconformidad con esta decisión de la dirección con otras cuestiones ajenas totalmente a este asunto, y se aprovecha la polémica no tanto para debatir sobre la posición del partido ante la convocatoria como para otras intenciones que nada tienen que ver ni con la crisis económica, ni con la huelga ni siquiera con las decisiones y posicionamientos expresados por la dirección en este tema. Consideraciones, todas ellas, que invito a que se hagan, pero por los cauces internos del partido.
Fuente: Eusko Alkartasuna