Maiorga Ramírez, coordinador territorial de EA en Navarra, afirma, entrevistado por Diario de Noticias, que el acuerdo firmado el pasado domingo con la izquierda abertzale es “osado”, pero defiende su importancia “estratégica y de futuro”. Asegura además que la apuesta de su partido por Nafarroa Bai es “inequívoca”.
El líder de EA en Navarra defiende con insistencia la apuesta de su partido por Nafarroa Bai, y subraya que el acuerdo firmado con la izquierda abertzale no influye en la Comunidad Foral porque “respeta los ritmos” de cada territorio. “Hemos firmado este acuerdo por responsabilidad”, defiende Maiorga Ramirez, que asegura que lo único que mueve a su partido es “la apuesta por avanzar definitivamente hacia una sociedad pacificada donde las reivindicaciones nacionalistas puedan plantearse con normalidad y superando todos los corsés impuestos por el Estado”.
A juzgar por las reacciones de la última semana, parece que la apuesta de EA no se ha entendido bien.
Se ha hablado mucho de lo que no dice el acuerdo y muy poco de lo que sí dice. Y el documento recoge con claridad una apuesta definitiva y sin retorno por las vías pacíficas y por el respeto de los derechos humanos. De forma que el único camino que le queda a ETA es su autodisolución.
Ésa es una interpretación suya, porque el acuerdo no menciona a ETA. ¿Tiene alguna garantía de que vaya a dejar las armas?
Las garantías se irán consolidando con los nuevos pasos que se vayan dando. Estamos ante una oportunidad evidente para conseguir la paz definitiva, y eso es algo que reconocen destacados dirigentes socialistas. Es verdad que en demasiadas ocasiones nos hemos visto defraudados, pero eso no obsta para que sigamos intentándolo. En estos momentos la totalidad de la sociedad vasca exige a ETA el fin de la violencia.
La izquierda abertzale no. Al menos directamente.
La izquierda abertzale le está enviando un mensaje claro a ETA cuando apuesta definitivamente por las vías pacíficas. A ETA no le queda otra respuesta que su autodisolución.
¿Qué pasará si hay un atentado?
Ante cualquier vulneración de los derechos humanos, la izquierda abertzale tendría que manifestar que su apuesta va realmente en serio.
¿También ante la “kale borroka”?
Entiendo que tiene que ser de la misma forma. Nuestros principios éticos y políticos no han cambiado.
Parece más bien que ha sido EA quien se ha acercado a la izquierda abertzale, y no al revés.
El documento firmado reconoce la existencia de diferentes marcos de decisión dentro de Euskal Herria, y creo que esa es una novedad importante. Además, queda claro que la única vía que puede concitar la unidad de los abertzales es la vía pacífica y el reconocimiento de los diferentes marcos de decisión.
¿Le preocupan las voces que apuntan a la ilegalización de EA?
No es la primera vez que se lanzan globos sonda de este tipo. En cualquier caso, EA es un partido democrático que está aliado con más de 40 partidos europeos. Plantear su ilegalización sería la sentencia definitiva para la democracia española.
¿Pero esperaba una reacción general tan crítica?
El Estado está muy cómodo con la violencia de ETA porque sustenta pactos como el de la CAV entre PSE y PP, o el que tienen UPN y PSN en Navarra. Así que no me sorprende la inquietud y la preocupación de algunos partidos ante la posibilidad de que ETA inicie su autodisolución. Les dejaría sin argumentos.
¿Estamos ante un primer paso para una alianza electoral de cara a los comicios municipales de 2011?
Este es un acuerdo estratégico y de futuro que se ha querido enfocar en el cortoplacismo de unas elecciones. Pero es un discurso fácil que no se corresponde con la realidad. Hay muchas fórmulas de colaboración que no pasan por una actuación conjunta en materia electoral.
¿No hay una urgencia electoral de EA detrás de este acuerdo?
Claro que no. La izquierda abertzale trabaja para presentar sus propios listas, y EA también. Todas las afirmaciones que pueda haber en ese sentido no tienen ninguna base. Es un acuerdo estratégico que va más allá de 2011, y que está abierto a otras formaciones políticas.
De momento, parece que nadie se va a sumar. Ni siquiera Aralar, a quien no le han gustado mucho las formas de cursar la invitación.
Al final, todas las formaciones se tendrán que definir. De momento, el documento apunta una voluntad de encuentro entre las familias abertzales del país en torno a métodos exclusivamente pacíficos y democráticos. Con una clara vocación de acumular fuerzas con formulaciones específicas propias en cada uno de los territorios.
¿Eso quiere decir que el acuerdo no es de ámbito nacional?
Sí que lo es. Pero no plantea posicionamientos definitivos ni unos plazos marcados. Se trata de generar una situación que en un futuro nos permita activar una estrategia nacional conjunta, y para eso es imprescindible que ETA inicie su disolución.
¿Y cómo afecta eso a Navarra?
El acuerdo asume que cada territorio tiene sus propios ritmos. Es una garantía de que en Navarra los objetivos prioritarios que se ha marcado EA no van a tener un condicionamiento temporal e inmediato por urgencias que puedan darse en otros territorios.
¿Navarra entonces queda al margen?
No, pero cada territorio tiene sus propios ritmos. Plantear soluciones unívocas para el conjunto de Euskal Herria sería un error que nadie entendería, tampoco la izquierda abertzale. Este es un país es muy complejo, y las actuaciones políticas deben tener expresiones específicas en cada territorio. Y en Navarra nuestro referente es NaBai. Que nadie tenga ninguna duda.
¿Pero no cree que este acuerdo puede distorsionar las relaciones dentro de la coalición?
Los miembros de NaBai saben, porque así se lo hemos dicho, cual es el compromiso de EA. Lo he dicho yo, lo ha dicho Pello Urizar y lo ha dicho la militancia.
Hay quien dentro de la coalición duda de las intenciones de EA.
Son juegos dialécticos para buscar situaciones de ventaja en las negociaciones internas. Pero ese es un juego en el que no vamos a entrar. Quien quiera encontrar en este argumento una brecha por la que herir a EA, se va a encontrar una respuesta contundente y unos hechos que así lo van a avalar.
¿Las bases de EA en Navarra comparten la apuesta de la dirección nacional?
No quiero hablar de los debate internos de EA, pero soy consciente de que estamos ante un paso osado, y es lógico que entre nuestros militantes exista una sensación de vértigo. Pero no podemos dejar que estos vértigos paralicen un proceso que más pronto que tarde nos puede llevar a una paz definitiva. Cuando se normalice todo se reconocerá la dimensión histórica del paso que ha dado EA.
Fuente: Diario de Noticias