Juanjo Agirrezabala EAko legebiltzarkidea Kultura eta Industria sailetako ustezko irregulartasunak eta Ertzaintzako agente batzuen ustezko espioitza ikertzeko batzorde bereziko presidentea da. Batzorde horren eraginkortasuna aldarrikatu du eta kode etiko bat onartzearen alde agertu da, alderdi politiko guztiek Administrazioaren kudeaketa zuzenarekiko konpromisoa har dezaten. ‘El Diario Vasco’ egunkariak elkarrizketa egin dio.
Presidir la comisión de investigación que intenta aclarar si han existido malas prácticas políticas en los casos del presunto espionaje en Álava o los contratos en el departamento de Cultura o en Miñano le ha llevado a la primera página política. Juanjo Agirrezabala (Legazpi, 1959) tiene que dar ejemplo y no puede revelar ni adelantar ninguna conclusión del trabajo hecho hasta ahora, pero afirma que «estamos sacando cosas en claro» que llevarán a depurar responsabilidades, si han existido malas prácticas. ¿Pero cómo evitar estos casos? «Creo que sería un buen instrumento que se aprobara un código ético en el Parlamento», defiende en el transcurso de una entrevista con ‘El Diario Vasco’.
- Se ha hecho el primer balance de la comisión de investigación y no es muy halagüeño, ¿para qué va a servir?
- La labor de la comisión y la del juzgado no se interfieren mutuamente. Cada uno tiene su ámbito de actuación, y el nuestro es determinar la existencia o no de responsabilidades políticas y, si las hay, proponer mecanismos de corrección. No cabe cuestionar la existencia de la comisión parlamentaria por que estos casos estén también en los juzgados. Aceptar esa tesis implicaría que no podría haber comisiones de investigación. Nos corresponde ver qué es lo que ha pasado.
- Pero reconocen falta de información por el derecho de los comparecientes a no declarar. ¿Tienen ahora algo más claro que hace un mes?
- Sí, sin ninguna duda. Es cierto que de los trece comparecientes, a excepción de una persona que ha presentado un parte de baja (Araceli Bajo), no todos han declarado, porque están en su derecho de no responder. Y, por tanto, la información recibida no ha sido la deseada. Pero, por eso hemos abierto un turno que finaliza mañana para que los partidos puedan proponer que se amplíe el número de comparecencias o la recepción de más documentación.
- ¿Hasta cuándo se va a extender esta investigación?
- No hay plazo de cierre, pero mi intención es que no se alargue mucho en el tiempo. Otras anteriores han durado entre seis o siete meses, e incluso un año. Lo importante es cumplir el objetivo, saber lo que ha pasado. Hemos empezado con dos líneas, las presuntas irregularidades en contratos en el departamento de Cultura anterior, y el supuesto espionaje. Cuando finalicemos con estas líneas, abriremos los casos de Miñano y las compras de terreno en Zambrana y Santurtzi.
-¿Qué supone en la práctica depurar responsabilidades políticas?
- No hemos llegado a ese paso. Pero la comisión podrá decir, si existen, que ha habido irregularidades, más allá de que se haya cometido o no un delito. ¿Cómo se depura la responsabilidad? Es cierto que son hechos pasados, pero se podrá decir que no se puede actuar de esa manera, e instar al Gobierno a que tenga en cuenta a, b, c y d.
- Pero son recomendaciones, no obligaciones.
- Nosotros llegamos hasta ahí, aunque el Parlamento, una vez que se trate en pleno el dictamen de conclusiones, puede solicitar al Gobierno que se corrijan normativas o se modifiquen decretos. Esa puede ser una de las consecuencias operativas.
- Pero más allá de las recomendaciones, ¿qué supone para la carrera de un político cometer irregularidades?
- Es un señalamiento de que no ha habido un buen funcionamiento. Queda marcado.
- En anteriores comisiones también ha habido recomendaciones, pero siguen apareciendo presuntas prácticas irregulares. ¿Cómo pueden creer los ciudadanos en que estas investigaciones sirven realmente para depurar?
- Decirles a los ciudadanos que el Parlamento va a investigar cada mala práctica es importante. Pero además, puede surgir otra reflexión y es que los partidos tenemos que tener también nuestros mecanismos para evitar estas prácticas. En EA tenemos un código ético que te compromete a actuar con honradez, transparencia y honestidad.
- Y si no, ¿qué pasa?
- Que se somete a la persona en cuestión a una comisión de investigación y si ha habido irregularidad, sería expulsado. En 1990, EA presentó un código ético en el Parlamento que no se aceptó. Creo que esa vía puede ser un instrumento válido para evitar prácticas incorrectas.
- ¿Puede adelantar alguna conclusión o por lo menos indicar hacia dónde se encamina la investigación?
- No, porque no hemos empezado a redactarlas. Además faltaría al secreto obligado de la comisión, y como presidente debo ser modelo en ello.
- Hablando de secretos, ¿sospecha quién ha filtrado datos?
- No sé, no tengo pruebas. Aun y todo, poniendo las cosas en su justo término, no ha habido muchas filtraciones si tomamos como referencia otras investigaciones. Ha habido filtraciones y yo las he denunciado, y en la sesión de evaluación del otro día tomamos un compromiso de rectificación para que no vuelva a suceder. Así que, que todos se apliquen el cuento, también el PNV, que en la última reunión trasladó a la prensa lo que iba a decir después en la comisión.
- ¿Por qué no se ha actuado contra los filtradores?
- Es competencia del Parlamento. Nosotros hemos informado a la presidencia de lo sucedido. Es una pregunta que hay que responder. Creo que siendo coherentes con el reglamento, hay que buscar pautas de actuación con respecto a eso.
- ¿No es incongruente la búsqueda de transparencia con el secretismo de las comisiones?
- Se va a repensar el carácter secreto de las comisiones, porque se ha generado un problema que no es sólo de hoy en día, ocurre desde hace años. Yo estoy de acuerdo con que sean públicas, aunque las ramas no nos pueden impedir ver el bosque y lo importante es que la comisión investigue y aclare todas las cuestiones, porque nos debemos a los ciudadanos, que nos piden transparencia y una actuación correcta. El carácter público evita filtraciones y permite que la información sea directa.
- ¿Es para usted una patata caliente ser presidente de esta comisión?
- Es un tema complejo, sensible y complicado. Pero cuando se nos brindó la posibilidad de presidir, el partido lo tuvo muy claro, porque nuestro código ético dice sí de forma activa a todas las comisiones de investigación. Pero no es un tema fácil, ni para mí ni para nadie.
Jatorria: El Diario Vasco