La propuesta de Euskal Bidea, Vía Vasca, a la soberanía plena de Euskal Herria llega en el momento más adecuado de las últimas décadas para caminar hacia la normalización política plena. El proceso de paz, la movilización social, la normalización con que Europa ha asumido los procesos soberanistas de Catalunya y Escocia,… Son muchos los factores que hacen que sea el momento para que la voluntad popular decida en completa libertad.
La socialización del proyecto que Euskal Herria Bildu y Euskal Herria Bai ofrecen a la sociedad vasca está siendo ciertamente ilusionante y confirma que los y las independentistas necesitábamos un proyecto con el que ponernos a trabajar. Un proyecto concreto, serio, estructurado y, por supuesto, que tenga en cuenta la opinión de la sociedad.
Esas características del proyecto, su seriedad, su concreción, su viabilidad en definitiva, han puesto nervioso a más de uno, que teme tener que posicionarse. Es la historia del PNV, está cómodo nadando entre dos aguas, alimentando sus dos almas, jugando al regionalismo desde Ajuria Enea y dando tres gritos de “independentzia” en las campas de Foronda. Pero teme verse obligado a hacer un análisis serio de un proyecto soberanista viable y que conecta al 100% con el deseo de sus bases.
Por eso trata de denostarlo, diciendo que es uno más de los proyectos que históricamente han realizado los partidos vascos o tachándolo de revolucionario para ver si alguien se asusta.
Revolucionario es en el sentido de que es una propuesta radicalmente democrática en un ámbito en el que la falta de democracia, la falta de capacidad para decidir, es absoluta. Y a la vez, es la propuesta más pragmática que se ha hecho en los últimos 40 años en el camino a la soberanía de este país.
Y es cierto: no es la primera propuesta que se hace en este sentido. Hay muchos agentes políticos, institucionales y sociales que llevan años trabajando en este sentido.
Los derechos nacionales de Euskal Herria han tenido diferentes formulaciones, incluidos el Derecho de Autodeterminación y la vía de los Derechos Históricos. Sin embargo, el objetivo es siempre el mismo: que la sociedad vasca pueda construir el entramado político-institucional que responda a su identidad nacional.
De hecho la Euskal Bidea culmina el camino iniciado de otras propuestas que se hicieron en su día y de las cuales bebe, como la formulada en el Libro Rojo de Eusko Alkartasuna, una propuesta liderada por el lehendakari Garaikoetxea hace ya muchos años.
Tampoco hay que desdeñar el Plan para un Nuevo Estatuto –basado también en el Libro Rojo de Eusko Alkartasuna- aprobado en el Parlamento Vasco en 2004 y que también pudo haber hecho camino. De hecho, Eusko Alkartasuna considera que no hay que minusvalorar la potencialidad de las instituciones ya existentes en el camino hacia la soberanía.
Pero la Euskal Bidea tiene mayor viabilidad por varias razones. En primer lugar, la unilateralidad, es decir, es un proyecto que depende única y exclusivamente de la voluntad de la sociedad vasca: no nos va a parar un portazo como el recibido por el Plan para un Nuevo Estatuto.
En segundo lugar, es más que un plan de estructuración institucional, que también necesitaremos. Y en tercer lugar, ha nacido de un proyecto político, de EH Bildu y EH Bai, pero es una oferta a la sociedad para que la haga suya y la desarrolle. Es el camino hacia la soberanía, el destino está en manos de la ciudadanía.
Pese a quienes sostienen, desde la comodidad de ver reconocida su identidad nacional con un Estado que niega las identidades nacionales de la sociedad vasca, sostienen que el independentismo es algo trasnochado, la realidad es que en Europa se abren procesos netamente independentistas, nacen estados y otros de muy reciente creación entran en la Unión Europea sin problemas. En este panorama, Euskal Herria constituye una excepción ya que la demanda del derecho a decidir sigue recibiendo el no como única respuesta.
Pues la Euskal Bidea viene a romper esa negativa, a poner en manos de la sociedad vasca la decisión. El objetivo final de Eusko Alkartasuna es la consecución de un Estado vasco unificado. Un objetivo que a día de hoy es factible lograr mediante la Euskal Bidea, que es la formulación propia para Euskal Herria del principio democrático.
Se dan las condiciones, existe una propuesta y es el momento de la soberanía. El camino no va a ser fácil ni rápido, pero ha comenzado.
Pello Urizar, secretario general de Eusko Alkartasuna