Artículo de opinión de Iratxe Lopez de Aberasturi y Antxon Belakortu
Existen dos formas de abordar las políticas sociales, como un parcheo momentáneo o de forma integral en el camino a lograr una sociedad basada en la justicia social. El PP utiliza los parches sobre todo con fines electorales. Eusko Alkartasuna apuesta por un tratamiento general que dé respuesta a las necesidades de las personas.
Los representantes del PP llevan tiempo intentando convencernos de que la crisis económica ha terminado. Y puede que en los parámetros en que se mueven ellos –en la macroceconomía- haya movimientos, ¿pero en qué nos afectan a nosotros y nosotras? Aunque los brotes verdes florezcan, la fractura social que ha creado esta última crisis económica se mantendrá y el desmantelamiento de los servicios del Estado de Bienestar es una realidad que sufriremos a largo plazo.
La propuesta del alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, de pagar 50 € a los pensionistas para que “puedan encender la calefacción” pone un parche pero no soluciona la situación de tanta gente. Todos conocemos personas a las que 50€ al mes va a venirles de cine pero somos conscientes de que una medida anunciada a dos meses de las elecciones, sin presupuesto ni base legal en la que apoyarse, es pan para hoy y hambre para mañana, nunca mejor dicho.
El modelo social del PP es meramente asistencialista, como un padre generoso, las instituciones dan unos euros, como quien da limosna a quien ve pidiendo en la calle y le dice que no se lo gaste en tabaco. Porque la medida presentada por Maroto exige la presentación de facturas del gas, no vaya a ser que la gente decida vivir por encima de sus posibilidades, se vuelva loca y se tome un café y un pincho. A eso solo tenemos derecho algunos en este frustrado Estado de Bienestar.
El modelo que proponemos desde Eusko Alkartasuna y EH Bildu es de desarrollo del Estado de Bienestar con el objetivo de la justicia social. Y no hablamos de teoría política ni promesas electorales. Lo hemos demostrado en el Gobierno foral de Gipuzkoa, pero llevábamos años haciéndolo.
En la Comunidad Autónoma Vasca, todos los pensionistas –que no son solo jubilados, también viudas y personas con diversidad funcional- cobran como mínimo el SMI, por iniciativa de un Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno vasco liderado por Eusko Alkartasuna. El SMI estatal (no llega a los 650 € al mes) está muy por debajo de los salarios mínimos de otros países de la Unión Europea, pero es bastante más que los 366,9 de pensión no contributiva o los 480 que cobran algunas viudas.
Eso se hizo en época del consejero Joseba Azkarraga, con Manuel Vigo y Mikel Santiago al frente de la viceconsejería de Inserción Social. Y es consecuencia de una estrategia para poner los servicios del Estado de Bienestar al servicio de los más desfavorecidos. Y se hizo mediante una Ley que garantiza su percepción, después de un estudio de necesidades, la redacción de la misma, la negociación con otros grupos políticos en el Parlamento Vasco, y, evidentemente, tras asegurar su financiación. No en un calentón preelectoral ante los medios de comunicación.
Nada de lo que hace el PP en materia de bienestar social tiene ningún sentido, más allá de utilizar las necesidades como arma para atrapar votos. Pero esta situación de necesidades agudizadas por la crisis exige una estrategia que asegure unos ingresos mínimos a todas las personas: sueldo digno a quienes están en el mercado laboral, pensión digna a quienes ni lo están ni lo van a estar, prestación digna a quienes están en el desempleo. Ingresos dignos, sin necesidad de presentar facturas, que ya somos mayorcitos para que nadie nos diga en qué gastarnos nuestro dinero.
Y todo lo que no sea esto no solo es un sinsentido, también nos sale caro. A ver si no: pagamos nuestros impuestos a Madrid, vía Cupo, para que el Estado asegure unas pensiones dignas, cosa que no hace. Porque esto es algo que hay que subrayar: las pensiones son tan bajas por deseo y voluntad política del Gobierno de Madrid, que mantiene en los límites de la pobreza a muchas personas pensionistas y no permite que el Gobierno vasco asuma esa competencia.
Por otra parte, pagamos los impuestos y tasas municipales al Ayuntamiento para que mantenga el municipio y sus servicios. Pero el Ayuntamiento decide que con sus recursos, que salen íntegramente de nuestros impuestos, Maroto va a tapar los agujeros que deja el Estado. Sin crítica a Rajoy, sin intentar cambiar el sistema, sin una ley que asegure la percepción, simplemente pensando en las elecciones.
Lo dicho, Maroto nos sale caro.
Iratxe Lopez de Aberasturi, Antxon Belakortu. Militantes de EA. Concejales de EH Bildu