El parlamentario de EH Bildu en Nafarroa y miembro de EA Maiorga Ramírez defendió el compromiso de la coalición con las vías exclusivamente pacificas y políticas, a la vez que la trayectoria de defensa de los derechos humanos de su formación.
Realizó el discurso en el transcurso del debate de una moción de UPN sobre la extorsión y asesinatos de ETA y los CCAA a empresarios. EH Bildu se abstuvo en la votación pero Ramírez tendió puentes al entendimiento entre todas las fuerzas políticas, llamando a “trabajar en el que debe ser el objetivo y es que todas las fuerzas políticas compartamos un espacio de apoyo, reparación y reconocimiento al conjunto de las víctimas”.
El parlamentario fue tajante al exigir respeto para la postura de EH Bildu y EA: “No caigamos en el error de establecer fronteras morales”. Así recordó que “cuando los empresarios y empresarias eran asesinados, extorsionados y padecían la sinrazón de la violencia de ETA y de los CCAA, el lehendakari Garaikoetxea estaba con ellos y ellas”. Igualmente puso en valor la figura de Imanol Murua, el diputado foral de Gipuzkoa, que “defendiendo el trazado más lógico de la autovía de Leizaran no cedió al chantaje que estaba llevando a cabo ETA, y que otros sí aceptaron”. A Eusko Alkartasuna, añadió, también le hubiera gustado que “cuando el diputado Marcos Vizcaya interpelaba al ministro Barrionuevo por la tortura y asesinato de Mikel Zabalza, UPN hubiese estado ahí”. En resumen: “Nos hubiese gustado que la posición nítida contra todo tipo de violencia no hubiese tenido nunca este tipo de excepciones”, afirmó recordando que Eusko Alkartasuna ha padecido en primera persona el sufrimiento que EA ha ocasionado al empresariado.
Maiorga Ramírez subrayó que ha costado mucho que el conjunto de los miembros de la cámara navarra tengan una posición firme en contra de la utilización de la violencia con fines políticos, por lo que demandó responsabilidad. De hecho, explicó que si en la legislatura 2003-2007 hubo 22 iniciativas sobre la actividad de ETA, en la siguiente hubo 24; en la 2011-2015, cuando ETA anuncia la irreversibilidad del paso dado, 54, y en la presente se han presentado ya 95. Lo cual, Ramírez consideró un dato “para analizar si hay actuaciones que buscan más el uso partidista del dolor de las víctimas que consolidar un escenario de ausencia de violencia”.