Con motivo del 1 de mayo es más necesario que nunca poner en valor la importancia de la lucha conjunta de los trabajadores y trabajadoras para frenar la desertización industrial que acecha a la sociedad. El drama de Tubacex se suma a otros cierres y EREs que se están dando en Euskal Herria, y de manera especial en Aiaraldea. La crisis del coronavirus no puede ser la excusa para dar un portazo a nuestros trabajadores y trabajadoras.
Frente a la dejación de algunos, las instituciones públicas deben trabajar por fomentar el empleo, garantizar el ya existente, y asegurar unas condiciones laborales dignas. Estamos ante una crisis sanitaria sin precedentes, que tiene consecuencias económicas, y por ello las instituciones tienen que hacer un esfuerzo mayor, si cabe, por trabajar a favor de la defensa de los derechos laborales de la ciudadanía.
Queremos una Euskal Herria libre, donde la justicia social y el empleo digno sean claves. Unamos fuerzas para alcanzar nuestro objetivo. Para la construcción de un Pueblo digno somos indispensables los trabajadores y trabajadoras y la defensa de nuestros derechos. Construyamos ese país.