Eusko Alkartasuna defiende el diálogo y la negociación para construir el futuro de la sociedad vasca y Euskal Herria en el marco del 10º aniversario de la declaración de cese de actividad de ETA. La formación independentista recuerda, como han hecho Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez en la declaración de hoy, que, pese a que indudablemente se ha recorrido mucho camino en los últimos diez años, quedan por solventar las consecuencias del conflicto y, sin duda, hay que dar una respuesta democrática al conflicto político.
Eusko Alkartasuna pone en valor el papel de la ciudadanía vasca en la consecución del fin de ETA, lamentando, en todo caso, que la organización tardara tanto en oír la reivindicación de la sociedad. Igualmente, considera que, así como el fin de ETA fue gracias a la aportación de todos y todas, construir el escenario futuro es también responsabilidad del conjunto de las fuerzas políticas, de los agentes sociales y de la sociedad.
Entre las consecuencias del conflicto que, sin lugar a duda, quedan en el país diez años después de la Declaración de Aiete y la decisión de ETA, la memoria y reparación para todas las víctimas de todas las violencias, con la máxima de “a igual daño, igual reparación”, es una prioridad.
La consolidación de la paz y la construcción de una nueva convivencia deben ser una de las bases políticas e institucionales hasta llegar a una situación de absoluta falta de violencia y la reparación de las víctimas, desde la total y franca empatía. “Necesitamos agentes de paz para crear el nuevo marco de convivencia, y en esta labor todas las partes implicadas son imprescindibles; el colectivo de presos y las victimas, las familias, las instituciones, todos los partidos políticos… Debemos todos implicarnos a fondo en este proceso, si queremos realmente convivir en paz”.
Eusko Alkartasuna hace un llamamiento a los gobiernos vascos, español y francés a que se sumen al proceso de paz y normalización de Euskal Herria- como ha hecho el Lehendakari Etchegaray-, una vez que ETA haya desaparecido completamente, y que acepten la voluntad de la sociedad vasca a vivir en paz y en libertad.