Desde que el grupo yihadista HTS (Hay’at Tahrir al-Sham) tomara Damasco a principios de diciembre, la situación en Siria corre el riesgo de agravarse aún más. Pese al esfuerzo de algunos por presentar al grupo como una fuerza moderada, ya hay informes de atrocidades, ejecuciones arbitrarias y restricciones que afectan especialmente a las mujeres.
Precisamente, han sido las mujeres de los pueblos de Siria quienes más han sufrido durante los últimos 13 años; guerra, migración, ocupación y violencia del ISIS… Un sufrimiento que todavía existe en forma de secuestros y asesinatos de mujeres en lugares como Idlib, Afrin o Serakani a manos de grupos armados apoyados por Turquía.
Han sido años de sufrimiento, pero también de lucha y organización, con la creación del Consejo de Mujeres de Siria. Las mujeres que luchan en el norte y el este de Siria se han organizado en todos los ámbitos de la vida, logrando importantes avances. Han desempeñado un papel esencial en el proyecto de la población kurda para la construcción de una sociedad autogobernada, basada en la liberación de la mujer, la ecología y la democracia de base.
Ahora se abre un nuevo tiempo en Siria y es esencial que se reconozca la voluntad de las mujeres, garantizando una representación justa y equitativa. La construcción de un país democrático, justo y seguro solo puede hacerse realidad con la unidad y la participación igualitaria de las mujeres y los diferentes grupos religiosos, culturales y étnicos de Siria.
(Extracto de la Declaración del Consejo de Mujeres de Siria para la construcción de una nueva Siria democrática)