Firmado por: Miren Aranoa, Eva Aranguren, Maiorga Ramirez, Esther Korres y Pello Gurbindo, representantes de la Comisión Territorial de Eusko Alkartasuna en Nafarroa
Eran épocas oscuras cuando la enseñanza en euskera empezó a caminar de forma alegal y a escondidas. Posteriormente, en los años 70 se pusieron en marcha las primeras ikastolas en Nafarroa, que se fueron extendiendo, no sin dificultades, por todo el territorio. Sin duda la lucha por la recuperación del euskera ha estado vinculada íntimamente con la puesta en marcha de un modelo educativo de inmersión lingüística (ikastolas y modelo D), que permitiera crear un entorno euskaldun propicio para la adquisición, el dominio y el uso de esta lengua. Y ha sido una lucha ardua, que ha requerido del esfuerzo y sacrificio de muchas familias, alumnado y profesorado. Ha costado y sigue costando mucho trabajo desarrollar y mantener la enseñanza en euskara; más si cabe, en el sistema público. Aún hoy los centros peor tratados por el Gobierno de Navarra son los pertenecientes al modelo D.
No obstante, en estos 40 años la enseñanza en euskera se ha consolidado, aun teniendo que hacer frente a continuos intentos de los sucesivos Gobiernos de UPN por menospreciarlo, frenar su avance y desprestigiarlo. Todo ello con un único objetivo: obstaculizar la finalidad específica de la inmersión lingüística: propiciar un entorno en que el euskera, lengua minorizada en Nafarroa –primero por el franquismo y después por las múltiples dificultades impuestas por la Administración–, esté omnipresente.
Tras una generación entera en la que la transmisión de la lengua se perdió por la represión franquista, entre otros factores fundamentales, el euskera se recuperó en amplias zonas, no tanto en otras, gracias a la Educación en esta lengua; como advertía una experta en las jornadas celebradas el pasado mes de diciembre por Euskaltzaindia en Iruñea, “el euskera ha entrado en muchos hogares navarros a través de los niños y niñas que lo han aprendido en la escuela”. Sin duda ikastolas y modelo D han jugado y juegan un papel esencial en este proceso.
Estas son razones históricas y lingüísticas para defender el modelo D, modelo de inmersión público, contra viento y marea. Pero si atendemos a la realidad de Nafarroa actualmente, todavía hay más. Y es que, a día de hoy, todavía son demasiados los casos en que el único entorno euskaldun para miles de niñas y niños es el colegio. La única oportunidad de muchos nuevos hablantes para usar esta lengua con eficacia y libertad, sin interrupciones ni cortapisas, es el modelo D o las ikastolas. Por eso nos parece total y absolutamente extemporánea, equivocada y fuera de lugar la propuesta impulsada por Izquierda-Ezkerra, y aprobada en el último Pleno del Parlamento con los votos a favor de UPN, PPN, PSN, IE y Geroa Bai, instando al Gobierno de Navarra a procurar la convivencia entre los diferentes modelos lingüísticos en todos los centros escolares sin excepción. Porque supone la desaparición del principio de inmersión lingüística de la educación pública de Nafarroa. Y sin esos espacios que hoy funcionan como balones de oxígeno indispensables, el proceso de recuperación poco a poco puede revertirse.
No entendemos que solo un mes después de que el modelo D sufra el mayor ataque político por parte de los poderes fácticos de la ultraderecha, todos los grupos del Parlamento de Navarra, a excepción de EHBildu, den credibilidad a los argumentos demagógicos y malintencionados de quién desea obstaculizar la normalización de este modelo, y con ello, del euskera. Queremos pensar que ese posicionamiento responde a un absoluto desconocimiento del sentido y los objetivos de los proyectos de inmersión lingüística.
Proyectos que se aplican con toda normalidad en Europa, y también en Canadá, y que ha dado resultados excelentes en Gales, Suiza, Escocia y Flandes, entre otros. Incluso aquí, en Navarra, y en otras comunidades del estado se está imitando este modelo con el inglés… Pero si en algún caso tiene sentido es, precisamente, para situaciones en las que una de las dos lenguas en coexistencia está en situación desventajosa, como es el caso del euskera en Nafarroa. Reconocidos pilares pedagógicos, como Wallace Lambert (Universidad Mc Guill, Canadá) o Stephen Krashen (Universidad de California, EEUU), son firmes defensores del modelo de inmersión en la adquisición de una segunda lengua, y sostienen que la inmersión tiene efectos muy positivos en el rendimiento escolar y la extensión y calidad de los aprendizajes. Puede considerarse a este como un modelo que conjuga con éxito lengua y conocimiento. En el caso de Nafarroa, el modelo D es, además, el que mejores resultados académicos arroja en los últimos años. Resultado que el conocido informe PISA, en su última edición, ha respaldado, con los buenos datos obtenidos por el conjunto de estudiantes navarros y navarras.
Quienes apelando a la inmersión social han impulsado o apoyado la citada moción demuestran su ignorancia en el tema, al mezclar conceptos sociolingüísticos con conceptos de pluralidad política o convivencia social. Quien acude al D no participa de un “gueto” sino que se nutre de un entorno euskaldun por unas horas al día, adquiere plena competencia en una segunda lengua (se hace plenamente bilingüe) y se relaciona con personas muy diferentes, y con distintas formas de pensar. Faltaría más. Quienes han defendido o asumido esa perniciosa perspectiva (inmersión lingüística frente a integración social) dan la razón a la mentira deslizada por UPN en su campaña de intoxicación, y en este punto cabe advertir de la peligrosidad de vislumbrar, de la manera que sea, como aceptable la idea de que el euskera y la convivencia no son compatibles.
La propuesta aceptada por el Parlamento, sin consultar con la comunidad educativa, docencia, alumnado, padres, madres, supone, a nuestro juicio, una falta de respeto a los que con su esfuerzo diario han conseguido sustentar un proyecto exitoso y convertirlo en un modelo académico de referencia en Navarra. Por ignorancia o por frivolidad, por complejos o demagogia, se ha abierto una brecha que, si no se evita, va a suponer el fin del modelo D como modelo de inmersión. Todo ello, con el apoyo de PSN, IE y Geroa Bai, y para satisfacción de UPN.