Presidida por Javier Caño, pretende ser «el brazo cultural» del partido La Fundación Alkartasuna Fundazioa, auspiciada por Eusko Alkartasuna, se presentó en Bilbao con el objetivo primordial de promover el reconocimiento de Euskal Herria como nación y de defender el Derecho de Autodeterminación y el Principio político de la Soberanía vasca.
En un acto al que acudieron la presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, secundada por la Ejecutiva Nacional y numerosos cargos públicos del partido, junto a diversas personalidades de la vida social y económica vasca, la Alkartasuna Fundazioa dio comienzo a sus actividades bajo la presidencia de Javier Caño, y apadrinada por el ex lehendakari, Carlos Garaikoetxea, así como por el Diputado del Partido Quebecois y profesor de Derecho Internacional y Constitucional por la Universidad de Montreal, Daniel Turp; ambos invitados de honor al acto..
Nacida como “brazo cultural de EA”, en palabras de su presidente, su función será la de complementar la labor de “transformación social” propia del partido mediante la divulgación, formación y sensibilización en torno a la identidad del pueblo vasco y la reivindicación del derecho de libre determinación. Objetivos que desarrollará mediante la programación de conferencias, cursos de formación, edición de todo tipo de publicaciones y la convocatoria de becas y premios.
Ante los cerca de doscientos invitados que acudieron al acto, Carlos Garaikoetxea destacó que la Fundación trabajará con “rigor intelectual” para hacer frente a las “confusiones y manipulaciones históricas” llevadas a cabo con “hostilidad” por parte de sectores contrarios al nacionalismo vasco y al derecho de autodeterminación.
Por su parte, el Diputado en la Asamblea Nacional de Quebec, Daniel Turp, quien durante la jornada mantuvo un encuentro en Gasteiz con la presidenta de EA, Begoña Errazti y el grupo parlamentario, destacó el paralelismo de la lucha por la independencia entre el pueblo quebequés y el vasco. Así, tras desgranar las claves de la sentencia del Tribunal Supremo de Canadá que reconoce la obligación del Gobierno federal de sentarse a negociar con Quebec para dar una solución a las reivindicaciones soberanistas del pueblo quebecois, señaló que dicho dictamen debería tener alcance mundial porque “la base de la democracia es aceptar el futuro que un pueblo quiere para sí”.
Fuente: Eusko Alkartasuna