El consejero inaugura en Vitoria-Gasteiz el Congreso ´Familia actual y perspectiva de futuro´, organizado por su Departamento, y se compromete a seguir impulsando las ayudas a la conciliación de la vida familiar y laboral
El Consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social ha señalado esta mañana en la inauguración del Congreso Familia actual y perspectivas de futuro que el desafío que la familia actual tiene planteado y sus perspectivas de futuro pasan inexcusablemente por profundizar en las siguientes claves: bienestar, solidaridad y apoyo mutuo.
Un reto, según manifestó, en cuya resolución está involucrado el conjunto de la sociedad y las instituciones públicas como parte de ella. En este sentido, destacó que este Congreso quiere servir para incentivar este debate y ayudar a encontrar soluciones. Sin tabúes, sin complejos, sin estereotipos y sin apriorismos. Con la mente despejada.
Azkarraga indicó que el concepto de familia hoy, cuando transitamos por el siglo XXI, no es el que era hace veinticinco años y no digamos nada si lo comparamos con el que existía hace cincuenta. Según dijo, la familia de este tercer milenio no es ya la de nuestros abuelos y, ni tan siquiera, la de nuestros padres. Y, si nos descuidamos, es más la de nuestros hijos que la nuestra propia. Este cambio operado, esta transformación registrada, a pesar de algunas voces que echan de menos, incluso la rigidez de la familia decimonónica, no es a peor, sino a mejor. Es, en todo caso, guste o no, la realidad.
A su juicio, la diversidad de los actuales tipos de familia -matrimonio con hijos, monoparentales, con hijos e hijas, parejas de hecho con hijos e hijas, familias polinucleares- o el carácter de los hijos e hijas biológicos o adoptivos-, por citar algunos ejemplos, conlleva nuevas necesidades y responsabilidades que deben ser acometidas por parte de los agentes sociales y, cómo no, por las instituciones públicas. En este escenario, el poner medios que respondan a esta diversidad es una tarea que urge. Siempre desde la premisa de que a cada modelo de familia hay que ofrecerle unas medidas acordes con sus propias características y necesidades.
Ante la diversidad de modelos familiares -que ha quedado radiografiada perfectamente en el estudio realizado por nuestro Departamento y presentado recientemente en el Parlamento Vasco-, ya no sirven -si es que alguna vez han servido- las recetas multiusos, donde una misma medida valía para todos los casos, aunque no tuvieran nada que ver. Y no sirven porque no son, ni realistas, ni eficaces.
Para responder a este reto, según recalcó Azkarraga, el Gobierno vasco a través del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social puso en marcha el pasado año un Plan cuyo principal objetivo es el apoyo a todas las familias con hijos e hijas, independientemente de su configuración y tipología. Un Plan que, según recordó, en su primer año de implantación concedió ayudas a familias vascas con hijos e hijas y para la conciliación de la vida familiar y laboral que ascendieron a casi 45 millones de euros. Unas ayudas que llegaron a más de 12.000 familias en 2002 y que pueden llegar a ser 15.000 este año.
El objetivo principal del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social, explicó el consejero, es abordar las nuevas realidades familiares, el papel de los poderes públicos en la políticas de natalidad, el cambio en el carácter de las relaciones entre sus miembros o la importancia de la afectividad. Y para ello el estudio conjunto, pero pormenorizado de cada una de estas situaciones, es la mejor manera de hallar un diagnóstico que posteriormente confluya en actuaciones y medidas de solución concretas, ha defendido.
Azkarraga manifestó que la familia actual, cada vez más, es un concepto poliédrico, de suma de muchas y diversas realidades. En este punto hizo especial hincapié en las ayudas para la conciliación de la vida familiar y laboral. Al hilo de este análisis, resaltó que a través del Plan puesto en marcha el pasado año, 2.601 trabajadores y trabajadoras recibieron durante 2002 6 millones de euros en concepto de subvenciones por excedencia o reducción de jornada.
Recordó, además, que se destinaron 651.000 euros a las empresas que contrataron personal para sustituir a aquellas personas acogidas a estas medidas. Asimismo, con la aplicación de estas actuaciones se crearon 290 nuevos puestos de trabajo. Es voluntad del Departamento y mía propia continuar profundizando en este camino abierto para conciliar la vida familiar y laboral, señaló.
Con seriedad y sin demagogias
Según afirmó Azkarraga, las ayudas a la familia por parte de las instituciones públicas se deben acometer sin demagogias ni fuegos de artificio de cara a la galería. Con seriedad y no a golpe de efectismo cada vez que se aproxima una cita electoral. En tal sentido, subrayó que el Gobierno vasco entre 2002 y 2005 ha presupuestado ayudas que ascienden, a diferencia del resto del Estado, donde no hay siquiera previsión presupuestaria, a 289,6 millones de euros (439, si se incluyen las deducciones fiscales), según ha recordado el consejero.
En su exposición a los congresistas, también mostró dos preocupaciones. La primera que el conjunto de la sociedad no valora adecuadamente la aportación al progreso social que representa el hecho de tener hijos. Su dedicación de tiempo y los esfuerzos personales esto es, el sacrificio y los costes personales que tiene que soportar la familia, también en cuanto al descenso de su capacidad adquisitiva-, son circunstancias de las que se beneficia el resto de la comunidad.
La segunda que el hombre, en la mayoría de los casos, no reconoce, o si lo hace no actúa en consecuencia, el sobreesfuerzo que la mujer tiene que realizar para intentar compaginar su trabajo en la familia con su otro trabajo fuera de casa. Cuando llega la hora de optar sobre quién reduce la jornada laboral o, incluso, quién pide una excedencia para cuidar al hijo o a la hija, casi siempre -por no decir siempre- es la mujer quien tiene que dar el paso. Aunque se está avanzando, la igualdad de oportunidades y la no discriminación todavía hoy tienen una asignatura pendiente en el seno de la familia, denunció.
Este Congreso tiene que servir para poner en común éstas y otras situaciones anómalas. Cada uno desde su óptica y desde su campo de conocimiento, concluyó.
Fuente: Joseba Azkarraga