Entrevista a la presidenta de Eusko Alkartasuna en DEIA La presidenta de EA defiende la vía del diálogo entre todos los agentes políticos como la única capaz de desbloquear la actual situación en Euskadi. Cree imprescindible que de ahora a 2005 se den pasos decisivos en esa dirección y afirma que su formación hará «un esfuerzo especial» para lograr resultados concretos.
Confebask se ha ofrecido a mediar para acabar con la incomunicación entre los Gobiernos vasco y español. ¿Le parece que puede resultar útil?
En las palabras del presidente de Confebask, Román Knörr, no había nada nuevo más allá de lo que es de sentido común para las personas que estamos preocupadas por la resolución del conflicto que padece Euskadi. No obstante, siempre resulta interesante que hagan esta reflexión organizaciones que no son de carácter político y que vean con claridad que hace falta una apuesta general en favor del diálogo. Desde EA hemos defendido en todo momento la necesidad de mantener activos los mecanismos necesarios para facilitar la comunicación y, por eso, tenemos las puertas abiertas de cara al resto de partidos políticos. Si, además, en este caso concreto, las palabras de Román Knörr suponen un cambio en la actitud de Confebask, estupendo.
¿Quiere decir que la patronal había pecado de parcialidad?
Hace no muchos meses, y tomando como referencia las declaraciones de sus propios portavoces, Confebask daba la impresión de no estar interesada en lo que ahora solicita y, bien por el contrario, entró de lleno en la vorágine contra el Gobierno y las instituciones vascas. No obstante, está claro que para lograr encauzar el problema que tenemos hará falta la implicación de todo tipo de agentes políticos, económicos y sociales.
¿Cual es el mayor obstáculo para una interlocución directa y eficaz entre los partidos?
Existe un frente español perfectamente organizado con un interés evidente en desprestigiar y romper las instituciones vascas. Esto responde a unas estrategias diseñadas por el centralismo madrileño, que pretende convertir Euskadi en campo quemado. Utilizan la existencia de la violencia de ETA en función de otros intereses que no van encaminados a buscar su fin.
¿Se refiere específicamente al PP?
El PP tiene una estrategia de involución democrática con una utilización cada vez más evidente de un lenguaje neofranquista. Pretende hacernos escarmentar a los vascos y nos niega hasta lo que es indiscutible: nuestros derechos nacionales.
¿Qué papel juega en este escenario el Partido Socialista?
El PSOE ha estado muy involucrado en la puesta en marcha del Pacto Antiterrorista y en la estrategia que se deriva del mismo. Allá cada uno con sus responsabilidades políticas, pero cuesta creer que los socialistas hagan seguidismo del PP cuando éste trata de imponer un terrible retroceso democrático. Esta situación de pérdida de libertades individuales y colectivas no sólo está afectando a los ciudadanos vascos y debería llamar la atención de cualquier persona demócrata y progresista. Sin embargo, los socialistas son arte y parte en lo que está ocurriendo y no logran centrarse en la defensa de su propio proyecto.
¿Está de acuerdo con Balza en que hay que acabar por medios policiales con lo que queda de ETA?
Más allá del titular, creo que Balza se manifestó en favor de la actuación policial contra ETA, pero también de otro tipo de salida. No hay que olvidar cuál es el origen de ETA y, por eso, desde mi rechazo absoluto a la violencia, creo que, además de perseguir el delito, como está haciendo la Ertzaintza con buenos resultados, hay que ir a la raíz del problema. No queda más remedio que buscar salidas de diálogo ante el conflicto. Incluso el Gobierno español del PP habló con ETA en Zurich.
¿Ve a ETA dispuesta a dialogar?
Lo cierto es que no percibo ninguna disposición al diálogo por su parte. No está dando muestras de responsabilidad con el pueblo vasco. La sociedad no tiene ya ninguna permisividad con ETA, exige el fin de las acciones armadas. No obstante, la beligerancia del centralismo español ha posibilitado, en cierta medida, un cambio negativo en las estrategias y en las actitudes de ETA y que muchos jóvenes vascos se estén sumando a esa organización, tal y como reconoce el propio ministerio de Interior.
¿O sea que estamos retrocediendo?
No sólo no se está resolviendo el conflicto sino que se agudiza cada vez más. Precisamente por eso tenemos que seguir haciendo enormes esfuerzos por superar esta situación. Hay que continuar tendiendo puentes y dialogando con todo el mundo, aunque a veces nos parezca baldío. Estoy convencida de que el próximo año va a ser muy importante para nuestro país si trabajamos dejando de lado los ejercicios de frivolidad publicitaria.
¿Cual es el nivel de interlocución de EA con la izquierda abertzale ilegalizada?
Nunca hemos dejado de hablar con ellos. Aunque sólo fuera por la representación social que poseen, hay que mantener abiertas las líneas de interlocución. Son una parte de nuestro país. 120.000 son muchos votos. En cualquier caso, hemos aprendido que la solución tiene que venir de la participación de todos. No puede haber ningún tipo de relaciones excluyentes.
¿Siguen defendiendo la creación de gestoras en los pueblos con mayoría de voto nulo?
Creo que Batasuna erró al pedir el voto nulo, aunque lo podamos llegar a entender ante la imposibilidad de presentarse. Hemos hecho todo lo posible contra la Ley de Partidos, que pretende desestabilizar la convivencia social y política en Euskadi, y Batasuna ha caído en la trampa del Estado. A partir de ahí, los ayuntamientos se han conformado con normalidad y los ciudadanos tienen derecho a que se dé respuesta a sus problemas inmediatos.
La situación derivada de la ilegalización complica cualquier escenario de diálogo…
Estoy convencida que en este próximo año se pueden dar pasos fundamentales para avanzar hacia el final de la violencia. Hay que hacer enormes esfuerzos para que eso suceda y desde EA los estamos haciendo y así vamos a continuar. El mundo de Batasuna tiene una enorme responsabilidad para que este proceso no se malogre.
¿Percibe una actitud positiva?
Quiero pensar que la tienen, pero todavía no la puedo confirmar.
¿Mantienen algún canal abierto con ETA?
No tenemos cauces de comunicación con ETA. No parecen estar interesados en comunicarse con nadie. Creo que los pasos de buscar un diálogo los tenemos que dar con Batasuna. Todo el mundo va a tener que moverse, empezando por los partidos políticos.
«Hay que ser prudentes acerca de la fecha para la celebración de la consulta»
Los meses venideros se antojan decisivos para definir el rumbo político que va a tomar Euskadi en las próximas décadas. El Parlamento vasco va a ser el escenario en el que se debatirá la Propuesta para la convivencia del lehendakari Ibarretxe con el que se pretende ensanchar el espacio de autogobierno constreñido tras el incumplimiento del pacto estatutario por parte del Gobierno español.
¿Qué espera del proceso que se inicia en septiembre con la presentación del texto articulado del Plan del Gobierno vasco para la convivencia?
Nosotros vamos a realizar nuestra propia aportación ante la ciudadanía vasca, teniendo en cuenta que el hecho de estar en un gobierno de coalición hace necesario una serie de acuerdos con los socios. Buscaremos puntos de encuentro y avance en los aspectos que nos demanda la sociedad vasca, siempre en clave de soberanía y de búsqueda de un nuevo marco para la convivencia.
El PP y el PSE-EE no parecen dispuestos ni a entrar en el debate…
Los partidos de ámbito español están más concentrados en las elecciones generales del mes de marzo y es probable que nos utilicen para captar votos e intenten impedir que avancemos. Aún así este otoño vamos a tener ocasión de asistir a un debate importante en el Parlamento y seguiremos trabajando para enriquecer el proceso.
¿Habrá consulta popular antes del fin de esta legislatura?
Es evidente que este camino tiene que terminar en una consulta popular, pero no está clara cual será la fórmula exacta para ello. Cuando llegue el momento, este pueblo tendrá que decantarse de una forma particularizada, pero no hay una fecha establecida para llevar a cabo esa consulta. Hay que ser prudentes.
¿Cuál debe ser el escenario para dar ese paso?
Hay que acudir a los ciudadanos en una situación lo más normalizada posible. En una espiral de aceleración y de búsqueda de enfrentamiento, mezclada con violencia, no se dan las circunstancias adecuadas. Habrá que ver qué ocurre a partir del otoño de 2004…
¿Cree que las reivindicaciones históricas de la izquierda abertzale tienen encaje en la propuesta dada a conocer por el lehendakari?
El plan es un paso adelante y nosotros tenemos claro que en política hay que actuar de forma posibilista. Las cosas no se consiguen de la noche a la mañana.
Lo importante es avanzar…
Sí. Los Estados español y francés no son nada respetuosos con los hechos nacionales y hay que ser conscientes de ello, pero no podemos esperar y es necesario ir paso a paso. EA aboga por la creación de un Estado vasco independiente pero lo importante es ir avanzando. Por ejemplo, si el órgano de cooperación permanente con Nafarroa hubiera seguido en funcionamiento desde el año 1996, ahora mismo estaríamos en otra fase de las relaciones entre los territorios vascos. Al final, hay que actuar con visión y con responsabilidad histórica para dar pasos en positivo. El derecho de autodeterminación se ejerce teniendo mejores hospitales, formando mejor a los jóvenes para el futuro, atendiendo bien a la ciudadanía…
¿Cree que existe un riesgo cierto de que el Gobierno del PP dé el paso de activar el artículo 155 de la Constitución, tal como anunció Mayor Oreja?
El señor Mayor Oreja ha fracasado en la política vasca y ahí están los resultados electorales para demostrarlo. Tiene una manifiesta falta de incardinación con el pueblo al que, teóricamente, está representando. Aspira a suceder a Aznar, y por eso utiliza una y otra vez el tema vasco, venga o no a cuento. Lo del artículo 155 es un globo sonda para sacar pecho en España de cara a la sucesión, presentándose como máximo defensor de la españolidad en Euskadi, y para que el PP compruebe las reacciones de unos y de otros. Pero les quedan muchos otros mecanismos para intentar bloquearnos antes de llegar eso.
¿Actuando contra el Parlamento, por ejemplo?
Sí, lo están intentando. Es un escándalo lo que está sucediendo. Están poniendo en tela de juicio la labor de los jueces antes de que hagan su trabajo y están cuestionando al propio señor Zorrilla. El PP manda sobre el Tribunal Supremo y otros tribunales. Esta situación sólo puede ser calificada como neofranquista. Todo esto debe servirnos no para atemorizarnos sino para ver con claridad quienes son. Es el todo vale, la cerrazón… no se creen la democracia y ya ni disimulan.
Decía el consejero Azkarraga que ve actitudes mafiosas en el seno del CGPJ…
Lo evidente es que Aznar ha roto la separación de poderes para defender su modelo ultraconservador y centralista. Algunos sectores del Poder Judicial, aunque desde luego hay muchas excepciones, coinciden en esa misma estrategia y, por lo tanto, hay que pensar que van de la mano. Quieren una Justicia absolutamente domesticada, y cualquier demócrata tiene que reaccionar ante lo que está sucediendo. Nosotros ya hemos pedido movilizaciones para responder en la calle ante esta situación y seguimos convencidos de que son necesarias.
Joseba Arruti / deia.net
Fuente: Begoña Errazti