Entrevista en DEIA
Se inicia un curso que se nos anuncia políticamente intenso y un año que se nos promete históricamente trascendente…
Lo que hay que hacer es trabajar duramente en lo que tenemos entre manos. Tenemos que abordar el debate de política general huyendo de la crispación e intentando buscar el máximo grado de consenso posible.
Parece difícil llegar a un acuerdo civilizado, cuando todo el mundo se muestra predispuesto a radicalizar sus posturas…
Sabemos lo que están diciendo otros partidos, pero yo no me doy por advertida. La propia realidad del trabajo parlamentario suele llevar a intentar llegar a acuerdos y, al final, serán los ciudadanos quienes decidan. Nuestra verdadera responsabilidad es ser capaces de hacer un trabajo serio y eficaz que nos permita vencer resistencias, y eso tiene mucho que ver con la capacidad de diálogo que se tenga.
Algunos se niegan a hablar de la propuesta de Ibarretxe…
El problema es que se ha tratado de criminalizar determinados planteamientos sin conocerlos. Yo, en cambio, he leído con detenimiento lo que se ha publicado del acuerdo al que llegaron los socialistas en Santillana del Mar porque me parece que, en esa seriedad que debemos tener todos, hay que tratar de entender las razones y el contenido de las propuestas de cada cual.
¿Y bien?
Debo decir que me han chocado algunos de sus postulados. Por ejemplo, cuando hablan de la importancia que se le debe dar a la voluntad democrática de la ciudadanía en el nuevo estatuto de autonomía de Andalucía. Más que chocante me resulta paradójico que los socialistas recojan en el preámbulo de su documento ese principio de respeto a la voluntad democrática de los ciudadanos andaluces y, a su vez, manifiesten una oposición tan vehemente al derecho de los vascos y las vascas a poder decidir cuál es el nuevo marco jurídico-político que desean o cómo quieren que sean sus relaciones con otra serie de pueblos de su entorno.
Es que Euskadi es una excepción en su propuesta de reformas estatutarias…
Esa es otra. Cuando hablan del potencial que tiene el Estatuto de Autonomía del País Vasco para argumentar que no hay necesidad de introducir cambios, me gustaría que me explicaran por qué en los catorce años que ellos han estado al frente del gobierno del Estado y también en el Gobierno vasco, no sólo no han desarrollado lo que hay, sino que han hecho leyes básicas que han ido en detrimento del articulado del Estatuto de Gernika, con lo cual, ya me dirá usted por qué debo pensar que van a desarrollarlo ahora si, cuando ha tenido posibilidad de hacerlo, cuando han contado con las mayorías y los instrumentos necesarios, no sólo no lo hicieron, sino que fueron hacia atrás.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Bien, pero entonces usted que no parte de cero, parte de lo que no ha hecho.
Mirando al futuro, ¿cómo se pueden superar las diferencias?
Manteniendo una actitud constructiva. Yo les diría a los socialistas, al PP y también a los parlamentarios de S.A. que lo importante viene ahora. A ellos no les gusta nada lo que va presentar el lehendakari que, dicho sea de paso, todavía no ha presentado nada en concreto. Pero ellos ya dicen que no les gusta, lo cual es muy legítimo. Pero que a ellos no les guste no significa que los partidos que componen el Gobierno vasco no tengan legitimidad para presentar una propuesta de un nuevo marco jurídico-político ni les ampara para criminalizar esa propuesta sin conocerla. ¡Ofrezcan ustedes una alternativa y vamos a estudiarla entre todos! Eso sería lo constructivo. Decir: o lo mío o nada, no parece muy lógico en el mundo en que vivimos.
Ibarretxe ha dicho que su propuesta va a ser negociable de la primera a la última coma… ¿hay algo que sea innegociable para Eusko Alkartasuna?
Lo único innegociable que hay en la vida son lo derechos, los individuales y los colectivos: el derecho a la vida, a la libertad de expresión y el derecho a la libre determinación. Después se podrá articular el cómo y el cuándo, todo eso es negociable, pero los derechos no se discuten, como tampoco se discuten los métodos. Nosotros sólo jugamos a hacer política. Y eso significa que no hay lugar para otros procedimientos de lucha, ni más reglas de juego que las que marca la propia democracia parlamentaria.
¿Cuáles son las aportaciones de EA al texto articulado que va a presentar Ibarretxe el día 26, en el Parlamento vasco?
Hay tres elementos que para nosotros son clave y que siempre hemos defendido: profundizar en el autogobierno, pues se ha demostrado que un mayor autogobierno dota de mayor calidad de vida a los ciudadanos; plasmar la territorialidad y la existencia de una nación vasca guardando un exquisito respeto a lo que opinen los ciudadanos de otros territorios o comunidades que en este momento no forman parte de lo que es institucionalmente la CAV; y articular toda nuestra existencia colectiva en torno a un proyecto que siempre hemos defendido y que es el proyecto europeo. Si los nacionalistas vascos nos hemos caracterizado por algo en los últimos 50 años es por nuestra decidida vocación europeísta, a la que hemos hecho honor mucho antes que el PP. Los nacionalistas no queremos vivir aislados ni encerrados en nosotros mismos como ha sugerido Rajoy en su visita a Gasteiz, de hecho vivimos ya incardinados en ese entorno político que para nosotros es vital y queremos estar ahí. Por tanto yo también vería pertinente un debate específico de materia europea.
La presidenta de su partido, Begoña Errazti ha declarado que no descarta una declaración unilateral de independencia, en caso de que el gobierno central se niegue al debate y el bloqueo sea absoluto…
Eso siempre lo hemos planteado, está en todas nuestras ponencias políticas, casi forma parte de nuestro libro rojo, pero también hemos dicho que, antes de llegar a eso, agotaremos todas las vías de diálogo.
¿El que el Tribunal Supremo anule las votaciones del Parlamento vasco donde participe S.A., como pretende el ministro Michavilla, es un intento de conducirnos a ese callejón sin salida?
Es uno más, el nivel de instrumentalización de la justicia es cada vez mayor y lo que se pide cada vez más grave; y esto que se está pidiendo ahora es gravísimo desde el punto de vista político y democrático, pues supone una afrenta al poder legislativo y a lo que son las competencias de un parlamento soberano.
«A los diputados nacionalistas nos espera una labor casi pedagógica»
Madrid parece una jaula de grillos…
Verdaderamente, aunque lo que estamos viendo últimamente a algunos tampoco nos sorprende.
Alguien ha dicho, medio en broma medio en serio, que comienza el año mariano… por lo del señor Rajoy.
Lo más sorprendente de lo que se ha dado en llamar la sucesión es que, siendo una cuestión interna de un partido político se le quiera dar ese aire de continuidad institucional, como si una vez electo el candidato del PP, ya no fuese necesario hacer elecciones. En cuanto al proceso de nombramiento en sí… siempre he procurado ser respetuosa con lo que acontece en cada partido a nivel interno, pero eso de que quien decida sea uno sólo y los demás acaten obedientemente su decisión porque el que se mueva no sale en la foto… Hombre, allá ellos, pero tanta unanimidad resulta ciertamente sospechosa.
Vistas las disensiones internas que estos días se airean en público, no sé yo si otros partidos para sí no quisieran contar con una plantilla tan disciplinada y discreta como la del PP.
Insisto en que no me suele gustar entrar a valorar lo que ocurre en otros partidos. Lo único que puedo decirle al respecto es que ser respetuoso con la disciplina interna de un partido no significa que no haya que opinar o disentir. Al revés. La opinión sincera siempre es muy buena. Pero creo que deberíamos ser todos más respetuosos en las formas, para no contribuir a degradar, aún más, la imagen de la política y de los políticos.
Ya que hablamos de la importancia de las formas, ¿qué le parecen a usted las de Rajoy?
De momento sus posiciones son similares a lo que ha venido haciendo y diciendo el presidente del Gobierno español, de un gobierno del que él ha sido vicepresidente primero, con lo cual no parece que a priori pueda haber mucha diferencia en las políticas que pueda llevar a cabo. Pero es verdad que, en el pasado, ha demostrado tener un talante más abierto al diálogo con las comunidades autónomas.
¿Confía en que ese talante pueda llevarle a restablecer el diálogo con las instituciones vascas?
No me atrevo a vaticinarlo pero es una esperanza que no pierdo, al menos de momento. Si hubiere una mínima actitud de no rechazar el diálogo con el lehendakari, ya sería un primer paso.
¿Han decidido ya en su partido, cómo piensan presentarse a las elecciones generales de marzo: si solos o en coalición?
No, no. En absoluto. Cada cosa a su tiempo, ahora la prioridad es el debate del día 26.
¿Aspira usted a presentarse a la reelección o ya ha tenido bastante de las Cortes españolas?
Sea quien sea el candidato, eso es algo que decidirá el partido. Aunque a las personas que estén ahí les espera una tarea difícil y complicada, en la que se requiere un buen juego de cintura… que no tiene nada que ver con la resignación.
¿Les toca lo más ingrato?
A veces parecemos una pared de frontón porque constantemente nos están zumbando, pero al margen del enfrentamiento dialéctico al que muchas veces te obligan, a los diputados nacionalistas nos espera una labor casi pedagógica. Estamos en Madrid para explicar que todo tiene una justificación y una razón de ser, que no somos gente que está mal de la cabeza ni que actúa de mala fe, como algunos quieren hacer ver.
XVII aniversario
AUNQUE SE HA propuesto encarar el curso político con un espíritu ajeno a la polémica y predispuesto a la búsqueda del consenso, Begoña Lasagabaster está decidida a batirse en duelo dialéctico con quien haga falta, con tal de defender el derecho que asiste a los vascos y las vascas a decidir libremente el marco juridicopolítico en el que desean vivir. «Llevamos diecisiete años haciéndolo», explica la diputada de Eusko Alkartasuna, partido que esta misma semana ha celebrado el XVII aniversario de su fundación. «Al margen de nuestra representación cuantitativa en las instituciones, que ésa es la que es aprovecha la ocasión para hacer balance Lasagabaster somos un partido que ha aportado a la política vasca un criterio nacionalista, democrático y de centroizquierda. Nuestras tesis acerca de la territorialidad y la autodeterminación aparecen hoy en otros programas en los que antes no figuraban, lo cual no significa que seamos mejores que nadie, sino que hemos sabido convencer a otros de la validez de nuestros postulados».
Amaia Fano. deia.net
Fuente: Begoña Lasagabaster