Carlos Garaikoetxea (Iruñea, 1938) fue lehendakari entre 1980 y 1985 y posteriormente fundador de EA en 1986, partido que presidió hasta 1999. En la actualidad vive la política desde una segunda fila, pero mantiene una apuesta clara por la acumulación de fuerzas abertzales. Ofrece una entrevista a Deia que se publica el 20 de marzo de 2011
No está en primera línea de la actividad política, pero Carlos Garaikoetxea, quien fuera lehendakari entre 1980 y 1985, sigue siendo una voz autorizada para analizar la actualidad. Considera clave aunar fuerzas abertzales y en su condición de jurista defiende que Sortu debería ser legalizado atendiendo a medios de índole jurídico, extrapolando las presiones políticas que se ciernen sobre el partido de la izquierda abertzale oficial.
Apenas quedan dos meses para las elecciones municipales y forales, ¿Cree que Sortu pasará el test del Tribunal Supremo y será legalizado para estar en los comicios?
Debería ser legalizado si no prevalecen las presiones políticas que están realizando desde la derecha española y sus medios informativos y de toda índole. Jurídicamente no habría por donde coger una sentencia sin soporte en la legislación y en la jurisprudencia española o europea, después de ver los estatutos y las manifestaciones de Sortu.
¿Quiénes son los más interesados en que la izquierda abertzale oficial no esté en las urnas?
De una parte, los partidos estatales que verán peligrar sus mayorías logradas gracias a la exclusión de una parte del electorado vasco, y de otra parte, Aralar que pretendía heredar toda la base política del MLNV, aunque diga lo contrario para quedar bien.
El secretario general de EA ha dejado entrever que en caso de que Sortu no sea legalizado se valorará que tenga cierta representación en las listas de EA, ¿Cuál es su opinión?
Yo no creo que la dirección de EA habla de Sortu, salvo que sea legalizado, como una posibilidad a considerar, y solo si pudieran conciliarse programas de mínimos, etc… Lo que no se descarta es la inclusión de gente independiente y de valía que puede provenir de un amplio espectro social que no se resigna a la exclusión de un sector abertzale del electorado. Esto es especialmente patente en Navarra, donde la exclusión de EA en NaBai por la ambición de Aralar resulta incomprensible.
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido aseguró que iban analizar concienzudamente las listas de EA para impedir la presencia de representantes de la izquierda ilegalizada. ¿Considera que es una amenaza implícita?
Claro que es una amenaza, pero se trata de ese clima, que es un verdadero vendaval antidemocrático y en el que participa, y es lo más grave, gente como el Fiscal General. Es una versión actual del Macartismo. Acabaremos con una caza de brujas si esto continúa. Pero no nos preocupa. EA siempre ha incluido personas independientes de valía, por ejemplo, Goio Monreal o la propia Begoña Errazti, que, con el tiempo, llegó a ser presidenta de EA.
¿Cómo valora los pasos dados por la izquierda abertzale?
Cualquiera que imagine los pasos dados situándose en el pasado, tiene que reconocer honestamente que determinan un cambio histórico.
El 20 de junio de 2010, EA y la izquierda abertzale suscribieron un acuerdo soberanista en el Palacio Euskalduna de Bilbao, posteriormente Alternatiba también se sumó a un acuerdo con EA y la izquierda abertzale. ¿Hay que abrir estos acuerdos a más fuerzas?
El acuerdo tenía como objetivo esencial dar consistencia al argumento de que una gran fuerza democrática y pacífica actuando exclusivamente por vías políticas, valdría mil veces más que una estrategia violenta por parte de ETA. Fue una apuesta arriesgada de EA, pero cuantos más se sumen mejor. Además, tiene el efecto de fortalecer ese gran espacio abertzale y progresista para la participación en las instituciones, algo trascendental para cualquier abertzale. Por eso resulta incomprensible la actitud de Aralar y PNV en NaBai, negándose incluso a hablar con la izquierda abertzale y excluyendo a EA por pedir siquiera un diálogo para ver si podían lograrse las condiciones necesarias para una unión capaz de ganar a la derecha Navarra.
¿Cuál es el papel de juega o debe jugar el PNV en este proceso?
Yo creo que el PNV debe animarlo como partido abertzale que es. También creo que desde la otra parte hay que respetar más al PNV y no obsesionarse con ser su alternativa en las instituciones. Hay que pensar más en clave de unión abertzale.
La formación jeltzale ha insistido por activa y por pasiva en que Sortu debe ser legalizado. Muchos dudan de la sinceridad de esta apuesta del PNV.
Parece claro que existe una entente con Aralar para repartirse los espacios del nacionalismo. De nuevo, lo sucedido en Navarra es un buen exponente de ese entendimiento. Parece que Aralar quiere hacer caer al PNV en la trampa de ser la derecha y ellos, la izquierda vasca. Quizá en el largo plazo acabarán configurándose dos espacios clásicos, un centro-derecha y un centro-izquierda vasco, pero para eso tendrán que evolucionar y reagruparse sectores muy hiperideoligizados en una izquierda radical, atípica en Europa, y acercarse a la socialdemocracia. Lo demás, será marginal o muy minoritario.
Jesús Eguiguren ha apuntado falta de valentía por parte de José Luis Rodríguez Zapatero para afrontar la solución de lo que muchos denominan conflicto vasco, ¿comparte esta opinión?
En lo esencial sí, aunque no le debemos hacer un mal servicio a Eguiguren aplaudiendo sus palabras desde nuestro ámbito abertzale.
Tras la detención de los supuestos miembros del “comando Otazua” se desató una polémica entre Rodolfo Ares, EA y Alternatiba. El consejero de Interior les acusó de legitimar el terrorismo.
También Aralar terció en la polémica y Zabaleta aclaró que aquel comunicado estaba hecho antes de la detenciones. Lo que resulta patente, pero se presta a ser manipulado, es observar como en momentos críticos como el actual, se producen detenciones, descabezamientos de líderes etc…, y se presentan como cosas actuales proyectos de atentados del pasado confesados en un plis-plas tras unos días de incomunicación. Sobre todo esto último parece encaminado a crear un estado de opinión antes de las decisiones del Supremo y el Constitucional.
Dijeron que EA había pedido que no se practicaran detenciones mientras ETA esté en tregua, ¿fue así?
No exactamente. Creo que en EA aludieron a lo que acabo de señalar y apuntaron a que en estos procesos no suele ser lo normal responder a los pasos de quienes paran su actividad violenta con un hostigamiento recrudecido. Incluso parece algo provocador repetir día tras día que ETA no hace nada porque no puede y cosas por el estilo.
ETA está en tregua permanente, pero no ha mostrado su intención de desaparecer, ¿considera, como aseguran ciertos analistas, que hay un pulso interno entre los militantes más veteranos y los militantes más jóvenes?
No lo sé, es posible. Pero también es probable en estos casos que se esté en una pausa exigida por esos pasos previos antes de un final: verificaciones, presos, desarmes etc. Y en esto los mediadores deberían jugar un papel importante si el Gobierno no se atreve a jugar directamente.
¿Cree que existe el riesgo de que se produzca una escisión?
Ese siempre existe en estas circunstancias. Por eso decía antes que no hay que estimularlas con respuestas que impliquen cierta provocación innecesaria. Los ministros de Blair, visitaban a los presos del IRA en las cárceles. ¡No pedimos tanto a Zapatero!
Antonio Basagoiti señaló que Patxi López era el primer lehendakari amenazado por hacer lo que tenía que hacer, ¿es una falta de respeto tanto hacia usted como hacia José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe?
Basagoiti se pasa la vida tratando de epatar con frases prefabricadas. Falta al respeto y sobre todo, a la verdad. Si algunos siguiéramos la costumbre de exhibir y rentabilizar amenazas y cosas por el estilo, hasta Basagoiti tendría que callarse, aunque parezca un imposible.
Fuente: DEIA