El grupo municipal de EA exige el cambio «inmediato» de un trazado que considera «peligroso» debido a su estrechez MARGEN IZQUIERDA
JOSU GARCÍA/BARAKALDO
«Demasiado estrecho y bastante peligroso». Éste comienza a ser el comentario habitual entre los cada día más numerosos ciclistas que circulan por el bidegorri que conecta Muskiz con la playa de La Arena, una infraestructura que apenas cuenta con un mes de existencia y que está cosechando duras críticas por parte de los usuarios. El descontento ha trascendido el mundo de las dos ruedas y se ha instalado también en la esfera política local. Y es que el grupo municipal de Eusko Alkartasuna en el Ayuntamiento minero ha solicitado la modificación «inmediata» del trazado.
En concreto, el único concejal de EA en el Consistorio de Muskiz, Marcos Cucó, ha denunciado que no sólo el carril bici se ha convertido en un camino «peligroso» para los pedalistas, sino que la propia carretera BI-3794, que discurre en paralelo a lo largo de las instalaciones de Petronor, se ha transformado también en una difícil encrucijada para los vehículos.
«Intereses electorales»
«Las obras han obligado a eliminar los arcenes y han estrechado los carriles de circulación», ha criticado Cucó. «No sé qué va a pasar cuando se produzca una avería. Hay que recordar que transitan muchos camiones con mercancías peligrosas por este vial», añadió.
Por si esto fuera poco, el edil nacionalista desveló esta semana que la Diputación ha incumplido el proyecto original pensado para el carril bici. «En un principio, la idea era expropiar unos terrenos inservibles de la refinería para ganar espacio y darle más aire al bidegorri y a la carretera. Sin embargo, la celeridad con la que se ha querido terminar las obras ha hecho que esta opción se descartase», denunció Cucó, quien sugirió que la decisión se tomó atendiendo a «intereses electorales». La preocupación por la seguridad de los ciclistas y conductores ha llevado a EA a incluir la solicitud «inmediata» de modificación del trazado dentro de su programa electoral.
Por su parte, los ciclistas centran su descontento en lo angosto de la infraestructura. La estrechez -según EA, los 2,5 metros proyectados inicialmente, se han reducido a menos de metro y medio en algunos puntos- impide circular en grupo.
Hay que recordar que el bidegorri parte desde la estación de tren de cercanías de Muskiz, discurriendo durante aproximadamente 500 metros por suelo urbano. A continuación, atraviesa el puente de Petronor para enfilar la mayor parte del recorrido a través de esta carretera de circunvalación por su lado derecho. Tras 3,6 kilómetros, el carril bici desemboca en la entrada a las instalaciones de CLH.
Entre otras medidas de seguridad, cuenta con un bordillo de protección: una losa de cemento de unos quince centímetros de altura que evitará que los coches invadan el carril bici.
Fuente: EA Muskiz