En estos días hemos tenido la confirmación de que las Diputaciones de Araba y Bizkaia no cumplirán los objetivos de recaudación de 2015. En total recaudarán 243 millones de euros menos de lo presupuestado. Esta es la confirmación de que la reforma fiscal que PNV, PSE y PP acordaron para contrarrestar el camino por un sistema tributario más justo, con la vista puesta en el bienestar de la sociedad, iniciado en Gipuzkoa por EH Bildu, no da más. No da más porque no cumple los objetivos que se pusieron, porque no cumple con su función redistributiva de la riqueza y, lo que es aún más grave, porque no garantiza de ninguna de las maneras los ingresos necesarios para desarrollar un verdadero Estado de Bienestar.
Y ante este fracaso, el consejero de Hacienda del Gobierno vasco, señor Gatzagaetxebarria, se apresura a decir que no nos preocupemos por las políticas sociales, que no habrá ningún recorte. Es más, dice: “Vamos a seguir manteniendo las políticas del Estado de Bienestar”.
Es decir, Gatzagaetxebarria cree que disponer de 243 millones menos no supondrá ningún cambio. Pero ¿de qué Estado de Bienestar nos habla el consejero? Tenemos unos datos de recaudación en niveles del año 2008; una sociedad en la que la desigualdad ha crecido durante la época de la crisis; 127.000 personas en situación de pobreza y 435.000 en riesgo de pobreza, de los cuales quedan fuera del sistema más del 30%; más de 150.000 personas desempleadas, el 70% de los mismos de larga duración. Así que el Estado de Bienestar no es el que deseamos ni el que la ciudadanía merece.
El Gobierno vasco puede repetir una y mil veces, que no existen recortes en temas básicos como la salud, la sanidad , los derechos sociales, pero la realidad es que actualmente el sistema que tenemos dista mucho de ser un sistema pleno de Estado de Bienestar. Y esto es consecuencia directa de un sistema fiscal errático, poco ambicioso y desnortado. Desnortado, en todos los sentidos, ya que los niveles de presión fiscal de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se sitúan en los niveles del Estado español, los países bálticos o los países del este, cuyos sistemas de bienestar no se caracterizan por ser ejemplares, y muy lejos de países nórdicos, como Dinamarca o Suecia. Y porque en vez de avanzar en la tributación sobre el capital, la riqueza y el patrimonio improductivo siguen fiándolo todo a la presión sobre las rentas del trabajo y el consumo.
La necesidad de un Estado de Bienestar sólido y moderno que llevamos años defendiendo es cada más evidente y, por lo tanto, debemos hablar de los ingresos públicos y afrontar de una vez por todas una profunda reforma fiscal.
Aumento de la presión fiscal, eliminación de las múltiples vías de elusión, compromiso y trabajo firme contra el fraude y la asunción de capacidad normativa en impuestos indirectos y especiales, son algunas de las cuestiones a abordar. Hay un camino por hacer, existen opciones para que los recortes y la brecha social no sean una constante. Es una cuestión de voluntad política.
Pero lamentablemente eso es lo que falta. PNV, PSE y PP siguen anclados en un sistema fiscal fallido, en una reforma fiscal que se queda corta, muy corta, y siguen sin querer incomodar a aquellos que más tienen.
Seguiremos escuchándoles lamentarse de la falta de dinero, de las estrecheces presupuestarias como si fueran un fenómeno meteorológico sobre el que no tienen ninguna responsabilidad. Seguirán felicitándose por el mantenimiento de un Estado de Bienestar que se queda corto y que cada vez recortan más.
Pero no cejaremos en nuestro empeño. Porque queremos una sociedad más igualitaria, más inclusiva, más avanzada. Porque sabemos que es posible, seguiremos trabajando por tener un sistema fiscal que sea soporte de un verdadero Estado de Bienestar.
Leire Pinedo, miembro de la Ejecutiva Nacional de Eusko Alkartasuna y parlamentaria de EH Bildu