La participación popular en la Diada ha demostrado que el procés no ha perdido impulso y que el compromiso político, institucional y social de Catalunya por ejercer un derecho democrático como es el de votar sigue vigente y con más fuerza que nunca.
El ejemplo de civismo y democracia que está dando Catalunya es un ejemplo a seguir por todo el mundo. Frente a las amenazas y prohibiciones que de manera continua dictan los diferentes poderes del Estado español, la sociedad catalana ha decidido responder poniendo encima de la mesa más democracia. Frente a las continuas provocaciones que recibe, responde con alegría.
La última noticia en este sentido ha sido la citación por parte de la Fiscalía a los más de 700 alcaldes y alcaldesas que han comunicado su voluntad de permitir que en sus localidades el 1 de octubre se vote. La citación ha venido acompañada de una orden de detención para aquellos alcaldes y alcaldesas que no acudan a los juzgados. Órdenes de detención por permitir votar. Lo más parecido a un Estado de Derecho y una democracia del siglo XXI.
¿Estamos dispuestos a permitir este ataque a la democracia? ¿Vamos a mirar a otro lado mientras representantes de la sociedad catalana corren el riesgo de ser encarcelados por permitir el mandato más básico que existe en democracia: votar?
Desde luego, Eusko Alkartasuna no está dispuesta. Tenemos claro que los y las catalanas tienen derecho a decidir su propio futuro, como lo tenemos los y las vascas, y que las amenazas e imposiciones no pueden bloquear la voluntad democrática de un Pueblo.
Tenemos eso tan claro, que no podemos entender que haya formaciones políticas vascas que se autodefinen como abertzales y, sin embargo, se permitan jugar a dos aguas: Asistir a la Diada y trasladar su apoyo al proceso catalán con una mano y con la otra sostener al Gobierno español que está promoviendo los ataques a ese mismo proceso democrático.
No es posible que mientras en Catalunya están jugando la más importante partida política desde la Transición, en Euskadi nos dediquemos a jugarnos con el trilero español unas cuantas competencias secuestradas desde el 78.
Lo que se juega en Catalunya es democracia. No solo su democracia, también la nuestra. Su lucha es la nuestra porque esos alcaldes y alcaldesas también están defendiendo nuestro derecho a votar y a decidir nuestro propio futuro. Es hora de poner las cartas sobre la mesa. Es hora de demostrar que en Euskal Herria también anteponemos la democracia a cualquier otro interés. Mañana sábado llenemos las calles de Bilbao en favor de la libertad y el derecho de los pueblos a decidir su futuro. Mañana sábado todas y todos a la manifestación de Gure Esku Dago.