Comparezco en esta rueda de prensa como secretaria general de Eusko Alkartasuna, junto a Begoña Landa, presidenta de la Asamblea Nacional y Andoni Iriondo, secretario general de Gazte Abertzaleak.
La de hoy es mi primera comparecencia pública desde que anuncié la presentación de mi candidatura. A lo largo de todo el proceso de primarias he permanecido en silencio por el respeto que les tengo tanto al partido como al conjunto de la afiliación, y también por respeto a las reglas del juego que entre todas y todos decidimos y aprobamos. En este tiempo ha habido mucho ruido, demasiado, y he tratado de hacer todo lo que estaba en mi mano para no contribuir a crispar más el ambiente. En mi opinión, eso es lo realmente responsable.
Tengo que confesaros, no obstante, que más de una vez ha sido muy, muy difícil permanecer ajena a ese ruido y no alzar la voz. Se me han atribuido intenciones que ni siquiera han pasado por mi cabeza; he soportado mentiras e insultos, a veces incluso en el plano personal, tanto en los medios de comunicación como a través de las redes sociales. Han sido mentiras e insultos que, más que a mí misma, han perjudicado gravemente la imagen de EA. Ante ese tipo de actitudes, hoy quiero decir alto y claro que, además de ser éticamente intolerables, las mentiras e insultos nunca son la base para construir nada, ni tampoco van a ser nunca el camino para reforzar nuestro partido.
También quiero confesaros que esta no es la manera con la que yo hubiera querido acceder a la Secretaría General de EA. Cuando decidí presentarme al proceso de primarias solo contemplaba la opción de llegar al cargo tras la votación de la afiliación, y con esa única idea en la cabeza cumplimenté rigurosamente, en todos los herrialdes, todos y cada uno de los requisitos que figuran en nuestra normativa interna. Creo que en este tipo de procesos siempre es enriquecedor que haya más de una candidatura, pero, por desgracia, en este caso he sido la única candidata en cumplir las condiciones exigidas.
Soy plenamente consciente de que esta circunstancia ha revuelto el ambiente y el propio proceso de primarias, y no oculto que eso enturbia la ilusión con la que accedo a esta responsabilidad. Estoy preocupada por cómo se han desarrollado las cosas y, a partir de hoy mismo, la primera tarea que me impongo como secretaria general parte de esa preocupación. Mi primer objetivo es recomponer las confianzas y las relaciones políticas que se han descosido durante este proceso porque, si hay algo que tengo claro, es que todas y todos somos necesarios para fortalecer Eusko Alkartasuna.
La división nos debilita. Es algo que en nuestro partido aprendimos bien hace ya años, y yo no quiero una EA débil. Lo que yo deseo es una EA fuerte, sólida; ese es mi único objetivo, lo que me ha llevado a dar este paso, porque creo sinceramente que las mujeres y los hombres que integramos Eusko Alkartasuna somos poseedores de un enorme capital político y humano y, en consecuencia, tenemos la responsabilidad de hacer aportaciones importantes para Euskal Herria en todas las áreas. Sin ir más lejos, ahí tenemos el debate abierto en torno a la RGI. ¿Quién mejor que nosotras para marcar criterio al respecto si esa ley se aprobó en su momento gracias al empuje de EA?
Estoy segura de que el 100% de EA piensa así, igual que yo, y que es precisamente ese convencimiento lo que nos mueve en política. Así se lo voy a trasladar también a Maiorga Ramírez y a , porque creo que ahí radica la base que nos une a todas y todos para reconstruir puentes y trazar juntas el futuro del partido. Porque aunque en estas últimas semanas se han dicho muchas cosas, la única verdad es que en EA no conozco a nadie que piense en que el partido desaparezca o se disuelva no sé dónde.
Mi ejecutiva no va a mirar al futuro con esos ojos, sino todo lo contrario. Nuestro objetivo es reforzar y garantizar la presencia, la voz, la imagen y la capacidad de influencia de EA en EH Bildu y, en general, en toda la sociedad, que es lo que hemos venido haciendo desde que creamos EH Bildu. Hoy es el día que podemos decir con orgullo que con la senda que tomamos en 2009 hemos conseguido que los principios fundacionales de EA estén hoy más fuertes que nunca en el país: la defensa de los derechos humanos, la justicia social y la independencia.
Y el futuro también viene por ese camino, y a todas las personas que formamos Eusko Alkartasuna nos corresponde edificar ese futuro desde EH Bildu. La propia evolución del Estado español nos exige además que lo hagamos así. No nos queda otra. Todos los derechos sociales, civiles y políticos que tanto nos ha costado lograr en Euskal Herria están hoy en grave peligro porque en Madrid las tendencias ultras y centralizadoras están cada vez más fuertes. Basta con que nos miremos en el espejo de Catalunya para darnos cuenta de que, por mucho que hayan sacado a Franco de su tumba, el franquismo sigue vivo en España, y ante amenazas que son evidentes es indispensable que EA y EH Bildu tengan cada vez más fuerza.
Para acabar, no me quiero olvidar de Europa. Hoy en día, tenemos a una compañera de partido presidiendo la Alianza Libre Europea , que como bien saben, aúna a las diferentes formaciones que defienden las naciones sin estado, la Europa de los Pueblos, reclamando en el Parlamento Europeo la autodeterminación, desde el convencimiento de que el derecho a decidir es un derecho democrático. Esos son nuestros objetivos, desde el barrio más pequeño de Euskal Herria, hasta el corazón de Europa.
Para finalizar, llevamos 33 años defendiendo los derechos humanos, dando pasos en favor de la soberanía política e implementando medidas que garanticen la justicia social. Mi intención es que las mujeres y hombres de Eusko Alkartasuna sigamos realizando la misma labor, al menos 33 años más.