La cambiante situación política de Euskal Herria puede crear el espejismo de que existe la necesidad de recetas específicas para cada momento concreto, pero el conflicto político sólo se puede resolver mediante la normalización política y el principio democrático.
Dos recetas que no son otra cosa que profundizar en la democracia, poner la decisión en manos de la ciudadanía. Normalización política significa que la sociedad vasca decida su organización jurídico-política sin vetos ni límites y el principio democrático formula el derecho que tiene una sociedad a decidir su estructuración administrativa.
Los derechos nacionales de Euskal Herria han tenido diferentes formulaciones, incluidos el Derecho de Autodeterminación y la vía de los Derechos Históricos. Sin embargo, el objetivo es siempre el mismo: que la sociedad vasca construya el entramado político-institucional que responda a su identidad nacional y sus intereses políticos, económicos y sociales.
Para Eusko Alkartasuna el objetivo final es la consecución de un Estado vasco unificado. Un objetivo que a día de hoy es factible lograr mediante la Euskal Bidea, que es la formulación propia para Euskal Herria del principio democrático.
En Europa se abren procesos netamente independentistas, nacen estados y otros de muy reciente creación entran en la Unión Europea. En este panorama, Euskal Herria constituye una excepción ya que la demanda del derecho a decidir sigue recibiendo el no como única respuesta. Pero las negativas no cambian la realidad social y la demanda de independencia de una parte importante de la sociedad vasca.
La estatalidad no es solo un proyecto legítimo, también es la única vía de avance que nos queda a los abertzales para avanzar en la soberanía, ya que los Estados se niegan a considerar siquiera los más mínimos avances. Y la unilateralidad es la garantía de que la decisión final quede en manos de la sociedad vasca y de nadie más.
En Euskal Herria en 2015 se dan las circunstancias adecuadas para avanzar en el proceso hacia la soberanía. Una mayoría social consolidada, una presencia institucional sólida, un movimiento como Gure Esku Dago que ha demostrado su tirón social y una propuesta política como la Euskal Bidea – Vía Vasca concreta que se está socializando con éxito. Se dan las condiciones, existe una propuesta y es el momento de la soberanía. El camino no va a ser fácil ni rápido, pero ha comenzado.
Euskal Herria, 2015-04-02