César Arrondo El Pueblo Vasco se encuentra asentado sobre los Pirineos desde los tiempos. La característica más importante de la cultura es su idioma: ´El Euskera´. Estos vascos han luchado durante siglos por sus derechos, sus leyes viejas, ´Los Fueros´, sus costumbres, y sus formas democráticas de vida. Este conjunto de elementos culturales y morales hacen posible que ´los vascos´ constituyan una Nación.
Los cambios planetarios, en las distintas edades de la historia, han determinado que a partir de la Modernidad, y más precisamente con la constitución de los Estados Nacionales europeos, Euskalherría quede asentada sobre dos Estados: (España y Francia). Promediando el siglo XIX, el estado de decadencia moral, y la falta de un espíritu nacional fuerte, fueron motivos más que suficientes que estuvieron a punto de llevar a la disolución definitiva de la Nación Vasca.
Será Sabino Arana Goiri quien retomará la lucha en la defensa del Euskera, y de los Derechos Históricos del Pueblo Vasco. Con la creación de la Ikurriña, y la fundación del Partido Nacionalista Vasco (PNV), emergerá una nueva forma de lucha ´Abertzale´. Estos, junto a otras formaciones políticas: (Eusko Alkartasuna, Batasuna, Zutik, Aralar, y otros colectivos, con diferentes modalidades y estrategias han dado testimonio de la lucha vasquista durante todo el Siglo XX.
De estas luchas no estuvo ausente la Diáspora Vasca (vascos y sus descendientes en el exterior). Estos, sobre todo luego de la instauración del franquismo, fueron en parte el sostén del Gobierno Vasco en el exilio, los custodios de la cultura vasca, prohibida en Euskalherría por el régimen, y la mano generosa que ayudó a los exiliados que por razones políticas debían abandonar la Patria Vasca.
El colectivo argentino-vasco jugó un rol importante en esta época, es más, argentinos étnicamente vascos, son los que a partir de la conformación de un ´Comité pro Inmigración Vasca´, y sus posteriores gestiones ante el Presidente de la República Argentina, Dr. Roberto Ortíz, lograrán la firma de un decreto del Poder Ejecutivo que posibilitará que miles de vascos indocumentados puedan llegar a nuestro país para radicarse.
Los Centros Vascos del mundo han sido el refugio de muchos exiliados, que encontraron en estas casas donde mitigar su nostalgia, acceder a aspectos culturales propios, y luchar contra la opresión franquista de la Patria.
En los últimos años con la muerte de Franco, El Estado español dicta una Constitución. En este sentido, tres de los cuatro Territorios Históricos de Hegoalde: (Alava, Guipúzcoa, Vizcaya), con la aprobación de un Estatuto de Autonomía dan vida a la Comunidad Autónoma Vasca (CAV).
Esta situación jurídica hace realidad que los vascos de la CAV elijan su representantes, desarrollen algunas competencias delegadas, difundan el Euskera, y se muestren al mundo como un gobierno autónomo que avanza en la consolidación de políticas que llevan a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos vascos.
A partir de esta nueva situación política – administrativa, la diáspora ha jugado un rol fundamental, al convertirse en la ventana al mundo de la nueva realidad vasca, sobre todo en la difusión de los acontecimientos políticos, económicos y culturales de la CAV.
Pero en la diáspora, una gran mayoría entendemos que la Causa Nacional Vasca excede a la CAV, al considerar que tanto Navarra como Iparralde forman parte de Euskalherría, y esta es la materia pendiente, que se cristalice el espíritu de ´Zazpirak Bat´. Por suerte, para nosotros, en los Centros Vascos no hacemos diferencias entre los vascos provenientes de los siete Territorios Históricos, todos son vascos por igual. En tal sentido creemos que los vascos no son ni vascos españoles, ni vascos franceses, los vascos, son VASCOS sin más.
La tarea de la diáspora de cara al siglo XXI, es formar a los jóvenes de los Centros Vascos, en los presupuestos básicos de la historia nacional, y comprometerlos con la lucha por los derechos históricos del Pueblo Vasco. Es necesario preparar a las generaciones venideras para que estas continúen dando testimonio de la cultura, de la importancia de la finalización de toda violencia y tortura en Euskalherría, como así también de la posibilidad de que un día no muy lejano la Nación Vasca se convierta en un Estado Independiente.
Todos son necesarios, nadie está de más. Si somos consecuentes con el principio democrático de pluralidad en las ideas, el campo Abertzale debe ser admitido en su totalidad, en un marco de respeto y convivencia democrática.
En definitiva cada uno de nosotros tenemos el derecho de simpatizar con una idea política determinada, pero la responsabilidad de la hora exige que al menos en la diáspora, por encima de nuestras preferencias partidistas se trabaje por la Causa Nacional. Todos somos necesarios, todos debemos formarnos, todos debemos unirnos, es el único camino posible, y además este será un buen ejemplo de responsabilidad que los vascos de la diáspora podemos dar a Euskalherría, y al mundo entero.
Fuente: César Arrondo