¿Quieres ser ciudadano/a de un estado vasco soberano? Esa será la pregunta que se hará a 125.632 vecinos y vecinas de 34 municipios vascos el próximo 5 de junio en el marco de las consultas impulsadas por Gure Esku Dago.
El enorme trabajo de preparación de las consultas para su organización, coordinación, que todas las personas que serán consultadas reciban información, recaudación de la financiación, etc. hace que éstas constituyan un auténtico ensayo general para el futuro.
Dicen nuestros compañeros y compañeras del SNP escocés que después del referéndum de independencia de hace dos años, Escocia tiene una sociedad mejor, por cuanto más politizada, más interesada en los asuntos políticos –y eso quiere decir en casi todos los ámbitos de la vida- y con mas información, más culta y también mas crítica, más exigente con sus gobernantes. Seguramente también influye el hecho de saber que la decisión sobre su futuro está en sus manos.
Es indudable que ahondar en la democracia solo puede ser positivo para la ciudadanía y eso es lo que han demostrado en Escocia. En Euskal Herria vamos a poder comprobarlo paso a paso también, con su sentido simbólico y con todo lo que tiene de paso adelante el ejercer el derecho a decidir aunque sea a nivel local.
Si hacemos historia del proceso soberanista catalán, que tenemos siempre tan presente, llegamos a aquella primera consulta que hizo que pusiéramos al pequeño municipio barcelonés de Arenys de Munt en el mapa en 2009. De esa consulta, hasta hoy. No es mal precedente para el día 5 de junio.
Nuestro Arenys de Munt es Etxarri Aranatz, a la que siguió Arrankudiaga. En los tres municipios se han realizado procesos de decisión con mas aspectos positivos que el propio resultado en sí, desde el punto de vista independentista.
Son aspectos positivos que las consultas se han llevado a cabo con normalidad y que se han visto procedidos de procesos de información que, como en Escocia, han dejado una sociedad mejor con ciudadanos y ciudadanas políticamente empoderados. Y una sociedad empoderada es el mejor impulso al proceso soberanista, consciente, como ha pasado en Catalunya, de que es hora de pasar de la reivindicación del derecho a decidir a la ejecución del mismo.
Las consultas de dentro de una semana demostrarán que es posible encauzar la legítima aspiración de una amplia mayoría de la sociedad vasca a favor del derecho a decidir con total normalidad. Y que la ciudadanía tome decisiones sobre su futuro significa avanzar en cotas de democracia.
Por eso, mientras ensayamos el proceso soberanista nacional, debemos seguir trabajando para hacer del derecho a decidir la base de los acuerdos de todos los demócratas. Poco a poco, como en Escocia, donde ni siquiera se discute el derecho a decidir; o como en Catalunya, donde el derecho a decidir ya solo lo discuten unos pocos, que cada vez son menos.
En eso es en lo que debemos seguir trabajando, y qué mejor que hacerlo con procesos de información y desarrollo del derecho a decidir locales, adaptados a cada realidad y en un ámbito en el que se puede trabajar lejos de polémicas absurdas que quitan el foco de lo importante.
Por eso, el próximo día 5 de junio, en 23 localidades del Goierri, 8 de Debagoiena, Azpeitia, Aramaio e Ispaster se va a llevar a cabo un ensayo general, y tenemos que trabajar para que el estreno oficial no tarde mucho.