La consejera de EA afirma que el biotopo protegido Deba-Zumaia, aprobado definitivamente por el Gobierno Vasco, goza de un blindaje ambiental sólido gracias a la participación activa que ha tenido la ciudadanía
“Hoy es un gran día para la Biodiversidad de este país”. Así se expresaba esta mañana la consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Esther Larrañaga (EA), al presentar oficialmente el nuevo Biotopo protegido del tramo litoral entre Deba y Zumaia, aprobado por el Gobierno Vasco en su sesión del pasado martes.
El decreto impulsado por el Departamento de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y ratificado por el ejecutivo vasco convierte en biotopo protegido esta franja costera de gran valor geológico y naturístico que se extiende 8 kilómetros entre Haitzandi (Deba) y Haitzabal (Zumaia). Al mismo tiempo se ha aprobado su Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), instrumento necesario para la planificación y gestión del espacio.
La consejera de EA quiso agradecer, en primer lugar, el trabajo de muchas personas, instituciones y colectivos que han tomado parte en el proceso de participación ciudadana previo a la aprobación del Biotopo. En opinión de Larrañaga, este factor es el que ha propiciado la consecución de un “blindaje ambiental sólido, cimentado en la implicación activa de los ciudadanos y ciudadanas de la zona en la toma de decisiones”.
Tal y como subrayó en su intervención, el tramo litoral Deba-Zumaia es, además de un formidable paisaje, un testigo singular de los los cambios geológicos, biológicos e incluso climáticos que han acontecido durante los últimos 50 millones de años en la Tierra. Por tanto, constituye un instrumento que permite bucear en la historia más remota, hasta la mismísima desaparición de los dinosaurios, rastreando todos los cambios geológicos, biológicos e incluso climáticos de la prehistoria. Una información, según Larrañaga, de gran valor, más aún si tenemos en cuenta que algunos de estos datos pueden resultarnos de gran utilidad para comprender mejor ese problema que, sin duda, constituye el verdadero reto de este siglo: el cambio climático y sus graves consecuencias.
La declaración de este enclave como biotopo protegido se inscribe en una estrategia global del Departamento de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno Vasco, cuyo objetivo es precisamente reforzar el capital natural de la CAPV, una de las grandes líneas maestras de la política ambiental vasca. En este sentido, la consejera recordó que a día de hoy una cuarta parte del territorio de la CAPV está protegido bajo algún tipo de figura jurídica o legal, como la del biotopo que hoy visitamos, los nueve parques naturales con los que cuenta el País Vasco o los 57 espacios que integran la Red Natura 2000. El reto ahora, en palabras de la consejera, es conectar todos esos espacios en la línea de la filosofía inspirada por la Red Natura 2000, de manera que no sean una suerte de oasis, sino que formen parte de un todo.