Esther Larrañaga / Consejera de Medio Ambiente Un año más, con ocasión del día mundial del Medio Ambiente, el Gobierno vasco ha hecho público su ya tradicional Informe de Sostenibilidad, donde se analiza la evolución de nuestra comunidad en términos de desarrollo sostenible. Ese informe, que es una evaluación de nuestro avance en el camino de la sostenibilidad acorde con nuestro compromiso de información y transparencia, constata este año una clara mejoría en la situación medioambiental de la CAPV.
En los últimos años, la CAPV ha ido definiendo y articulando su política ambiental, de tal modo que nuestros objetivos y compromisos emanados de la Estrategia ambiental vasca de desarrollo sostenible han quedado plasmados, a corto plazo, en el Programa Marco Ambiental 2002-2006, que ahora toca a su fin. Y lo hace, según certifica el citado Informe de Sostenibilidad, con un balance general claramente positivo y esperanzador. Así, la mejora de la situación del medio ambiente en nuestra comunidad se ha extendido a todos los ámbitos: calidad de las aguas, calidad general del aire, recuperación de suelos contaminados, gestión de los residuos urbanos y de los industriales peligrosos, ampliación de la red de espacios naturales protegidos, etcétera. De hecho, en estos últimos cuatro años el 81% de los compromisos ambientales asumidos se encuentra en fase avanzada de desarrollo, se ha cumplido o sigue una evolución favorable. El paso siguiente ahora es hacer un análisis de la incidencia en el campo ambiental de esos compromisos y, en función de ello, jerarquizarlos.
Al mismo tiempo, se han sentado las bases para avanzar en la integración de las consideraciones ambientales en el conjunto de políticas, planes y programas que ha puesto en marcha el Gobierno vasco. Nuestro próximo reto pasa ahora por coordinar todas esas actuaciones. Además, hemos progresado notablemente en la articulación de procesos de información y participación de los agentes sociales y económicos, con especial mención al desarrollo e implantación de la Agenda Local 21.
No obstante, y pese a este positivo balance global, somos conscientes de que todavía quedan importantes puntos débiles a corregir en los próximos años. Entre ellos, la contaminación (tanto ambiental como acústica) del aire y, en particular, la inmisión de partículas asociadas al transporte por carretera; la artificialización del territorio que socava uno de nuestros más relevantes y escasos recursos naturales, y ante la que es necesario conciliar en nuestros pueblos y ciudades los diferentes usos de suelos; la creciente generación de residuos urbanos que pone en entredicho nuestro propio sistema de consumo; y por supuesto el escaso control de la emisión de gases de efecto invernadero que producen el cambio climático.
En este contexto, y agotado ya el Programa Marco 2002-2006, hemos comenzado ya a trabajar en la elaboración del nuevo Programa Marco Ambiental 2007-2010, que, desde la participación social, sirva de guía de la política ambiental en los próximos años. Un plan de acción cuyo objetivo es dar un salto en nuestra ambición ambiental, como país que avanza hacia un nuevo concepto de desarrollo que sea capaz de sentar las bases para que en 2020 se pueda entregar a la siguiente generación una Euskadi en la que los principales problemas ambientales hayan sido resueltos. Queremos convertir para 2020 a nuestro país en una de las regiones europeas líderes en la lucha contra fenómenos globales como el cambio climático; preocupada por la calidad ambiental de sus pueblos y ciudades; y conocida por tener un territorio equilibrado y una biodiversidad protegida. Un país, en suma, que se sitúe en el pelotón de cabeza de la sostenibilidad ambiental.
Para ello, nuestra actuación girará en torno a cuatro ejes fundamentales. El primero, asegurar el futuro, actuar frente al cambio climático y prepararnos para sus consecuencias. En segundo lugar, reforzar nuestro capital natural y proteger nuestra biodiversidad, preservando el territorio y el capital natural del país, desde una perspectiva de sostenibilidad fuerte. El tercer eje será mejorar la calidad ambiental de nuestros núcleos urbanos como clave para preservar la calidad de vida de las personas. Y en cuarto lugar, caminar hacia un consumo y producción ambientalmente sostenibles, hacia una economía sostenible, aprovechando el medio ambiente como elemento de competitividad de las empresas actuales.
El trabajo que desarrollemos en torno a estos grandes ejes servirá para recorrer el camino trazado, esto es, el camino de la sostenibilidad, que, como administración pública, entendemos que nos exige dos grandes compromisos. El primero, dirigido a los países en vías de desarrollo, y que supone asumir la cuota de responsabilidad ambiental de la sociedad vasca a nivel internacional. Y el segundo, orientado a procurar la excelencia en la gobernanza, entendiendo la política ambiental como un contrato con la sociedad basado en la transparencia, la participación, la orientación a resultados, la rendición de cuentas y en gran medida, la coherencia entre el conjunto de políticas, planes y programas públicos integrando en los mismos las consideraciones ambientales.
Conscientes del carácter transversal u horizontal del medio ambiente, es absolutamente imprescindible que seamos capaces de crear mecanismos potentes de coordinación e integración dentro de las instituciones, de tal manera que se garantice de manera sistemática la integración de las consideraciones ambientales en la elaboración y ejecución de todas las políticas. En otras palabras: hemos de tomar plena conciencia de que los seres humanos y la calidad ambiental han de ser necesariamente los dos ingredientes básicos de la sociedad que queremos construir en este siglo XXI.
Fuente: Esther Larrañaga