El secretario general de Eusko Alkartasuna, Gorka Knörr, mostró hoy su respeto a los que se sienten españoles y quieren la Monarquía, pero no obstante señaló que el discurso de Navidad del Rey Don Juan Carlos ´demuestra lo larga que es la mano de Aznar a la hora de decidir sobre la libertad de expresión de La Zarzuela, porque parece increíble que cuando se está hablando de catástrofe nacional en Galicia, el Monarca le dedique cuatro líneas en su discurso´.
Knörr manifestó que ´ésta es la demostración más palmaria de que existen naciones sin Estado, porque ni siquiera en situaciones de catástrofe, el Estado ´usurpador´ es capaz de actuar eficazmente en Galicia´. ´En las naciones sin Estado, -prosiguió- como es el caso de Euskadi, muchos creemos que estaríamos mejor en otra situación en la que pudiéramos elegir libremente nuestro status´.
Por otra parte, consideró que el mensaje del Rey ´es el mensaje real sobre una España irreal´. ´Una colección de buenos propósitos y de llamadas genéricas a la ciudadanía, que en nada se compadece con la España del PP, donde aumenta la intolerancia ideólogica, la desigualdad, la imposición, la exclusión, el trato denigrante a la inmigración, y en la que el señor Aznar ha declarado la guerra a la pequeña delincuencia, pero en la que se permite el saqueo de los grandes intereses y de las mafias organizadas´, denunció.
En este contexto, dijo no esperar tampoco que el Rey se separara del discurso del presidente del Gobierno sobre el terrorismo. ´Hay que estar contra la violencia y el terrorismo, pero en nuestra opinión hay que atajar sus causas, y no dedicarse, como el Gobierno español, a una cruzada contra el nacionalismo vasco´, criticó.
Respecto a la mención a los derechos humanos, abogó porque los buenos deseos mostrados por el Rey ´alcancen a Hamed Abderramán, ciudadano español detenido por los norteamericanos en Guantánamo, que lleva allí más de un año en situación de privación sensorial y en una celda de 2 por 2,40 metros, y del cual las autoridades españolas no han dicho ni palabra´.
Fuente: Gorka Knörr