Debate de Política General
Un debate de Política General es el momento de analizar la situación política, hacer repaso de la tarea realizada en el último año y, desde esa doble perspectiva, fijar las líneas de actuación política para el próximo año. Si este debate siempre es importante, el de hoy creo que es especialmente importante pues es el último de la legislatura. Por esta razón creo que es el momento oportuno para hacer balance y extender el análisis al conjunto de la legislatura y desde esa perspectiva suscitar nuestras reflexiones y propuestas de futuro.
Me van a permitir que recuerde en qué contexto surgió este gobierno. Hace tres años la sociedad vasca estaba inmersa en un clima de especial crispación política; ETA seguía con su inhumana actividad, despreciando la voluntad de la ciudadanía vasca y sembrando dolor y tragedia en Euskal Herria y fuera de Euskal Herria; había una situación de bloqueo institucional impuesto desde el gobierno de Madrid, que se trasladaba a los ámbitos político y social; había una ausencia del más elemental diálogo político; y, finalmente, una articulación de todos los poderes del estado y del establisment, desarrollando una campaña nunca vista en favor de la toma de las instituciones vascas, con el objetivo de sustituir la coalición de gobierno formada por partidos de carácter nacional vasco y EB por otra formada por partidos de obediencia nacional española.
En ese contexto la sociedad vasca se manifestó en las urnas rechazando radicalmente esa descomunal campaña, reiterando su claro compromiso activo con la defensa de los Derechos Humanos sin excepciones, y pronunciándose con claridad en favor del diálogo político, el entendimiento, la pluralidad y el derecho de la ciudadanía vasca a decidir su propio futuro, en otras palabras, reivindicando, exigiendo, su derecho a ejercer el Derecho de Autodeterminación.
En ese contexto, como fruto de la voluntad popular, masivamente expresada en unas elecciones con un 80% de participación, surgió este gobierno pleno de legitimidad legal y democrática que responde a una demanda social claramente expresada en las urnas.
Un gobierno que, no es ocioso recordar, tiene más porcentaje de respaldo popular en las urnas que el que tuvieron los gobiernos de Aznar y que el obtenido por el actual gobierno de Rodríguez Zapatero.
Un gobierno que, en su composición, refleja la realidad social de este País desde un concepto de transversalidad comprometido con la defensa de la pluralidad de identidades nacionales y adscripciones ideológicas presentes en nuestra sociedad, y respetuoso con la voluntad mayoritaria de la sociedad democráticamente expresada, sea cual sea su resultado.
Un gobierno que gobierna, que da respuestas eficaces a las necesidades diarias de la ciudadanía vasca.
Una Nueva Etapa Política
Un gobierno que desde la legitimidad democrática, el compromiso con la pluralidad y la eficacia en la acción de Gobierno, ha tomado la Iniciativa Política para abordar la resolución del principal problema que tiene nuestro querido y atribulado País: la pacificación y la normalización política; ó la normalización política y la pacificación, como ustedes quieran, pues para mi grupo parlamentario están intrínsicamente unidas.
Iniciativa política que es fruto, no lo olvidemos, de un compromiso electoral y que tiene su plasmación práctica en el debate abierto alrededor del diseño, presentación e impulso del nuevo Estatuto Político para Euskadi propuesto por el Gobierno Vasco y en trámite parlamentario en esta Cámara.
Este proceso iniciado nos señala de forma clara e inequívoca que se ha abierto una nueva etapa política para nuestro País que va a suponer la superación del actual marco estatutario y la puesta en marcha de un nuevo marco jurídico sobre la base sólida del reconocimiento explícito del derecho de la ciudadanía vasca a decidir su propio futuro, y del reconocimiento explícito de que todos y cada uno de los territorios que conforman Euskal Herria (los que aparecen en la Enciclopedia Británica y en el Espasa) tienen derecho a conformar una unidad política, si democrática y pacíficamente así lo deciden.
En esta nueva etapa política, cuya apertura hace años reclamó Eusko Alkartasuna, nos ha tenido y nos va a tener, Lehendakari, trabajando intensamente, con convicción, para llevar a buen puerto la propuesta del Gobierno. Sin admitir modificaciones que desvirtúen la claridad que deben tener los dos conceptos de territorialidad y soberanía que, como acabo de señalar, deben constituir la base sólida sobre la que sustentar el nuevo marco jurídico-político que ha de ser el instrumento eficaz para lograr la normalización política y la pacificación de nuestro País.
Eusko Alkartasuna va a seguir trabajando, desde nuestra realidad de partido abertzale, republicano y socialdemócrata, para que esta nueva etapa política sea un nuevo paso en el proceso de construcción nacional de Euskal Herria.
Un proceso de construcción nacional integrador, no excluyente, basado en el concepto republicano de ciudadanía; un proceso de construcción nacional inseparablemente unido a la construcción social, con especial dedicación a las personas que menos oportunidades tienen en nuestra sociedad.
Un proceso de construcción nacional que articule instituciones, territorios y personas en el seno de la Europa del siglo XXI, de forma integradora y a la vez comprometida con la defensa de la pluralidad de la sociedad vasca.
Desde este compromiso político e ideológico paso a analizar la actual situación política y sus expectativas de futuro desde la triple perspectiva de construir:
- La Euskadi de los ciudadanos y ciudadanas
- La Euskadi social
- La Euskadi de la soberanía
Antes de abordar esos tres aspectos, quiero dejar clara una cuestión y desmontar una falacia habitual.
Cuando digo que quiero dejar clara una cuestión, me refiero a la legitimidad democrática de defender e impulsar un proceso de construcción nacional, tanto si es de construcción nacional española como si es de construcción nacional vasca. Porque aquí todos estamos implicados en uno u otro proceso de construcción nacional, todas las fuerzas políticas tenemos un determinado enfoque a la hora de impulsar nuestras actuaciones y propuestas políticas.
Incluso quienes se autodenominan internacionalistas cuando rechazan la gestión del régimen económico de la seguridad social por el sistema de concierto y defienden el sistema de caja única lo argumentan en base a la solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de Extremadura o Andalucía, pero excluyen esa misma solidaridad con los trabajadores del Algarbe Portugués, del Mezzogiorno Italiano, del Epiro de Grecia ó con cualquiera de las personas con menos oportunidades residentes en los nuevos estados recientemente incorporados a la Unión Europea.
En definitiva unos y otros acaban poniendo fronteras a la solidaridad en función de la nación que queremos construir o apuntalar -utilicen el concepto que ustedes quieran-.
Y cuando hablo de desmontar una falacia me refiero a esa manipuladora unión de construcción nacional vasca y exclusión. Un país sólo se puede hacer sumando, no restando; respetando su pluralidad de identidades nacionales, no negándolas; potenciando su pluralidad ideológica, no imponiendo el pensamiento único.
Así es como concebimos la construcción nacional en Eusko Alkartasuna: como un proceso abierto a toda la ciudadanía, integrador, comprometido activamente con la defensa de la pluralidad, en el que no cabe ni la exclusión, ni la imposición de identidades, ni el pensamiento único.
Construir la Euskadi de los ciudadanos
Desde nuestra concepción republicana concebimos la construcción de nuestro País sobre la base insustituible de la libertad de todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas, desde la asunción de los derechos individuales y deberes individuales de la ciudadanía, sin los que no puede existir una sociedad libre, un país libre.
La divisa de los infanzones de Obanos ´PRO LIBERTATE PATRIA GENS LIBERA STATE´ ´PERSONAS LIBRES EN PIE POR LA LIBERTAD DE LA PATRIA´ engarza con nuestra concepción republicana de una sociedad vasca de personas libres.
Desgraciadamente estas libertades individuales, los derechos humanos individuales, empezando por el derecho a la vida, siguen siendo una cuestión pendiente.
La persistencia de la violencia, del terrorismo sigue generando dolor, aunque en el último año no haya habido personas asesinadas por ETA. Cada vez que se produce un atentado, por muy inocuo que sea, se reabren heridas, se remueve el dolor en quienes han sufrido de forma directa el terrorismo y, afortunadamente, en cada vez más amplios sectores de la sociedad vasca.
A la hora de abordar la situación de las víctimas, siempre se podrá hacer más, ó si quieren ustedes nunca podremos hacerlo todo -entre otras cosas porque devolver la vida, la salud, no está en nuestras manos-, pero sí hay que reconocer que este gobierno ha dado pasos importantes.
La creación de la oficina de atención a las víctimas del terrorismo y la decisión de poner al frente de dicha oficina a Maixabel Lasa, así como la decisión del Consejero de Justicia, Trabajo y Seguridad Social de nombrar Director de Derechos Humanos a Txema Urquijo, son una prueba fehaciente de la voluntad de este gobierno de dar respuestas eficaces a las demandas de todas aquellas personas que han sufrido las consecuencias de la violencia y el terrorismo.
A los grupos parlamentarios nos corresponde dar nuestro apoyo y felicitarles por su trabajo, y ejercer la responsabilidad de renunciar a esgrimir a las víctimas como instrumento de confrontación política, de agresión al contrincante político.
Desde Eusko Alkartasuna volvemos a expresar nuestro apoyo y felicitación a estas dos personas y reiteramos nuestro compromiso de no utilizar políticamente esta cuestión y de no debatir ni confrontarnos públicamente con las víctimas.
Si todos los grupos fuésemos capaces de asumir este compromiso daríamos un gran paso para consolidar una base sólida de compromiso con los derechos humanos sin excepciones sobre la que asentar la Euskadi de los ciudadanos.
Hay también otros obstáculos que dificultan la construcción de la Euskadi de los ciudadanos.
En los últimos años se ha producido una regresión muy preocupante en el ámbito de las libertades individuales.
Con la excusa del terrorismo se ha atentado contra derechos básicos en democracia como son el derecho a la libertad de expresión, a la libertad de prensa, a la presunción de inocencia, al derecho de asociación política.
Se ha atentado contra la separación de poderes, se ha judicializado la política, se ha politizado la justicia, se ha pisoteado el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
El gobierno Aznar utilizó y reformó a la carta las leyes; configuró los órganos judiciales básicos a su imagen y semejanza con el objeto de que ambos, legislación y cúpulas encargadas de controlar la misma, sirviesen a su estrategia partidista.
No estamos hablando de teorías; estamos hablando de un cierre del único periódico editado en euskera, de ilegalización de partidos políticos impidiendo que una parte de la sociedad vasca pudiera elegir y votar según su ideología, de persecución del euskera con saña, de atentados contra la libertad de expresión.
En marzo hubo elecciones y cambió el gobierno. Seis meses después del cambio de gobierno, el ejecutivo de Rodríguez Zapatero no ha hecho nada para poner punto final a la etapa de regresión democrática, no ha hecho nada para restituir derechos individuales, garantizar libertades y reconstruir un sistema de libertades más eficaz y justo.
¿Qué ha hecho el gobierno del PSOE para humanizar la Justicia? ¿Qué medidas ha adoptado para revisar todas las leyes limitadoras de derechos y libertades? ¿Cuál ha sido su contribución a la consecución de una política penitenciaria humana y basada en la reinserción -como le hemos solicitado nosotros, este Parlamento e incluso el Congreso de los Diputados-, y no utilizada únicamente como instrumento de la lucha contra el terrorismo?.
La actual legislación penal y penitenciaria reclama una profunda revisión y replanteamiento, dado el retroceso, la improvisación, el populismo y la falta de rigor de las reformas legales de la mayoría absoluta del Partido Popular. Sin embargo, para no imitar la ´técnica´ legislativa en esta materia del año 2003, la modificación del código penal y de otras leyes que afectan al sistema penal debe ser una labor consensuada, que garantice la imprescindible estabilidad y con el concurso de los expertos y de las fuerzas sociales y políticas.
Sin embargo, hay aspectos inaceptables en dicha legislación que reclaman una intervención urgente, como son:
- el incremento de las penas máximas a los 40 años, de facto una cadena perpetua, la más dura de Europa,
- las limitaciones para acceder al régimen abierto y a la libertad condicional
- la franquista agravante de multirreincidencia
Aspectos que han sido fruto de reformas todas ellas regresivas, impropias de un país moderno, de una política reinsertadora y de un derecho penal y penitenciario respetuoso con los derechos humanos. Incluso en el caso de los menores, donde se ha producido un retroceso en la consolidación de un auténtico Derecho penal juvenil.
Junto a ello, la prisión provisional se ha convertido en regla en lugar de en excepción, lo mismo que la presunción de inocencia ha dado paso a la presunción de culpabilidad.
No hay garantías en la actual regulación desde el punto de vista de los derechos y de la prevención de torturas y malos tratos.
La ley de partidos creó inseguridad jurídica al lesionar la libertad de pensamiento y la libre expresión política. No se plantea sancionar conductas delictivas, sino poner fuera de la ley la opinión de miles de electores y la desaparición del cauce político de su expresión.
En fin, que es muy fácil contentarse de que sea historia el que ha sido, sin duda, cuatrienio más negro para las libertades y derechos individuales y colectivos desde el final de la Dictadura.
Pero no basta con eso. Ha transcurrido ya más de medio año y no se vislumbra la necesaria REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA DE LAS LIBERTADES Y DERECHOS PISOTEADOS POR EL GABINETE AZNAR. Y esa regeneración no se hace con sonrisas y buenas palabras, sino con determinación política. La que se requiere para acabar urgentemente con vergüenzas democráticas como el Pacto Antinacionalista, el Pacto por la Injusticia, la politización brutal de la Justicia, la Política penitenciaria vengativa o la Ley de Partidos.
Abordar estas cuestiones, que hoy por hoy son competencia del estado, es una exigencia que la sociedad vasca realiza al PSOE. Esta regeneración democrática es necesaria para construir la Euskadi de las libertades. En definitiva la ciudadanía vasca está comprobando que el talante del Sr. Zapatero supone la misma política negadora de derechos y libertades que el partido popular pero sonriendo.
Hay otro aspecto en relación con los derechos humanos que quiero resaltar porque constituye un motivo de preocupación y de ocupación para Eusko Alkartasuna y para el gobierno.
Me refiero a la violencia que en sus diferentes formas se ejerce contra las mujeres y que supone un grave atentado contra la integridad física y moral de las mismas, y un ataque directo a su dignidad como personas.
Esta cuestión debe figurar como primer punto en todas las agendas y planes de trabajo de los partidos y de las instituciones. En nuestra Comunidad Autónoma se están dando pasos importantes a través de la coordinación institucional (Comisión Interdepartamental y Comisión Interinstitucional – Protocolos de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales – Acuerdo Interinstitucional para la mejora en la atención a mujeres víctimas de maltrato doméstico y agresiones sexuales).
Tenemos el Proyecto de Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres y la Ponencia sobre Violencia creada hace dos meses aproximadamente en este Parlamento. Dos elementos importantes y necesarios para seguir trabajando sin descanso mientras haya un solo maltrato a la persona y en concreto en este caso a la mujer.
Estamos ante una triste y terrible realidad; también en Euskal Herria se están denunciando más casos, hay un aumento de detenciones, aumento de órdenes de alejamiento, aumento del número de asesinadas.
Para Eusko Alkartasuna el Gobierno debe seguir dando respuestas a este problema que necesita de un trabajo integral. En esta cuestión es de justicia señalar que los colectivos afectados y quienes trabajan directamente dando apoyo a quienes sufren la violencia de género, están valorando muy positivamente el papel que está desempeñando la Ertzaintza y los pasos que desde el Departamento de Justicia se están dando en apoyo de esas personas a través del Servicio de Atención a las víctimas de malos tratos.
Construir la Euskadi de los ciudadanos y ciudadanas no se consigue sólo reforzando las libertades.
Construir la Euskadi de los ciudadanos y ciudadanas es conseguir, potenciar la igualdad de oportunidades.
Sin igualdad de oportunidades no puede ser efectiva la igualdad de derechos de la ciudadanía.
Y a la hora de trabajar a favor de la igualdad de oportunidades debemos prestar nuestra atención a los colectivos más desfavorecidos, a quienes más indefensos están y menos oportunidades tienen. Me refiero en este caso a los menores, a los inmigrantes, a las personas que están en prisión por condenas relacionadas con los delitos denominados comunes.
La Ley del Menor está ya en esta Cámara y a va a ser un instrumento eficaz para asegurar y garantizar los derechos de las personas menores y para establecer una regulación que contemple criterios comunes en el desarrollo de los servicios que existen en cada herrialde y junto con ella el plan de ejecución penal de menores que próximamente será presentado ante esta Cámara.
No podemos olvidar tampoco el fenómeno de la inmigración y la realidad existente en esta Comunidad Autónoma Vasca. Las personas inmigrantes en el actual contexto legal se encuentran en situaciones que además de atentar a su dignidad como personas, les da carácter definitivo a su desigualdad de oportunidades.
Es evidente que la Ley de Extranjería, con sus posteriores modificaciones, cuyo Recurso de Inconstitucionalidad promovimos en esta Cámara, no resuelve el problema de las personas inmigrantes residentes. Simplemente pone en funcionamiento políticas represivas y policiales, impide un tratamiento normalizado del problema, no busca salidas de integración y condena al inmigrante a una situación de incertidumbre e inseguridad jurídica.
La residencia legal debería ser promovida por el Gobierno Vasco y acompañada por los ayuntamientos, con la colaboración del poder judicial. Esta colaboración debería dar paso al reconocimiento de la ciudadanía.
Es el Gobierno Vasco en colaboración con los ayuntamientos, quien debería tener capacidad de decisión en la determinación de cupos, contratación en origen y en la normalización de las personas que se encuentran en situación irregular.
La inmigración tiene hoy salida en el mercado de trabajo. Es la Ley de Extranjería la que impide esta salida de integración social y laboral y condena al inmigrante a una situación de dependencia asistencial. Abre las puertas al trabajo ilegal y a situaciones de explotación y esclavitud, creándose una imagen deformada de las personas que vienen a trabajar y no a vivir de prestaciones sociales.
Todo esto es lo que deseamos y estamos dispuestos a garantizarlo, pero nos encontramos con las limitaciones puestas desde Madrid; una vez más se muestra un nuevo argumento del porqué y para qué de nuestra insistencia en lograr un nuevo marco jurídico.
En esta Comunidad estamos posibilitando desde el primer momento el acceso a los derechos asistenciales, educativos, sanitarios, etc., pero aún queda mucho por hacer, como es la atención integral de todas las necesidades en función de un modelo de integración socio-laboral y cultural.
Finalmente, en cuanto a las personas que están en prisión, las palabras pronunciadas por la Directora General de Instituciones Penitenciarias esta misma semana, confirman lo que tantas veces han oído a este Portavoz en esta tribuna: la democracia no ha llegado todavía al sistema penitenciario del estado español. Estamos ante un sistema que no reconoce, ni protege, ni potencia la dignidad de las personas que están encarceladas. Estamos ante un sistema penitenciario que en la práctica no está orientado a la reinserción, a conseguir que las personas reclusas puedan aspirar fehacientemente a la igualdad de oportunidades.
Aquí como ven tenemos mucho trabajo por delante, pero tampoco nos dejan trabajar y demostrar que en este ámbito también podemos hacerlo mucho mejor que el estado.
Con la disculpa de los presos de ETA que se ven, y bien que los enseñan quienes como el PP y el PSOE han tenido y tienen responsabilidades de gobierno en el estado, nos ocultan esa otra molesta realidad que habitualmente la sociedad no quiere ver ni conocer.
Construir la Euskadi Social
Al comienzo de mi intervención desmontaba una falacia habitual en el discurso de los partidos de obediencia nacional española.
En este apartado voy a desmontar otra falacia instalada en el discurso ´políticamente indiscutible´ de dichos partidos de obediencia nacional española.
Esa falacia -que, a fuerza de ser repetida, pretende hacer mella pese a su falsedad- es que los abertzales sólo sabemos hablar de construcción nacional. Se quiere trasladar a la opinión pública la imagen de que nos dedicamos, única y exclusivamente, a filosofar sobre los grandes conceptos teóricos e ideológicos que inspiran nuestra acción política.
Nosotros, no hablamos sólo de soberanía, independencia o autodeterminación. El plan que promovemos habla de respeto a la voluntad y la decisión de los vascos y vascas de este comienzo del Tercer Milenio, pero no por fidelidad a una ensoñación romántica, sino justamente para tener los instrumentos necesarios para ser aún más eficaces de lo que lo somos en la resolución de asuntos cotidianos, tangibles, palpables… para la ciudadanía.
La gran mentira que se quiere vender a la ciudadanía es que tiene que elegir entre construcción nacional o construcción social. Como si fueran incompatibles. Cuando, en realidad no son sino dos caras de la misma moneda. Esa moneda es el bienestar y la dignidad de las personas y los pueblos.
Y diré más: no sólo afirmo que los grandes debates de la llamada ´alta política´ son absolutamente compatibles con la gestión eficaz y hasta brillante de los temas del día a día, sino que estamos convencidos de que cuanto más se avance en la construcción nacional, más lejos se llegará también en la construcción social. Dicho de otra manera: la relación que innegablemente existe entre autogobierno y bienestar, entre la calidad de uno y otro, es, en términos matemáticos, directamente proporcional. Y ésa es la ecuación por la que apuesta Eusko Alkartasuna en su acción dentro de este gobierno tripartito y plural.
Pese a las zancadillas permanentes y la política antisocial del anterior gobierno de Aznar -que está por ver que el ejecutivo del señor Zapatero tenga voluntad, capacidad y decisión de enmendar, o si no que se lo pregunten a los trabajadores de La Naval-, la CAPV ha seguido avanzando en esa prioridad que constituye para nosotros mejorar las cotas de bienestar y justicia social, en las que, permítanme que lo diga con claridad, sacamos varios largos de ventaja al resto del Estado. Un estado que sigue ocupando los puestos más bajos de la UE en cuestiones tan vitales para la ciudadanía como: gasto sanitario, protección a la familia, vivienda, gasto para combatir la exclusión social…
Y esto no son sólo palabras, son hechos comprobados por los datos. Algunos de los cuales voy a referir a continuación. El gasto del Estado español en protección social por habitante en 1999 fue de 2.858 euros. ¿Saben cuánto dinero destinó la CAPV a protección social, por cada habitante: 3.479 euros. O sea, una cuarta parte más.
Según el informe del profesor Luis Ayala, de la Universidad de Castilla-La Mancha, el gasto público contra la pobreza en Euskadi quintuplica la media española.
¿Cuándo se van a rendir a la evidencia algunos, algunos de ustedes especialmente, de que las cosas se hacen mejor desde la proximidad y no por control-remoto, desde las mullidas alfombras de la Villa y Corte?. Y no hablo sólo de políticas abstractas, sino de políticas de gestión en asuntos como el empleo, la educación, el medio ambiente, la sanidad, la vivienda…
Fíjense tanto en el Anuario Social de España 2004, como en el Anuario económico, elaborados por el Servicio de Estudios de La Caixa, una entidad de prestigio innegable cuyos informes son conocidos por su profesionalidad, situaban a la CAPV en la cabeza de las comunidades. Y no quiero con esto establecer comparaciones, sino constatar que el autogobierno vasco se ha puesto siempre, y así va a seguir siendo, al servicio de los ciudadanos y ciudadanas para mejorar su calidad de vida y sus expectativas de futuro.
La Euskadi que queremos construir, al menos esa Euskadi soberana y justa que queremos construir desde Eusko Alkartasuna, es una Euskadi del bienestar, de la solidaridad, de la justicia social, del reparto equitativo de la riqueza que generamos. La Euskadi que atiende y quiere recuperar socialmente a aquellas personas, aquellos sectores, más desfavorecidos.
De hecho E.A. está gestionando tres departamentos desde los que está impulsando políticas sociales progresistas de atención al conjunto de la población y especialmente a las personas más vulnerables.
Buena muestra de ello es el Plan Vasco de Inserción 2003-2005, dotado con 2.500 millones de euros, con el que seguimos en esa lucha, que es la nuestra, para garantizar desde la solidaridad los ingresos mínimos necesarios para el desarrollo de una vida autónoma y digna, y posibilitar instrumentos de inserción sociolaboral.
Este gobierno ha puesto en marcha políticas pioneras en materias claves. En la lucha contra la exclusión social. Estoy hablando de los más de 25.000 beneficiarios de Renta Básica. De las más de 12.000 familias vascas que pueden vivir bajo techo gracias a las AES. Sin olvidar que el apoyo económico se acompaña de políticas activas de inserción mediante convenios que se impulsan y desarrollan desde los servicios sociales de base: me refiero a programas como Auzolan, las empresas de inserción, etc.
Este gobierno ha estado en primera línea en ayuda a familias. Me refiero a los 15 millones de euros que, a lo largo de 2003, intentaron hacer un poco más fácil la vida a cerca de 13 mil familias vascas con hijos e hijas. De los más de catorce millones de euros dedicados a fomentar la conciliación de la vida familiar y laboral. Por cierto, que también en este departamento gestionado por E.A. se está preparando una Ley de Apoyo a las Familias.
Este gobierno ha trabajado y trabaja por el empleo, -la Ley de Empleo está en preparación- pese a la cerrazón absoluta de los sucesivos ejecutivos de Madrid a transferir la competencia en esta materia, la transferencia en su integridad, no absolutamente descafeinada.
Y pese a ese jacobinismo (sea con gaviota o rosa roja) más propio de otras épocas, hemos seguido haciendo grandes esfuerzos, sin perder de vista, lo digo para que quede claro, nuestra apuesta, la apuesta del partido al que represento, por nuestra meta de conseguir un marco vasco de Relaciones Laborales. Ese trabajo se refleja en el Plan Interinstitucional de Empleo 2003-2006, cuya meta es llegar al pleno empleo y garantizar desde la igualdad de oportunidades y la no exclusión un puesto de trabajo. En el nuevo servicio vasco de empleo, Lanbide, que ya es una realidad, con el funcionamiento de su primera oficina en Agurain y, pronto, en Basauri e Irun. En medidas progresistas como los incentivos a la contratación indefinida y a la eliminación de las horas extraordinarias.
Y hablo también del Plan Director de Seguridad y Salud Laboral 2003-2006, elogiado como pionero desde instancias europeas y que ha contribuido a extender la cultura de la salud y la seguridad en el trabajo y también a avanzar en la siempre ardua lucha contra la siniestralidad laboral, con reducciones de hasta un tercio de la mortalidad laboral, que, desgraciadamente y a pesar de ello, sigue siendo tremenda.
Hablamos de todas estas cosas, y también de que con mayores niveles de autogobierno, los que se nos niegan, con grave quebranto de la ley y del bienestar de la sociedad vasca, desde Madrid. Primero con el PP, antes con el PSOE. Y ahora, ¿otra vez con Rodríguez Zapatero?. Yo estoy persuadido de que cuando este Nuevo Marco de Autogobierno que presentamos reciba el apoyo mayoritario de la ciudadanía, aún lo haremos mejor. Y ese mejor no será mejor para nosotros, sino para el bienestar social de nuestro país, de todos y cada uno de los hombres y mujeres que lo habitan.
Porque creemos que en lo nacional y en lo social, hay diferentes formas de hacer política. Hay diferentes modelos para abordar los problemas que afectan a la ciudadanía. Cuando parece renacer con fuerza un nuevo capitalismo es más necesaria que nunca la defensa de un ideal socialdemócrata que promueva valores como la solidaridad y la justicia social.
Nosotros no queremos un crecimiento económico que no repercuta en los sectores más desfavorecidos. No queremos un desarrollo que signifique bienestar para unos pocos, y exclusión social o dificultades para llegar a fin de mes para otros muchos. No queremos compasión, sino justicia social.
Subrayaba que sabemos gestionar mejor, sabemos dar respuestas más eficaces a los problemas diarios de la ciudadanía, sabemos hacer funcionar mejor los servicios públicos esenciales como la sanidad o la educación. En el ámbito sanitario, mejor que los datos son las experiencias personales. Creo que la inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas vascas que hemos recibido atención en la sanidad pública vasca no tenemos ninguna duda. La ´aportación extraordinaria´, por no prevista, al fondo de solidaridad interterritorial que supone la constante atención sanitaria a personas de otras comunidades autónomas corrobora esta tesis.
En el ámbito educativo los datos, fruto de la gestión del autogobierno por el ejecutivo vasco son clarificadores: el fracaso escolar en la ESO se ha reducido 4 puntos en el último curso con respecto al curso anterior situándose en el 14%. Este mismo índice es del 29% en el estado español y del 18,8% en la Unión Europea. Así mismo el porcentaje de alumnos con todas las asignaturas aprobadas se ha elevado del 59 al 64% con respecto al año anterior.
Más datos con respeto a otras etapas educativas: en la primaria promocionó el 96% del alumnado, mientras tiene el caso del bachillerato el índice de éxitos es del 80%, un incremento de ocho puntos con respecto a hace cinco años. El 76% de los alumnos de ciclos de Formación Profesional de grado medio supera los estudios, mientras que en los de grado superior el éxito es del 85%.
También en el ámbito educativo se han adoptado medidas prácticas para impulsar la conciliación entre la vida familiar y laboral, implantando el tramo educativo y asistencial de cero a tres años. Además de consolidar la oferta de plazas existentes con anterioridad al Decreto 297/2002, que regula las Escuelas Infantiles de 0 a 3 años, se ha constituido el Consorcio HAURRESKOLAK para crear nueva oferta de carácter público.
Hasta la fecha se han incorporado 72 municipios y se han creado un total de 1.652 nuevas plazas públicas. Para finales de este año cumpliremos el objetivo de crear 1.000 nuevas plazas cada año. En la actualidad los centros públicos del sistema educativo que ofertan el tramo 2-3 tienen 7.796 plazas.
En este ámbito de la construcción social toma especial relevancia el impulso dado a la Universidad con la Ley del Sistema Universitario Vasco que responde a las necesidades y a las demandas que nos exigían la Comunidad Universitaria y la propia sociedad vasca.
Estamos configurando un sistema universitario vasco que permita a nuestro tejido universitario disponer de una estructuración social efectiva y una dimensión adecuada para la integración europea.
Estamos configurando una carrera contractual propia que permita el desarrollo profesional de muchos de nuestros/as profesores/as al tiempo que otorga eficacia y flexibilidad funcional entre la docencia y la investigación.
Estamos consolidando una enseñanza plurilingüe para una efectiva integración europea y una definitiva consolidación del euskera como lengua de uso universitario, tal y como le corresponde en su calidad de lengua propia.
Estamos abordando la necesidad de estructurar una financiación adecuada.
Finalmente, quiero referirme a otro aspecto que también afecta a la ciudadanía en su vida diaria: el derecho al medio ambiente.
En este ámbito este gobierno ha dado también pasos importantes.
La aprobación de la Estrategia Ambiental Vasca de Desarrollo Sostenible 2002-2020, el Programa Marco Ambiental 2002-2006, el impulso y coliderazgo de la Red de Gobiernos Regionales por el Desarrollo Sostenible que se constituyó con motivo de la celebración de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, constituyen actuaciones de gran importancia en el medio y largo plazo y responden a un compromiso firme con la sostenibilidad y la defensa y preservación del medio ambiente.
En el corto plazo iniciativas legislativas como la Ley de Aguas, la Ley de Protección y Prevención de Suelos Contaminados; la creación del Consejo Vasco del Agua; el impulso y realización de infraestructuras hidráulicas mediante convenios con las Diputaciones Forales así como la puesta en marcha de regadíos en Araba, la construcción de la Red Vasca de Municipios hacia la sostenibilidad UDALSAREA, así como el desarrollo de la Agenda Local 21 a través de las agrupaciones de municipios Udaltaldea 21, constituyen una reafirmación diaria de dicho compromiso.
Hasta el momento me he referido a la construcción de la Euskadi de los ciudadanos, de la Euskadi Social. En ambos capítulos hemos avanzado mucho pero también hemos constatado muchas limitaciones, hasta el punto de que podemos concluir que para construir en plenitud la Euskadi de los ciudadanos, la Euskadi Social es necesario construir la Euskadi Soberana.
Construir la Euskadi de la Soberanía
En este contexto de dar respuesta a las necesidades diarias de la ciudadanía es donde hay que insertar la propuesta de un nuevo marco político para la ciudadanía que hemos impulsado desde los grupos que apoyamos al gobierno.
Propuesta que es consecuencia de un compromiso electoral y que ha sido impulsada por un gobierno legítimo en el uso de sus competencias naturales y presentado para su debate y votación en el único marco legítimo posible en democracia: el Parlamento.
Compromiso electoral que también incluye la consulta a la ciudadanía. Consulta que a Eusko Alkartasuna -lo decimos con toda claridad- le hubiese gustado que se hubiera celebrado ya; y también con toda claridad decimos que comprometemos nuestro trabajo para que se pueda celebrar cuanto antes.
Pero desde E.A. la propuesta del gobierno no es un fin en sí mismo, es un instrumento para profundizar en el autogobierno que es avanzar en el estado de bienestar, mejorar el bienestar de todas las personas, especialmente de las más desfavorecidas.
Es un instrumento para la convivencia, para lograr la normalización política y la participación.
Es un instrumento importante para avanzar por caminos de construcción nacional integradora, abierta, no sólo respetuosa sino defensora de la pluralidad.
Para Eusko Alkartasuna construir este País de otra forma, construir la Euskadi de los ciudadanos, la Euskadi Social es una tarea urgente. Por tanto, construir la Euskadi, la Euskal Herria de la soberanía es absolutamente prioritario.
Hemos avanzado mucho pero todavía tenemos mucho trabajo que hacer, mucho camino que recorrer:
- Tenemos que poner todo nuestro entramado institucional en clave de eficacia, de eficiencia, en clave de construcción de la Euskadi de la Soberanía.
No podemos retrasar más ni la tarea de situar a los ayuntamientos en el lugar que les corresponde en el entramado institucional vasco mediante una ley municipal que dé respuesta a este reto, ni una reforma de la Ley de Territorios que, con visión de país, permita dar respuestas eficaces a las demandas ciudadanas, generar sinergias, eliminar duplicidades y liberar recursos económicos para afrontar nuevas necesidades comunes, aumentar la cohesión social, el bienestar y el progreso de nuestra sociedad.
- Tenemos que articular esa mayoría social que reclama profundizar en el autogobierno, para que pueda expresar su voluntad de forma clara e inequívoca e impulsar un nuevo marco político para Euskadi.
- Tenemos que dar una respuesta en clave de soberanía a los estados que quieren construir Europa de espaldas a las realidades naturales y nacionales, a los pueblos que la componen, a las personas que la componen.
A pocos meses vista es posible que someta a nuestro refrendo un nuevo tratado constitucional que desde nuestro punto de vista no consolida una Unión Europea democrática y social, ni contempla la pluralidad nacional.
Pensamos que debemos dar un toque de atención democrática a esos estados de concepción decimonónica que presionados en su día por el gobierno Aznar han impulsado una intencionada falta de reconocimiento de las naciones sin estado como la nuestra, ó de otras instituciones subestatales y un insuficiente compromiso en favor de la consecución de un modelo social europeo que garantice la justicia social y la defensa del medio ambiente.
Aprovecho esta ocasión para hacer un llamamiento a todas las fuerzas abertzales y a todas las fuerzas progresistas para aunar fuerzas a favor de un pronunciamiento diferenciado en dicha consulta por parte de las naciones y pueblos históricos como Cataluña, Galicia y Euskal Herria en el caso del estado español.
Un resultado diferente en nuestro País será un nuevo paso adelante en la construcción de la Euskadi de la Soberanía.
- Tenemos que profundizar en el diálogo entre todas las fuerzas políticas representativas, sin excepciones, para lograr la normalización política y la pacificación.
Los conflictos políticos se resuelven por las vías políticas, a través del diálogo democrático, nunca por las vías policiales, por la represión, ni por las vías de la violencia o el terrorismo de quienes se autodenominan militares.
Eusko Alkartasuna está y estará sentada permanentemente en la Mesa del Diálogo, en las instituciones democráticas y en todos aquellos foros en los que participen personas, partidos u organizaciones que opten exclusivamente por las vías políticas.
Iniciativas en las que participamos activamente, como son las de Elkarri ó las del Foro Nacional de Debate, nos gustaría que fuesen lugar de encuentro de todos los partidos representativos sin ningún tipo de exclusión ideológica o identitaria.
- Tenemos que hacer, todos, un esfuerzo para crear las condiciones necesarias, el microclima preciso para que fructifiquen la semilla del diálogo, del entendimiento, del acuerdo.
Es precisa la implicación, el activismo de cada fuerza política en su ámbito sociológico de influencia para que desaparezcan expresiones de violencia que impiden objetivamente que fructifique esa semilla.
La violencia de persecución, la política penitenciaria de dispersión, la sustitución de la justicia por la venganza, la criminalización del adversario, el sectarismo político, la indiferencia ante el dolor ajeno, son obstáculos que entre todos tenemos que remover urgentemente si queremos que el diálogo dé sus frutos cuanto antes y no perdamos otra oportunidad.
Para realizar este trabajo, estas tareas el Lehendakari sabe que puede contar y que cuenta con Eusko Alkartasuna.
Para conquistar un futuro mejor para nuestro pueblo y para cada una de las personas que aquí vivimos.
Para profundizar en el autogobierno y posibilitar que la ciudadanía vasca decida su futuro, ejerza el derecho de autodeterminación, para conseguir una sociedad más justa, más progresista.
Para volver al pasado, para repetir el pasado, sabe que no va a contar con Eusko Alkartasuna.
Eusko Alkartasuna tiene un compromiso activo con la construcción de la Euskal Herria de los ciudadanos.
La construcción de la Euskal Herria Social.
La construcción de la Euskal Herria de la Soberanía en la Europa del siglo XXI caracterizada por la interdependencia y la globalización.
Porque pensamos que otro mundo es posible, trabajamos y actuamos en nuestro ámbito natural con mentalidad universal.
Se ha abierto una nueva etapa política. El autonomismo forma parte del pasado. La voluntad de la ciudadanía vasca será la que marque el futuro. Eusko Alkartasuna acatará y respetará esa voluntad democráticamente expresada sin condicionamientos ni limitaciones de ningún tipo, coincida ó no coincida con nuestro desideratum, que como ustedes saben es la independencia de Euskal Herria en Europa. Y cuando hablamos de Euskal Herria hablamos de todos los territorios que aparecen en el mapa de la Enciclopedia Británica ó del Espasa.
Me gustaría escuchar de forma explícita este mismo compromiso por parte de todas las fuerzas políticas.
Quienes no sean capaces de asumirlo ni podrán autodenominarse demócratas, ni les reconoceremos como tales.
Ustedes tienen la palabra.
Fuente: Rafael Larreina