Hoy, Día Mundial de las Mujeres por la Paz y el Desarme, queremos subrayar el empecinamiento de las mujeres y hombres de Eusko Alkartasuna por la paz y el desarme, tanto en casa, como fuera de nuestras fronteras. Desde la creación misma de EA, nuestros alcaldes se negaron a que sus conciudadanos fueran militares, como Juan Karlos Goienetxea hizo en Bermeo. Los jóvenes de Gazte también fueron insumisos, y gracias – a ellos, entre otros- a su empecinamiento e irreverencia, hoy en día no es obligatorio aprender a ser militar. Pero sobre todo, queremos subrayar la relevancia que tiene para las y los miembros de EA que las mujeres estén en los todos los órganos decisorios, y trabajar así contra todas las violencias, desde una visión feminista, socialdemócrata y a favor de la justicia social.
Un nítido reflejo de esa voluntad de trabajar a favor de la pacificación ha sido el trabajo realizado por las mujeres de Eusko Alkartasuna, y que en el día de hoy queremos destacar como claro modelo para nuestra sociedad. En EA sabemos lo que son las apuestas por la paz y el desarme, llevamos 34 años en ello. Y llevamos empecinadas en aseverar que si queremos paz, necesitamos más mujeres tomando decisiones. No es casualidad que la primera candidata a Lehendakari fuera de EA. No es casualidad que Begoña Lasagabaster, quien negociara sobre los derechos, libertades y paz de Euskal Herria con diferentes gobiernos españoles esté hoy trabajando en la sección de mujeres de la ONU. O que Nekane Alzelai colabore con el Foro Social, o que Lohitzune Txarola desde la presidencia de las Juntas Generales de Gipuzkoa trabajara por el consenso político cuando ETA dejó las armas, o que Argitxu Noblia colaborara con los Artesanos de la paz (y que una de sus voces visibles sea otra mujer, Anais Funosas), o Eba Blanco como líder de Eusko Alkartasuna o Lorena Lopez de Lacalle como cabeza de la ALE… Siempre trabajando – muchas veces irreverentemente, sí, saltándonos lo establecido, las reglas o las hormas masculinas- para crear menos militares y más militantes por la paz.
No queremos olvidarnos de “Ahotsak”, un intento de construir paz y país desde las mujeres, desde la política, más allá de partidismos. “Ahotsak” se diluyó, pero seguimos creyendo que es un modelo – otra vez irreverente a lo establecido por los hombres- de hacer política desde la mujer; esto es, tomar decisiones para el bien de la mayoría. Este movimiento ha demostrado que cuando las mujeres colaboran por la paz, las consecuencias de este trabajo se extienden más, duran más en el tiempo, y repercuten más en el bienestar de la sociedad.
En un día como hoy, no podemos olvidar el drama que viven muchas mujeres a causa de la violencia machista, esas mujeres que no viven en paz, sino en una lucha constante por la supervivencia. Desde el ámbito político tenemos la responsabilidad de apoyar, proteger y dar respuesta a tantas y tantas mujeres que sufren las consecuencias más violentas del machismo y del patriarcado. Es nuestra responsabilidad ayudar a conseguir esa paz, que tanto anhelan a todas esas mujeres. El feminismo siempre estará al lado de todas ellas.
Para terminar, y en este día señalado en el que la paz es protagonista, queremos exigir especialmente a las organizaciones internacionales, que han estado tantos años en la desidia, que acaben con la masacre de Palestina; pongan más mujeres haciendo política, tomando decisiones, en los equipos de negociación, porque el desarme y la paz son urgentes, necesitamos mujeres irreverentemente pacíficas en las cúpulas de estos organismos.