En la presentación del informe ´Inmigración y Mundo Laboral en la CAPV´
El Consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azkarraga, ha ofrecido esta mañana los resultados de un estudio elaborado por la Sociedad Pública Egailan en el que se analiza cuál es el comportamiento de las personas inmigrantes en el mercado laboral. El informe abarca hasta el 31 de diciembre de 2003. Junto al consejero han comparecido el director de Trabajo, Adolfo González, y el responsable del Observatorio del Mercado de Trabajo de Egailan, Javier Ramos.
En los últimos cinco años la población extranjera legalizada se ha incrementado en un 68,2% y durante el último año un 18,2%. Hay que recordar que a finales de los 90 el saldo migratorio en la CAPV era negativo.
En diciembre de 2003 contábamos con 28.600 extranjeros legalizados. Si damos por bueno el porcentaje del 30% de extranjeros ilegales ofrecida por el Gobierno español, y realizando algún elemento corrector en el cálculo, como es nuestro menor peso en cuanto a los trabajadores extracomunitarios, podemos concluir que el número de extranjeros irregulares en la CAPV se sitúa alrededor de los 10.000.
En el conjunto del Estado los extranjeros extracomunitarios legalizados suponen el 2,6% del total de la población, mientras que en la CAPV es tan solo del 0,7%. Nos encontramos entre las diez zonas europeas que menos inmigrantes reciben.
La composición de los inmigrantes de la CAPV está bastante equilibrada entre personas procedentes de otros estados de la UE y de extracomunitarios.
Los afiliados extranjeros a la Seguridad Social en la CAPV suponen ya el 2,2% del total de afiliados, medio punto más que hace dos años. No obstante, en el conjunto del Estado ya están en el 5,6%.
Los extranjeros nos llegan en su mejor edad laboral, porque, y esto no podemos olvidarlo, vienen a trabajar. Los inmigrantes en edades pasivas, niños y personas en edad de jubilación, tienen un peso reducido.
Otro punto a destacar del estudio es que la inmigración se ha masculinizado en los últimos 2 años. Desde África y desde el espacio Económico Europeo nos llegan más hombres, mientras que desde Latinoamérica o desde Europa del Este viene una mayor proporción de mujeres.
El cruce de datos entre el INEM y Langai nos da el siguiente perfil del demandante de empleo inmigrante: hombre joven, con estudios básicos procedente de Latinoamérica o el Norte de África que demanda un trabajo en la construcción.
Las personas de fuera demandan empleos poco cualificados. Buena parte de la demanda se canaliza a través de las ETTs. Construcción, hostelería, agricultura e industria son los sectores en los que los inmigrantes tienen puestas sus expectativas laborales.
Se detecta una fuerte incidencia del trabajo realizado de forma alegal. Los colectivos de mujeres y de latinoamericanos son más proclives a trabajar en la economía sumergida, mientras que los del Norte de África tienden a trabajar más en situación regularizada. La proporción de contratos en el primero de los casos es sensiblemente inferior que las que les correspondería por su peso de población, y es que una proporción muy alta de mujeres latinoamericanas trabajan en sectores muy dados a la economía sumergida (ámbito doméstico, hostelería…).
Atendiendo a criterios medios, podemos colegir que los latinoamericanos se contratan en construcción y comercio; los norteafricanos, portugueses y asiáticos en construcción; los chinos en hostelería; y los de África subsahariana también en construcción, agricultura y mar, aunque lo que más destaca es que la mayoría de ellos son contratados a través de empresas de trabajo temporal.
Proporcionalmente la mujer está más abocada que el hombre a las ETTs. Dos de cada cinco hombres han sido contratados en la construcción y una de cada tres mujeres en la hostelería.
Casi la mitad de las personas extranjeras contratadas en la CAPV durante 2003 lo fue en ocupaciones sin ningún tipo de cualificación; una de cada cinco se empleó en ocupaciones cualificadas de industria y construcción; y un 14% en ocupaciones cualificadas de hostelería y de comercio. En este sentido, cabe concluir que los inmigrantes ocupan los peores puestos y los más difíciles de cubrir, ya sea por razones de bajos salarios, de dificultad física, o de mayor exigencia de disponibilidad. Todas, características que la población autóctona no está dispuesta a asumir.
Sin embargo, los extranjeros están sometidos a un ritmo de rotación contractual menor que el que soporta la población autóctona; una situación provocada por las difíciles condiciones laborales.
La condición de extranjero no parece ser una variable decisiva a la hora de fijar la duración del contrato. La proporción de contratos indefinidos firmados por estas personas es muy similar al de los nativos.
Como resumen…
1. La afluencia de inmigrantes es un fenómeno reciente provocado por las buenas expectativas laborales que, además, tiene todavía mucho terreno para crecer. Todos los estados de la UE mantienen proporciones de extracomunitarios muy superiores a la nuestra.
2. Los inmigrantes que llegan a la CAPV preceden fundamentalmente de Portugal, África del Norte y Latinoamérica.
3. El perfil académico y de cualificación de las personas que vienen es muy básico.
4. Ocupan los peores puestos.
5. Cuando media relación contractual este colectivo cuenta con las mismas probabilidades de acceder a un contrato indefinido y aguantan una menor rotación…
6. …Aunque, y esto es la norma, sufren peores condiciones laborales, y constituyen un factor de flexibilización de las relaciones laborales en aquellos sectores en los que se ocupan.
A modo de conclusión…
El consejero ha señalado que “el fuerte desequilibrio de nuestra pirámide de población, ocasionado por la falta de relevo generacional, puede verse compensado por el aporte de personas inmigrantes. Hay que tener en cuenta que unas tasas de natalidad excesivamente bajas durante los últimos 30 años han comprometido seriamente nuestra estructura. Desde 1997 el total de población entre 16 y 24 años ha disminuido en términos absolutos en 125.000 personas”.
“Para esto es necesario -ha afirmado Azkarraga- que nuestra economía siga creciendo de forma que seamos un lugar atractivo para estos trabajadores, porque, según estudios de envejecimiento, si la CAPV camina por la senda de una sociedad competitiva, en 15 años podemos pasar a tener un 10% de población inmigrante, unas 200 mil personas en términos absolutos”.
Esta nueva situación, ha dicho el consejero, “nos plantea retos importantes. Y todos deberemos hacer grandes esfuerzos de planificación y de integración e, incluso, desde ahora hay que prever que tendremos que hacer frente a posibles conflictos culturales (idiomáticos, de costumbres), sociales y laborales que se puedan dar. Una cuestión que tendrá que ser abordada desde una perspectiva integral, como ya lo viene haciendo el Gobierno vasco”.
Asimismo, también se ha mostrado expectante, a la espera, de ver “en qué se concreta el proceso de regularización extraordinaria para inmigrantes con la que el Gobierno Zapatero piensa terminar con la ineficaz e inhumana Ley de Extranjería, aprobada por el PP, pero, no lo olvidemos, también con el total apoyo del PSOE. Esperemos que el cambio sea profundo y de una vez por todas se regularicen los flujos migratorios; y la nueva legislación sustituya la explotación, la discriminación y la inhumanidad, por criterios más realistas y más solidarios basados en los derechos humanos, la justicia y la igualdad”.
“En definitiva, todos debemos tener claro que si vienen personas de fuera es porque aquí hay trabajo. Ellos nos necesitan, pero nosotros también a ellos. El gran reto es garantizar los derechos de todos. No será fácil, pero es la única forma”, ha manifestado Azkarraga.
Fuente: Joseba Azkarraga