La Ley de Lenguas aprobada el 8 de abril permite que nuestros niños, niñas y jóvenes aprendan francés y euskera mediante el método de inmersión, pero el propio ministro de Educación ha recurrido la ley.
Gracias a la Ley de Lenguas Regionales elaborada por el bretón Paul Molac, diputado de la alianza política “Règions et Peuples Solidaires”, a la que pertenece Eusko Alkartasuna, es posible, entre otras cosas, que en nuestras ikastolas y en muchas escuelas públicas del Estado francés se pueda aprender, además del francés, la lengua propia en las zonas en las que existe otro idioma mediante el método de la inmersión lingüística. Esta decisión afecta directamente a miles de estudiantes y, por supuesto, a toda la comunidad lingüística de estos alumnos.
Este método pedagógico es eficaz para proteger la lengua minoritaria en los territorios que viven en diglosia, tal y como reconocen expertos internacionales, y es el que recomienda la Unesco para proteger la diversidad lingüística en peligro de extinción en Francia. La Ley que ha aprobado la mayoría de la Cámara de los diputados permitirá contar con los medios para garantizar la libertad de enseñanza y proteger el modelo de esas escuelas que trabajan por la diversidad lingüística, que es un auténtico tesoro de nuestra cultura y no una amenaza.
Por todo ello, nos resulta incomprensible que el ministro de Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer, haya optado por judicializar esta Ley aprobada por mayoría. Esperamos sinceramente que el resultado de este recurso sea la revisión y adaptación del artículo 2 de la Constitución francesa para lograr una garantía jurídica duradera para la seguridad de nuestras lenguas y perpetuar así nuestra identidad, nuestras lenguas y nuestra manera de entender el mundo.
Así, nos sumamos a la movilización que se celebrará este sábado 29 de mayo en Baiona a favor de la enseñanza en euskera y realizamos un llamamiento para acudir a la misma a todas las personas que consideren que el plurilingüismo es siempre enriquecedor; nunca, una amenaza.