Prof. César Arrondo
El peor error que se puede cometer en la vida es negar la realidad, para lo cual se puede imaginar e incorporar un escenario virtual donde todo transcurre en total sintonía con nuestras convicciones o marco teórico. Este es el prisma con el cual desde Madrid se quiere ver el contencioso vasco, negando sistemáticamente la posibilidad de dar categoría política al problema. En tal sentido, se realiza una mezquina lectura reduciendo el conflicto vasco a un problema que debe ser resuelto desde el ámbito policial.
En este esquema de pensamiento actúa el nacionalismo constitucional español, donde tanto populares como socialistas maximizan su Nacionalismo y en nombre de este realizan todo tipo de tropelías contra la Nación Vasca.
Los últimos hechos ocurridos en un Estado que forma parte de una Europa civilizada y democrática, nos demuestra que a la pobre España sólo le interesa agudizar la rigidez constitucionalista, con el fin de privar a quienes no son españoles y que hoy forman parte del Estado del desarrollo de sus potencialidades históricas, culturales y nacionales.
En tal sentido, el frente abierto por los socios menores de quienes luchan contra el mal en el mundo, hacen posible de que hoy Euskalherria sufra la ilegalización de partidos políticos, lo cual deja a miles de ciudadanos sin derechos políticos, que se ataque a la libertad de prensa, cerrando periódicos, que se pongan un sin número de trabas al normal desarrollo del Euskera, sobre todo en Navarra donde la derecha se muestra por demás intolerante y además se persiga y limite el accionar de otras organizaciones culturales y sociales en Euskalherria.
No nos son ajenos, los insultos y agresiones de un grupo de fascistas en Navarra a representantes elegidos por el del pueblo que piensan en vasco, tampoco las interferencias que desde el Tribunal Superior de España se intenta imponer al Parlamento Vasco, para lo cual poco importa respetar la división de poderes, sus reglamentos y autonomía.
Esta es la realidad política de Euskalherria y la única forma de ponerse de pie ante tanta agresión es tender puentes en todas direcciones, con el fin de lograr un consenso mínimo en el campo vasco. Todos deberán postergar anhelos políticos partidarios, también se deberá condenar la vía violenta de resolución del conflicto vasco sólo funcional a Madrid y París.
En el Parlamento Vasco ha habido un gesto soberano importante ante los requerimientos de Tribunal Superior español, cabe esperar que quienes hubieran sido perjudicados con la aplicación de la resolución española, sepan reflexionar y llegar a la conclusión que el único camino es: la unidad, el diálogo, en un escenario de ausencia de violencia. Una actitud contraria sólo da argumentos a esta locura constitucionalista.
César Arrondo
República Argentina
Fuente: César Arrondo