Euskal Herria, además de los problemas inherentes a la crisis económica, política y social de nuestras sociedades, tiene en estos momentos una doble preocupación. Por una parte el inmovilismo por parte de Francia y España respecto del proceso de paz y por otra el deseo de una mayoría social y política de que sea respetado el derecho de los pueblos a decidir su propio futuro.
Euskal Herria vive una situación única en el mundo.
El 20 de octubre de 2011, ETA puso fin a todas sus actividades y desde entonces ha emitido varios comunicados en los que indica su plena disposición para establecer la paz, entregar las armas y contribuir a la convivencia en Euskal Herria. Sin embargo ni el Gobierno Francés ni el Gobierno Español han dado paso alguno para caminar hacia la normalización política del país.
Ambos gobiernos respaldan los pasos dados por el Gobierno de Colombia pero no son capaces de resolver esta cuestión en sus propios países.
Por otra parte y en consonancia con las legítimas aspiraciones de Catalunya a su independencia, defendemos el derecho a decidir y las soluciones negociadas pero en caso de que ello sea imposible, reivindicamos la unilateralidad para ejercer democráticamente el derecho de los pueblos a su Independencia.
La Alianza Libre Europea por consiguiente, exige a los gobiernos y a las instituciones mencionadas en la Declaración aprobada el 17.04.2015 en la Asamblea General de Bautzen, el cumplimiento, a la mayor brevedad, de las medidas incorporadas en dicha Declaración.
La ALE agradece y apoya la implicación del grupo Friendship del Parlamento Europeo, y de otros eurodiputados, en la resolución del conflicto político vasco.
La ALE toma nota con satisfacción de los pasos dados por las iniciativas de ayuntamientos, asociaciones y víctimas de la violencia, tanto de ETA como de la violencia de Estado, para establecer las bases de una sana convivencia.
La ALE toma nota con satisfacción de los pasos dados por el colectivo de presos EPPK tanto en España como en Francia para facilitar la normalización política en Euskal Herria.
La ALE apoya la labor realizada por el Grupo Internacional de Contacto y por el Grupo internacional de Verificadores y se pone a su disposición para colaborar en lo que fuera necesario.
La ALE exige a los Gobiernos de España y de Francia que sin mayor dilación pongan en marcha este mismo año el proceso de paz en Euskal Herria. Han transcurrido 4 años y ya no es ético, razonable ni responsable seguir dilatando tal situación.
La ALE exige a los Gobiernos español y francés que tomen las medidas necesarias para cumplir con el derecho internacional y con la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para acercar a las personas presas a Euskal Herria y liberar a los presos y presas gravemente enfermos.
Exige además, al Gobierno francés que por motivos humanitarios y políticos asuma sus responsabilidades y tome la iniciativa en todas las materias relacionadas con la resolución del conflicto político vasco.
La ALE, ante la inacción de los Estados español y francés apoya decididamente los esfuerzos realizados y por realizar de la sociedad civil vasca, en particular del Foro Social para impulsar el Proceso de Paz en todas sus facetas y en particular en lo relativo al desarme.
La ALE toma nota de la liberación de Arnaldo Otegi y exige a las autoridades españolas y francesas que no le impidan el pleno ejercicio de los derechos que le asisten como ciudadano libre, es decir, participar libremente en la vida política y ejercer sus derechos democráticos.
La ALE propugna un proceso de paz transparente, con la implicación de la sociedad civil a fin de generar la imprescindible confianza y establecer la “cultura de la paz”, en lo personal y lo colectivo.
La ALE vuelve a insistir por cuestiones de responsabilidad política, como problema europeo que es,ante las autoridades europeas y, en particular, el presidente del Consejo Europeo, el presidente del Parlamento Europeo, el Presidente de la Comisión Europea y la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad que trabajen juntos, y si es necesario con terceros, para encontrar una solución al conflicto político vasco y para establecer un programa PEACE específico para la paz y la reconciliación en Euskal Herria.