Ese ha sido uno de los más bochornosos argumentos que hemos escuchado estos días al defender lo indefendible: la discriminación laboral y lingüística de miles de navarras y navarros euskaldunes. El debate sobre la OPE de Educación viene de lejos, pero estos últimos días ha dado un giro profundamente desafortunado e incomprensible.
Tras semanas de intenso debate entre las fuerzas del cambio y de una férrea defensa por parte del Gobierno de Navarra de los criterios técnicos que justificaban y avalaban perfectamente la propuesta inicial de OPE, finalmente, y obedeciendo a las intensas presiones del Régimen y de los partidos estatales, Geroa Bai ha decidido dar la espalda a unos valores fundamentales para un verdadero cambio en Navarra: el principio de igualdad, de justicia y de garantía de los derechos lingüísticos de toda la ciudadanía navarra, sin tratamiento de segunda para el euskera y las personas euskaldunes y euskaltzales.
El motivo de tan tremenda metedura de pata por parte del Departamento de Educación parecía ser un recurso interpuesto por el Gobierno del PP (que llegó en un momento muy oportuno y nada casual), y de la incertidumbre jurídica que, supuestamente, este pleito generaba en torno a determinado número de plazas de esta oferta pública de empleo. Analicémoslo. Efectivamente, UPN, dentro de su chapucera gestión, no cumplió con los plazos previstos para la convocatoria de la OPE que aprobó el pasado marzo de 2015. Una convocatoria que respondía solamente a un intento desesperado de ganar un puñado de votos, y que ha terminado ahondando en una herencia nefasta para la ciudadanía navarra: otro nuevo recurso del Estado -y con este ya vamos acercándonos a la veintena–.
No obstante, hay que aclarar que el recurso del PP únicamente ponía en cuestión un número determinado de plazas, una cifra exacta: 134 plazas. Sin concretar nada más sobre el origen o el perfil de dichas plazas. Es decir, dentro de las 320 plazas de maestros que se recogían en la propuesta inicial de Educación, hay 134 plazas que se ponen en cuestión y que Geroa Bai distribuye en 120 plazas de maestros y 14 de inspectores.
Atendiendo a los informes técnicos del Departamento, y en vista de que cada una de las plazas que se ofertan vienen a dar estabilidad a unos puestos de trabajado que hoy ya se cubren por personal interino, hubiera sido de esperar que el Gobierno de Navarra actuase en su “tijeretazo” de forma equitativa respecto a su propia propuesta, reduciendo el número de plazas tanto de castellano como de euskara de forma proporcional al planteamiento de la OPE técnica original.
Por el contrario, motu proprio ha optado por eliminar sin titubeo las 60 plazas de infantil de euskara y las 60 plazas de primaria de euskara. Es decir, todas las que ofertaba en esa lengua. Los partidos estatales autodenominados de izquierdas muestran su goce, agrado y satisfacción, mientras que el Gobierno de Geroa Bai afirma que es una “OPE garantista”. Ni técnica, ni política; garantista. Por supuesto, es garantista solo para esas 92 plazas en castellano que se respetan, inamovibles, incuestionables y perfectamente blindadas. ¿Acaso existe garantía para las plazas en euskara aplazadas y pendientes de nueva convocatoria? Pero, al parecer, no pasa nada, se trata de un mal menor. ¿Cómo se valoraría que se pusieran en jaque todas las plazas de primaria e infantil en castellano? Como colofón del caos y la contradicción, ahora hemos conocido que el TSJN no va a suspender la OPE recurrida por el Estado. Pues parece que las incertidumbres jurídicas no eran para tanto… Se desmontan así las excusas de Geroa Bai, y queda al descubierto la errática gestión de Educación. No obstante, continuemos.
Podríamos pensar que para redimir el despropósito se respetaría, al menos, en la convocatoria una reclamación histórica de la mayoría del sector educativo, la lista única. Se trata de un criterio que se aplica en todas las CCAA con dos lenguas y rige en todas las demás convocatorias de plazas públicas de la administración navarra. Pues en absoluto, se hace un pequeño parcheo y adelante. Nos plantean la gran idea de abrir la oposición a dos listas y, encima lo venden como privilegio. Porque eso es lo que significa la doble oposición para el Régimen, UGT, CCOO, e incluso para IE o Podemos: que los euskaldunes que quieran optar a las ofertas tanto de euskera como de castellano tengan que hacer dos exámenes de oposición en lugar de uno es un privilegio.
Prepararse una doble oposición, elaborar dos programaciones en dos idiomas totalmente diferentes, es un sobreesfuerzo, no un privilegio. Y, además, una vez superados los exámenes, si es el caso, el o la opositor u opositora docente bilingüe tiene que elegir entre una de las dos listas. Porque, a pesar de su mérito objetivo de conocer dos lenguas, y de haber superado dos procesos de oposición, no puede estar en dos listas a la vez. En otras palabras, el conocimiento de unos no puede hacer sombra a la ignorancia de otros, bajo ningún concepto. Seguimos en el esquema de ciudadanía de segunda para euskaldunes que construyeron UPN-PSN, y que IE y Podemos, al parecer, secundan en Navarra. Solo en Navarra. El sistema de lista única prima en todo el Estado, y en ninguna otra comunidad ha generado polémica. CCOO, Podemos, IU… están conformes. ¿Por qué cambian su criterio en Nafarroa?
Desde Eusko Alkartasuna seguimos defendiendo que la lista única es la solución a una grave e intolerable discriminación laboral que sufren las y los profesores euskaldunes. Una situación que no tiene justificación ni cabida alguna en ningún sistema que se considere justo y democrático. Es la única fórmula que trata en igualdad de condiciones a todo el personal docente y respeta y reconoce saber ambas lenguas oficiales y ser plurilingüe. Es hora de sacudirse los complejos y los esquemas rancios y discriminatorios que rodean al euskara en Nafarroa, y de respetar los derechos laborales y lingüísticos de toda la ciudadanía. El Gobierno del cambio debe actuar siempre en favor de la igualdad de oportunidades, en la justicia y en el mérito en el acceso a la administración pública, y en los derechos de los padres y madres, al elaborar sus propuestas en Educación.
Ciertamente, y por encima de debates técnicos y políticos, desde EA vivimos con profunda preocupación la intencionalidad de algunas fuerzas del cambio de utilizar al euskara como arma de confrontación y distinción electoral. Haciendo seguidismo de las políticas de discriminación impulsadas en los peores años de UPN, partidos de la bancada del cambio, no solo han coincidido con el Régimen en interpretar y presentar la normalización y el avance del euskara como una ofensa y una imposición, sino que han preferido dar alas a quienes durante años lo han maltratado antes que dar oxígeno y dignificar su estatus.
Ahora bien, a pesar de los pesares, el conocimiento del euskara sigue avanzando y la actual necesidad de amplias OPEs en esta lengua va a continuar duplicándose con la extensión del modelo D en la denominada zona no vascófona. El cambio en Navarra está en marcha y debemos avanzar poco a poco hacia un nuevo modelo social, político y cultural. Hemos dado pasos firmes para priorizar la inversión social, fortalecer los servicios públicos, avanzar en la progresividad fiscal y terminar con los privilegios del Régimen. Parece que la normalización del euskara va a ser unos de los retos más difíciles, y quizá también por esa razón, uno de los más importantes. Tendremos que romper tópicos y fobias y ahuyentar fantasmas. En esta línea trabajará Eusko Alkartasuna para, junto con todas las fuerzas del cambio y agentes sociales, avanzar de forma conjunta y coordinada hacia la normalización del euskara, la lingua navarrorum.