Eusko Alkartasuna es un partido político independentista y socialdemócrata de implantación nacional que inició su andadura oficial el 4 de septiembre de 1986 en Gasteiz. Allí, varios centenares de militantes independentistas descontentos con la deriva regionalista y las políticas conservadoras del PNV iniciaron un nuevo proyecto que no tardó en consolidarse y ha estado presente en la política vasca desde entonces, condicionando gobiernos en muchas ocasiones.
El detonante que dio el inicio a la crisis y la posterior creación de Eusko Alkartasuna hay que buscarlo años antes, en las crisis que originaron la expulsión del PNV del histórico dirigente abertzale Anton Ormaza y un grupo de militantes bermeanos primero, y afiliados alaveses y navarros posteriormente. Además, el año 1985 se produjo un acontecimiento histórico que aceleró la creación de Eusko Alkartasuna: la dimisión del lehendakari Carlos Garaikoetxea, por su negativa a incumplir su promesa electoral respecto a la Ley de Territorios Históricos y decidido a apostar por un Gobierno fuerte que constituyera el germen de un entramado institucional nacional.
El nacimiento del partido estuvo salpicado de más de una polémica como el pinchazo telefónico a Carlos Garaikoetxea, reconocido por el presidente de Telefónica, Carlos Solchaga, o las maniobras del PNV para entorpecer la inscripción oficial del nuevo partido registrando el nombre “Eusko Abertzaleak”, el primero elegido para el proyecto. La presentación oficial del partido tuvo lugar el 20 de octubre en el velódromo de Anoeta, en Donostia.
El nuevo partido inició su andadura institucional con unas elecciones autonómicas a las que tuvo que enfrentarse a los dos meses y medio de su nacimiento y sin ni siquiera tiempo de celebrar su Congreso constituyente, que se realizó en abril de 1987 en Iruñea y en el que se sentaron las bases ideológicas de Eusko Alkartasuna.
La historia de Eusko Alkartasuna podría haberse escrito de otra manera, si tras las elecciones autonómicas de 1986 hubiera aceptado la oferta del PSE de acceder a la Lehendakaritza al frente de un Gobierno de coalición con los socialistas. Sin embargo, esa fecha marcó el inicio de una trayectoria marcada por la coherencia y alejado de los intereses partidistas. La negativa de Eusko Alkartasuna al PSE dio comienzo a una larga relación institucional entre PNV y socialistas.
La trayectoria institucional de Eusko Alkartasuna, que comenzó en esta época, incluye su trabajo al frente de las alcaldías de Donostia y Gasteiz, así como de la Diputación Foral de Gipuzkoa, donde Imanol Murua, el recordado “alcalde de Gipuzkoa”, fue, seguramente, la figura institucional más relevante de este primer periodo institucional.
El segundo Congreso de la formación estableció las bases para la regeneración del proyecto nacionalista y apostó ya de manera inequívoca por la acumulación de fuerzas abertzales. Siguiendo este mandato, Eusko Alkartasuna entró a formar parte de un Gobierno vasco de unidad abertzale junto con el PNV y la extinta EE tras las elecciones autonómicas de octubre de 1990, tras la firma entre las tres fuerzas de una resolución a favor del Derecho de Autodeterminación. Esta declaración de intenciones no impidió la expulsión de los representantes de Eusko Alkartasuna del Gobierno autonómico apenas un año después, cuando concejales y alcaldes de la formación apoyaron en diversos municipios mociones presentadas por Herri Batasuna a favor de la independencia de Euskal Herria. Eusko Alkartasuna fue la única fuerza abertzale que apoyó con sus votos las dos propuestas a favor de la soberanía que se hicieron en esa época, en el Parlamento Vasco y en los municipios.
Eusko Alkartasuna salió del Ejecutivo dejando bien clara una de sus señas de identidad, la determinación de trabajar por unos ideales sin demasiado apego a los cargos, y se convirtió también en la primera formación en aprobar un Código Ético que rige el comportamiento de sus cargos públicos e internos.
La trayectoria institucional de Eusko Alkartasuna en la CAV fue paralela a la de Nafarroa, que tuvo su punto culminante en la entrada en el Gobierno foral con PSN y CDN. La participación en este Ejecutivo, tras las elecciones de 1995, logró uno de los grandes hitos de la política institucional de Euskal Herria: la puesta en marcha de un órgano de coordinación permanente entre la CAV y Nafarroa.
Los escándalos de corrupción del PSN dieron al traste con un Gobierno que pudo haber cambiado la historia de Euskal Herria, ya que ha sido el único periodo de nuestra historia en el que un mismo partido abertzale estuvo a la vez en los dos gobiernos de Hego Euskal Herria.
La defensa de los derechos humanos ha sido otra de las constantes del trabajo de Eusko Alkartasuna que puso en marcha una campaña bajo el lema “Con todos los derechos humanos. Salbuespenik gabe”, mediante la que mostró su rechazo a todas las violencias que han asolado Euskal Herria. La formación ha estado presente en todos los foros y mesas en las que se ha trabajado por traer la paz y la normalización a Euskal Herria.
El Congreso celebrado en 2009 marcó el inicio de una nueva etapa no sólo para Eusko Alkartasuna, sino también para el país, con la renovación de la apuesta de aunar fuerzas abertzales para iniciar el camino hacia la soberanía. En noviembre de 2009 la formación presentó la “Propuesta base de Eusko Alkartasuna para la activación de un acuerdo soberanista a favor de la independencia de Euskal Herria” en la que se insta a crear una plataforma que sirva de base para la materialización del acuerdo de mínimos para caminar hacia el ejercicio efectivo de la autodeterminación y la independencia a través de vías políticas y pacíficas. Después los acontecimientos se precipitaron y los siguientes dos años se pusieron las bases políticas que definen actualmente la situación de Euskal Herria: en junio de 2010, Eusko Alkartasuna y la izquierda abertzale firman el histórico acuerdo de colaboración estratégica denominado “Lortu arte” en la que ambas fuerzas se comprometieron unir fuerzas para trabajar por la independencia bajo la premisa inequívoca del respeto a todos los derechos humanos y con el compromiso exclusivo de la utilización de las vías políticas: en septiembre de 2010 se formalizó el Acuerdo de Gernika; a principios de 2011 el acuerdo “Euskal Herria Ezkerretik” supone la adhesión de Alternatiba al proyecto de Lortu Arte; y ya en 2012, se dieron otros dos acuerdos, con la suma de Aralar y Abertzaleen Batasuna respectivamente. Entre tanto, ETA realiza el recorrido que terminará con su cese de actividades.
Las elecciones municipales y forales de 2011 fueron el test que permitió certificar si la sociedad avalaba la estrategia política de acumulación de fuerzas bajo la marca Bildu y se superó con magníficos resultados, repetidos en las siguientes citas electorales como Amaiur y EH Bildu.
Dirección de Eusko Alkartasuna
7. Manuel Ibarrondo (1986 – 1987)
8. Carlos Garaikoetxea (1987 – 1999)
9. Begoña Errazti (1999 – 2007)
10. Unai Ziarreta (2007 – 2009)
11. Koldo Amezketa (2009)
12. Pello Urizar