Cree que ETA «ya no juega» un papel político y va a tener que adecuarse a los pasos que está dando la izquierda abertzale
Todavía con los ecos de la manifestación multitudinaria celebrada el sábado en Bilbao que exigió el fin de la dispersión de los presos de ETA, Pello Urizar (Arrasate, 1968) reclama cautela ante el nerviosismo que palpa por la tardanza de ETA en emitir su comunicado con un alto el fuego. El secretario general de EA cree que «hay margen» y dibuja ya ese nuevo escenario.
- Entiendo que satisfecho con la respuesta multitudinaria que se vio en Bilbao, el pasado sábado.
- No puede ser de otra forma. Los firmantes del Acuerdo de Gernika entendimos desde el principio que debían darse unos mínimos democráticos para ir avanzando en la solución del conflicto, y entre esos mínimos está la sobrecarga que están sufriendo los presos políticos vascos y todas sus familias. La manifestación es el exponente de la implicación popular que existe con este asunto.
- ¿El mensaje ha sido recibido por quien diseña la política penitenciaria? PSE y PP han dicho que se perdió una oportunidad para pedir el fin de ETA.
- Somos conscientes de que la presión popular que se puede ejercer desde aquí afecta muy poco a Madrid, pero sí afecta a Euskadi, donde también están el PSE y el PP. El Gobierno Vasco desde luego que se siente concernido por una respuesta masiva como la que vimos en Bilbao. Sabe que si tiene voluntad para avanzar en el proceso de pacificación y normalización de este país uno de los temas en los que tiene que incidir es éste.
- Se barruntaba que la manifestación se celebraría ya con un comunicado de ETA y finalmente no ha sido así. ¿Obedece a que en ETA hay fricciones?
- No lo sé. Se decía para esta manifestación, se decía para final de año… Hay que ser cuidadosos con las fechas porque se generan expectativas que si no se cumplen podemos correr el riesgo de provocar desilusión. Es evidente que el ritmo de ETA es diferente al del resto de la sociedad. Si el problema es ideológico u operativo no lo sé, pero sí sé que a diferencia de los anteriores procesos ETA no juega un papel político. La izquierda abertzale tiene claro que va a dar los pasos que crea necesarios y ETA va a tener que adecuarse a ellos porque si no se corre el riesgo de que queden unos residuos, algo que por supuesto nadie quiere.De todas formas, está asumido que si tiene que haber residuos porque no hay voluntad, los habrá. La decisión no tiene vuelta atrás.
- ¿Los firmantes del Acuerdo de Gernika han fijado alguna fecha tope antes de tomar otro tipo de decisiones ante la falta de respuesta por parte de ETA?
- No me consta, aunque es evidente que si los firmantes de Gernika vemos que el proceso se ralentiza o corre el riesgo de bloquearse por una falta de respuesta de ETA, se incidirá, con mayor insistencia si cabe, en la parte referida a los presos que compete al Gobierno español. Nosotros tenemos claro que ETA sí debe dar esa respuesta porque entre otras razones los propios mediadores internacionales lo han visto indispensable para que empiecen a funcionar. Para nosotros es muy importante el trabajo que puedan hacer los mediadores internacionales.
- Para EA sí es importante ese trabajo, ¿pero tendrá credibilidad la labor de los mediadores ante el Ejecutivo de Zapatero?
- El Gobierno español no querrá apoyar este proceso cuando ETA se pronuncie, pero no va a poder ser un obstáculo. Por mucho que le cueste, va a tener que aceptar a este grupo de mediadores, que sin conocer sus nombres y apellidos seguro que son de renombre internacional. Valoramos mucho los tiempos que marcan estas personas porque al margen de la teoría están plasmando una práctica que ha tenido éxito en casos como el de Irlanda.
- ¿Dónde empezaría el papel de los mediadores en ese escenario con un comunicado de ETA en el que se respondiera con una tregua unilateral, permanente y verificable a nivel internacional?
- El grupo de mediadores no se va a quedar en verificar únicamente de una manera técnica el desarme por parte de ETA. Tienen claro que esta situación en la que nos encontramos inmersos sólo va a tener solución si las dos partes se implican. Me refiero a ETA y también al Estado español, al que le pedirán que se implique en el asunto de los presos y en la legalización de la izquierda abertzale.
- Pero si los plazos se cumplen, para finales de este mes la izquierda abertzale ya habría presentado su nuevo partido para concurrir a las elecciones de mayo.
- Pues mejor que mejor, aunque la izquierda abertzale sabe que su proceso puede resultar más favorecido o entorpecido por la actitud de ETA.
- Y en cuanto a los presos repartidos en las distintas cárceles, ¿se refiere únicamente a reclamar su acercamiento al País Vasco?
- El llamamiento es más amplio. Los mediadores internacionales trabajarán para que no se sigan dando casos muy concretos que violan la legislación española. La dispersión, por ejemplo, está funcionando por decreto y la realidad es que va en contra de la ley española; la ley establece también que aquel preso que tenga tres cuartas partes de la pena cumplida entrará en tercer grado, algo que no se está cumpliendo; la ley establece que aquellos que sufran enfermedades terminales también tienen la posibilidad de obtener la libertad. Nadie está pidiendo que quien haya cometido un delito no cumpla su pena, pero lo que no se puede hacer es agravar su pena.
El papel del PNV
- ¿Quién más cabe en ese acuerdo abertzale Lortu Arte?
- La voluntad desde el principio ha sido que esté abierto a quienes así lo quisieran. En breve se va a ver que este planteamiento tiene sus frutos. Estamos hablando y tratando con Alternatiba. Es otra fuerza política que tiene unos orígenes distintos a los de EA y la izquierda aber-tzale. La sociedad está pidiendo que fuerzas políticas que tienen compromisos para sacarnos de esta rotonda en la que nos encontramos apuesten y trabajen en común.
- ¿Es un trabajo frentista como decía la pasada semana el presidente de H1!, Iñaki Galdos?
- Galdos tiene que vender ahora sus propias carencias y las tiene que ocultar. ¿Frentista? Él está afectado porque el propio PNV no le abre las puertas que quisiera.
- ¿Qué papel debe asumir el lehendakari López en este escenario?
- Su compromiso debe estar más en las claves del Acuerdo de Gernika. No le vamos a pedir que apoye una apuesta soberanista porque no es de su ideología, pero sí creemos que tiene una responsabilidad para conseguir la pacificación y normalización de este país.
- ¿Ese papel en qué se traduce?
- Hay cosas que por su propia situación tanto en Madrid como aquí no puede hacer, pero hay otras que sí puede facilitar. No le debería generar ningún problema posibilitar que los mediadores internacionales hagan su trabajo. Considero que si entre los mediadores internacionales hay una persona puesta por el Gobierno español facilitaría el proceso. El propio Brian Currin así lo considera. El lehendakari López tiene que tener un papel activo en este nuevo escenario que se va a dar, en el que la violencia es cosa del pasado y que va a traer una revolución social y política, porque si no la ola le pasará por encima.Me da la sensación de que el PSOE también tiene claro que va a ser así, pero le es difícil jugar. Lo que no puede hacer es poner piedras. Nosotros seremos constructivos con quienes no pongan piedras y quieran ayudar.
- ¿Quién podría ser ese mediador aceptado por el Gobierno español?
- No lo sé.
- ¿Está descartada la posibilidad de trabajar con el PNV en este proceso de normalización y pacificación?
- El PNV va a tener que aclarar cuál es su papel. Ya nos dijeron que no iban a actuar como protector de la izquierda abertzale. El PNV no quiere estar en nada que no controle. Se está alejando más de las claves del Acuerdo de Gernika para acercarse más a las claves de Zapatero. No nos vale que Egibar lance un mensaje soberanista y desde Vizcaya se lance otro distinto. Ese mensaje doble para pescar en todos los charcos no es bueno para Euskal Herria. Tiene que aclarar si quiere trabajar con los abertzales.
- ¿Es posible seguir esa vía sin el partido abertzale con mayor respaldo en Euskadi?
- El PNV se tiene que implicar sí o sí. Nuestro objetivo pasa también por crear una situación que le sea difícil esquivar.
Fuente: El Diario Vasco