Replica al PNV que la convocatoria de la manifestación del sábado se ha hecho en positivo y «no va contra nadie» La dirección de EA ha remitido una carta a toda su militancia animando a acudir el próximo sábado a Bilbo, donde se desarrollará una manifestación, bajo el lema «Konponbide garaia da», para impulsar el proceso abierto en Euskal Herria. En esta entrevista con GARA, Rafa Larreina explica que esa convocatoria no se ha hecho para dividir, sino para unir esfuerzos en pro de la solución del conflicto. De esta forma responde a las declaraciones realizadas ayer mismo por el portavoz del Euzkadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, quien afirmó que «detrás» de esa movilización, que su partido no secunda, «se esconde» el objetivo de «conformar un polo independentista que sea alternativa política y social al PNV».
Pasados ya los primeros días desde que ETA anunciara el alto el fuego permanente y cuando ya se han producido los primeros movimientos en el tablero político, Rafael Larreina asegura que éste debe ser el momento de la «responsabilidad y de la claridad».
Ya se ha producido el comunicado con el anuncio del que tanto se ha especulado en los últimos meses. ¿Y ahora qué?
En primer lugar, es el tiempo de la responsabilidad. Creo que hay un elemento muy peligroso que es esa especie de carrera de mesas e iniciativas, cada uno la suya, que se produjo incluso antes de la entrada en vigor del alto el fuego. Eso es peligroso, es irresponsable y hay que pararlo. También es el momento de la claridad. Desde EA queremos subrayar que vamos a seguir trabajando en el intento de poner bases sólidas al proceso, y eso significa no olvidarse de que hay un problema político de fondo.
¿Qué significa eso?
Que ETA y el Gobierno tienen que hablar de sus temas. Que hagan lo que tengan que hacer, ahí nosotros no nos metemos. Pero las fuerzas políticas tenemos que encargarnos de arreglar el problema político de fondo, que arranca hace ya cerca de 200 años, y que tiene dos componentes fundamentales. Uno es el reconocimiento de Euskal Herria, de todo Euskal Herria, de que todos los territorios vascos tienen derecho a formar parte de una unidad política si así lo deciden libremente sus ciudadanos y ciudadanas. El segundo elemento es el de la decisión, que esos ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a decidir y quien quiera denominarse demócrata tendrá que comprometerse a respetar y a acatar la voluntad de esa ciudadanía. Luego habrá que acordar entre todos cómo se ejerce, qué es lo que hay que hacer… pero lo sustancial es el reconocimiento de Euskal Herria y del derecho a decidir.
¿Eso habría que abordarlo en una mesa?
No sé si es en una mesa, en una sala de estar, en un ático o en un campo de fútbol, pero sí que tendrá que ser en un marco en el que estemos presentes todas las fuerzas políticas sin exclusiones, y sin excusas. Nadie se puede quedar al margen.
Desde determinados ámbitos se está centrando la cuestión de la mesa sólo en la CAV. ¿Cuál es el concepto de país?
Nosotros tenemos claro que la mesa debe ser de todo el país, porque el conflicto político no es sólo de la Comunidad Autónoma Vasca. La cuestión no es el encaje o desencaje de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en el Estado español, sino el reconocimiento de una realidad cultural, geográfica, política e histórica tal y como viene reflejada, por ejemplo, en el mapa que aparece en la enciclopedia Espasa o en la Enciclopedia británica. Eso es lo que hay que abordar y, por lo tanto, no se puede circunscribir a la CAV ni a otro ámbito que sea reductivo. Hay que abordar el conflicto en su conjunto.
En los últimos días se ha abierto un debate en torno a la figura y al papel del lehendakari. ¿Cuál creen que es su función en este proceso?
El lehendakari tiene una responsabilidad como Gobierno y todas las instituciones tienen que ponerse al servicio de este proceso para que llegue a buen término. Nadie duda de que el Gobierno Vasco y las instituciones de la Comunidad Autónoma Vasca son instituciones de parte del país pero que tienen una vocación de institución nacional, y pensamos que tienen que estar al servicio del proceso. Ni estas instituciones ni ninguna otra pueden plantear su misión como un obstáculo. No es el caso, ni EA permitiría que lo fuera nunca.
¿Qué valoración hacen de las declaraciones del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero?
Creo que son fruto de la actual coyuntura política. Igual que decimos que hay que hacer un ejercicio de responsabilidad y no entrar en una carrera de mesas, a Rodríguez Zapatero le decimos que también a él le corresponde hacer un ejercicio de responsabilidad. No vale pedir pasos a todos los demás y no dar ninguno él. El presidente del Gobierno español debe dar pasos para generar el microclima necesario para que la pequeña semilla del proceso de paz pueda enraizar y crecer con normalidad. Por ejemplo, es fundamental dar respuesta a la situación de los presos.Como desde otros ámbitos habrá que dar pasos en favor de las víctimas, de las víctimas de todos los lados sin discriminaciones ni particiones. Son cuestiones que hay que trabajar desde ya y el Gobierno de Zapatero tiene que pasar de las palabras a los hechos.
¿Tiene EA cierto temor de que el Gobierno español se pueda quedar en la vía de negociación con ETA y que no avance en la resolución del conflicto?
La tentación que ha tenido siempre el Estado español ha sido la de circunscribir el llamado problema vasco a una cuestión de terrorismo, mientras que desde EA siempre hemos dicho que hay que diferenciar el problema de la violencia del problema político. Abordar este problema político de fondo, el reconocimiento de la realidad de Euskal Herria, es la garantía de un futuro de normalización política y de libertad para todos. Porque mientras no se reconozca esa rea- lidad seguiremos viviendo un conflicto político importante que puede generar otra serie de problemas. EA seguirá trabajando para garantizar que el problema político se va abordar con normalidad, con garantías, con respeto a la pluralidad y con respeto a esa norma elemental de la democracia que es acatar lo que decida la mayoría, nos guste o no nos guste.
En este contexto, ¿qué importancia dan a la manifestación «Konponbide garaia da» del próximo sábado en Bilbo?
Es una manifestación muy importante, porque se plantea en clave positiva y no va ni contra nadie ni contra nada. El portavoz del EBB ha dicho que es una manifestación contra el PNV, y eso denota una especie de paranoia curiosa. Porque entre los convocantes de esa manifestación están desde un socio suyo de gobierno hasta el sindicato ELA, que tampoco es un elemento muy ajeno al PNV. Yo estoy seguro de que va a haber mucha gente próxima al PNV que va a ir a esa manifestación para apostar por la solución del problema político de fondo, por el diálogo, por el acuerdo, por Euskal Herria y por el respeto a todos los derechos. Cuando Josu Jon Imaz dijo que no iba a esa manifestación para no compartir espacio con quienes negaban los derechos humanos, o algo parecido, olvidaba que en el manifiesto de convocatoria se dice que se defienden todos los derechos humanos sin dudas y sin limitaciones.
Da la impresión de que aquellas palabras de Josu Jon Imaz molestaron bastante a EA…
No nos molestaron. Nos sorprendieron, porque nos parece que es una irresponsabilidad hacer ese tipo de declaraciones. Cada uno es muy libre de acudir o no acudir a una manifestación, pero lo que no se puede hacer es buscar excusas que no tengan relación con la realidad y que incluso pueden ser ofensivas para los convocantes. Y, como decía antes, alguno de los convocantes somos socios de gobierno del PNV.
Fuente: Rafael Larreina