Entrevista en el Diario Vasco a Begoña Errazti Begoña Errazti es consciente de que los próximos seis meses van a ser decisivos para el futuro devenir político vasco. Cae el frío y la noche en Pamplona mientras reclama responsabilidad y niega que EA se haya embarcado en el maximalismo nacionalista. Eso sí, le pide a Zapatero que no se «achante» ante el PP y que demuestre con hechos algunas de sus palabras.
- ¿El tripartito va a pactar una propuesta para negociar con el PSE y Batasuna el derecho de decisión?
- Serán los partidos los que finalmente se sienten en una mesa. El tripartito, en el marco del Consejo Político, va a llevar a cabo una labor de recopilación de voluntades y avances entre los distintos partidos de una manera bilateral. Habrá una ronda de contactos otra vez con las distintas fuerzas políticas. En cualquier caso, para llegar a la fase de resolución, son los partidos los que se reúnen y deciden. El tripartito se encargará de facilitar esa segunda fase.
- ¿Hay condiciones para esa mesa de partidos?
- Todavía hay que trabajar bastante más. Se necesita cocina previa. Necesitamos calma.
- ¿Cree que es posible una aproximación sobre el ´derecho de decisión´ con el Partido Socialista?
- Entiendo que el Partido Socialista debe aceptar que el derecho a decidir está enmarcado dentro de un ámbito profundamente democrático. Me gustaría ver ese acercamiento, me quedo con algunas palabras que me han sonado bien pero hacen falta hechos. No creo que el último congreso del PSE representara un cambio determinante. Creo que este tiempo exige un acuerdo en torno a las voluntades. El Gobierno español tiene que hacer frente directamente al conflicto político vasco, tiene que hacer posible esa búsqueda de soluciones, hablar con ETA, solucionar los asuntos logísticos y apoyar las vías políticas.
- ¿Pero no son ustedes maximalistas cuando dicen que esa mesa de diálogo tendrá que asumir el derecho de decisión y la consideración de Euskadi como nación?
- Se trata de lograr una solución al conflicto político vasco y de definir una posición respecto a lo que es nación. Si estuviéramos en el máximo nosotros defenderíamos la independencia. Las claves para EA son el reconocimiento de la nación vasca y el reconocimiento del derecho a decidir de esa sociedad. Llevaremos esas claves a la mesa de partidos.
- Estaban ustedes elaborando un documento sobre el futuro marco político pero al final han preferido no hacerlo público
- EA está continuamente en un ejercicio de reflexión sobre cómo ve las distintas coyunturas. Lo difundiremos cuando lo tengamos que contar, pero este momento tan fundamental no se puede convertir en una carrera por ver quién presenta más rápido un documento. Seamos serios.
La música del consenso
- ¿Cómo le suena la música del último documento del PNV?
- El eje del documento reivindica el consenso mediante un prisma que no es el nuestro. Nosotros claro que queremos consenso, el máximo si es posible. Pero el consenso no significa necesariamente que una minoría pueda imponer el derecho de veto a una mayoría. El consenso es una figura democrática en sí misma y no puede utilizarse para paralizar temas como la soberanía, la paz, la normalización y el avance en el autogobierno. Sería estupendo que ETA proclamara una tregua definitiva, eso lo queremos todos, pero dicho esto hay que ir al conflicto de fondo porque si no estaremos en parecidas circunstancias.
- ¿Comparte EA las críticas que ha dirigido ELA a Batasuna y al PNV por dejar en la práctica el derecho de veto a los socialistas?
- Yo digo lo que dice EA, en algunos aspectos hemos coincidido con ELA. Los dos hablamos en ese momento del veto, que no puede suponer que una minoría imponga sus condiciones a la mayoría democrática. Pero ahí me quedo. ELA tiene su visión, que no es totalmente la de EA.
- Ya resulta paradójico que ahora sea casi la izquierda abertzale la que se muestre más pragmática que ustedes
- (Risas) EA ha mantenido sus posiciones iguales antes y ahora así como nuestro deseo de acuerdo y de posibilismo político y de aplicación de la inteligencia en la resolución de los conflictos. Es verdad que Batasuna ha llegado más tarde a ese tipo de conclusiones de respeto a las vías políticas, de respeto a los derechos democráticos y de ciudadanía. Es mejor que siga por ese camino. En cualquier caso cada uno sabrá de las responsabilidades que toma, que serán legítimas. Por debajo de las claves que he mencionado -reconocer la nación vasca y su derecho de decisión- sería imposible situarnos porque sería no reconocer la existencia de un conflicto de origen político. Otra cosa es que podamos avanzar hacia una mayor definición de todo ello.
- Pues se me antoja bien difícil con lo difícil que está siendo la negociación del Estatut de Cataluña
- Pero hoy hay más posibilidades. Ojalá sea el fin del conflicto. El Partido Socialista tendría que estar profundamente interesado en llegar a la solución para mantenerse en el Gobierno español o incluso más. Y nosotros vamos a colaborar en ello. Yo ya se lo dije en persona. Serán los hechos los que lo demuestren.
- Si se plantea otro Estatuto luego habrá que negociarlo en Madrid
- Bueno, es lo que quisimos hacer pero no nos dejaron. A mí ya me habría gustado que en febrero nos hubieran dado la oportunidad de sentarnos a un lado de la mesa a unos representantes vascos en el Congreso de los Diputados para poder negociarlo.
- ¿Se ve defendiendo en Madrid el proyecto?
- ¿Por qué no? Habrá gente mucho mejor que yo para defenderlo. Pero eso también depende de la posición de la otra parte.
-¿Con las encuestas en contra para Zapatero parece complicado, no?
- El PP está utilizando los argumentos tradicionales de la ultraderecha para ir contra el gobierno del PSOE. Puede que Zapatero se sienta un poco apurado por las últimas encuestas, pero yo creo que tiene precisamente una oportunidad de oro en cuanto a la solución del llamado conflicto vasco. Una oportunidad de oro para profundizar en la democracia y para abordar cuestiones estructurales. Eso puede afianzar absolutamente al PSOE en el liderazgo político.
- ¿Pero un Zapatero débil puede asustarse?
- Claro que puede asustarse. Pero ahí está el quid. Si Zapatero se asusta ante el PP empezará a perder apoyos en posición geométrica y perderá una oportunidad histórica. Creo que es su gran oportunidad para dejar al PP aislado en el no y en la mentira permanente.
-El juez ha aceptado la demanda de José Emilio Agote, expedientado como presidente de EA de Donostia. La ejecutiva local pide la renuncia de la comisión de garantías que le sancionó. De nuevo la situación de EA en San Sebastián hace saltar las chispas…
- Con respecto este tema, y al paso de una reciente nota que se hizo pública durante mi viaje a Argentina, tengo que expresar el pleno apoyo de EA al concejal Harkaitz Millán, que fue elegido por la Asamblea Nacional de EA. Eso significa que es indiscutible su posición como representante de EA en el Ayuntamiento de Donostia, y quien cuestiona eso está cuestionando el máximo órgano de decisión de EA. Sobre las decisiones de la Comisión Nacional de Garantías ni puedo ni debo posicionarme. Creo en la separación de poderes por lealtad a mi proyecto político. Quien cuestiona eso puede llegar a estar fuera de ese ámbito de lealtad de EA.
«Hay que volcarse en las víctimas»
-En los últimos años ha habido dos intentos por alcanzar la paz que se frustraron… ¿A la tercera la vencida?
- Creo que esta vez hay mejores condiciones que en otras ocasiones pero no puedo dar esta opinión con seguridad absoluta. Lo que sí veo son algunos movimientos y voces sinceras. Veo mejores condiciones pero también muchos actores y muchos intereses de mantenimiento del poder en el día después.
- ¿Usted cree que ETA quiere acabar?
- Sí.
- ¿Y qué significan los últimos atentados?
- Siempre quiere participar en el ámbito de lo político y la propaganda, es su manera, intimidando. Pero ETA no tiene lugar en la interlocución entre políticos para llegar a acuerdos políticos.
-¿Qué opinión le merece las cartas de ETA pidiendo la mediación internacional?
- El momento actual, en el que estamos intentando llegar a un proceso de paz y normalización política, no debe ser mediatizado continuamente por bulos y comunicados diversos. Sabemos cual es el trabajo, que recae sobre los partidos políticos, respondiendo a la exigencia de la sociedad vasca. ETA debe contestar a esta exigencia de la sociedad vasca y posibilitar, con el abandono de las armas, la resolución del conflicto político.
-Se habla de proceso de paz y de reconciliación… pero hay muchas víctimas.
- Así es. Las víctimas deben tener un reconocimiento muy especial. La reconciliación será clave. En el momento en el que veamos que todos están colocados en las vías políticas se van a poder dar interrelaciones desde el respeto y el reconocimiento. Víctimas ha habido muchísimas. Ya sólo una víctima es demasiada. Además, hay una sensación subjetiva por parte de los afectados para afrontar una reconciliación. Ojalá hagamos todos los esfuerzos para que sean capaces de hacer ese camino. Se entremezclan sentimientos muy profundos, no puramente racionales, se mezclan muchos afectos y emociones. La faceta humana es clave más allá de las disquisiciones políticas. Hay muchas heridas que no se suturan con tres puntos. Hay que volcarse en las víctimas si queremos la reconciliación.
- Seguramente también habrá que explicarles algún día a los familiares de las víctimas que no había ninguna razón para que los suyos murieran asesinados…
- Por supuesto que no la había.
- Pero es que la teoría del conflicto político a veces puede dar esa impresión.
- Yo nunca he legitimado la violencia al decir que ha habido un conflicto político histórico en la configuración del Estado español mediante el derecho de conquista. El conflicto es anterior a ETA.
-¿Qué opina de la concesión de la Medalla de Oro de Gipuzkoa a Carlos Garaikoetxea y Xabier Arzalluz por su defensa del Concierto?
- Me parece bien que se reconozca el papel de aquellas personas que estuvieron sacando adelante el Concierto y de quienes realmente estuvieron allí, como Carlos Garaikoetxea y Pedro Luis Uriarte. Ahora bien, si esta medalla se ha querido dar también a Arzalluz, ampliando el abanico político, probablemente habría que haberla concedido a todo el espectro. El Concierto tiene dos nombres claves: Garaikoetxea y Uriarte, exclusivamente.
Fuente: Begoña Errazti