Artículo de opinión de Onintza Lasa El reto fundamental de Eusko Alkartasuna para esta legislatura es la consecución de la paz y la normalización política en Euskal Herria, tarea en la que todos los agentes políticos debemos empeñarnos sin descanso y con todas las energías, desde el firme convencimiento de que es posible y de que, por supuesto, nuestro país lo merece.
Por eso, hemos apostado siempre por participar en todos aquellos foros donde se trabaje para la resolución del conflicto y prueba de esta voluntad y convicción es nuestra presencia en iniciativas tanto de carácter institucional como social.
Es un compromiso basado en una clara convicción: la resolución de un conflicto de raíz política ha de venir a través de las vías políticas, del diálogo y del acuerdo entre los agentes políticos. No hay otra vía más allá de aquélla que respete los principios democráticos en todos los casos, sin excepciones.
Bajo esta premisa debe ser entendida la creación del Consejo Político para la Normalización Política, un compromiso del Gobierno Vasco con un triple objetivo: liderar los procesos de conversación, contribuir en la elaboración de un plan integral a favor de los derechos humanos y las libertades y constituir un canal de transmisión de las aportaciones de los diferentes agentes sociales.
Euskal Herria, tras demasiados años de sufrimiento y negación de derechos fundamentales, está inmersa en un proceso que ya es imparable, para lo que urge la constitución, sin exclusiones, de una mesa de partidos donde cada formación podrá plantear, de manera libre y respetuosa, sus ideas. Una mesa que procurará consensuar una propuesta o, en su defecto, aprobará la que más adhesiones concite para, en última instancia, dar la palabra al conjunto de la sociedad vasca, la que decidirá de forma pacífica y democrática el futuro de nuestro país.
De ahí que el principal valor de este nuevo Consejo Político sea precisamente el de servir de instrumento que facilite el encuentro de todos los partidos en torno a una mesa de diálogo, un encuentro necesario para resolver el conflicto. Estamos ante una oportunidad que no podemos desaprovechar; de hacerlo, la sociedad vasca ni lo entendería ni lo perdonaría.
Fuente: Onintza Lasa